A pesar de lo que pueda parecer por el título del artículo, no trata de ninguna opinión mía acerca de la película. Pero tampoco es un comentario del libro.
Solamente es la cita de un fragmento del prólogo de 2001: Una odisea del espacial, escrito por Arthur C. Clarke.
Así por cada hombre que jamás ha vivido, luce una estrella en ese Universo.
Pero cada una de esas estrellas es un sol, a menudo, mucho más brilante y magnífico que la pequeña y cercana a la que denominamos el Sol. Y muchos, quizá la mayoría de esos soles lejanos, tienen planetas cincundándolos. Así, casi con seguridad, hay suelo suficiente en el firmamento para ofrecer a cada miembro de las especies humanas, desde el primer hombre-mono, su propio mundo particular: cielo… o infierno.