Suele decirse que no aprendemos a valorar las cosas hasta que las perdemos, o hasta que las dejamos de tener. Por más que lo intentemos, creo que es algo que acaba ocurriendo. Así cuando el otro día, me veía en la necesidad de hacer la compra, decidí aprovechar esos instantes al aire libre. Ya no era una tediosa obligación semanal, se había convertido en mi forma de salir a la calle. Había pasado de ser un incordio, a algo que deseaba hacer.
Me puse el Raymond Weil Freelancer en la muñeca dispuesto a disfrutar cada segundo de tiempo. Cogí mi carro de compra Garmol, y me dirigí hacia el supermercado. De camino a él atravesé un parque, estaba desierto, sin niños en sus juegos, sin perros corriendo, sin nadie bebiendo en la fuente… Solamente gente que transitaba como con prisa y con la mirada perdida.
Yo les observaba, porque así eran las cosas antes. Gente con prisa, gente asustada, y porque no decirlo, gente preocupada. Visto desde mi nuevo ángulo, las plantas en las jardineras parecían más verdes que nunca. Las palomas y las cotorras buscando comida, más felices y más tranquilas que de costumbre- Algo había cambiado, a peor para los seres humanos, pero quizás, admirando aquella belleza perdida, a mejor de forma global.
Entonces reflexioné acerca de todo lo que tenemos y que nos permite el gozo y el disfrute. No sólo el Raymond Weil para los aficionados a los relojes, seguimos teniendo nuestro tiempo y nuestros pensamientos. Por más que estemos solos, podemos ponernos al día en la lectura, en series de televisión y en películas, pero también imitar un poco la tradicional actitud contemplativa oriental. No importa que tenga que ser en nuestro balcón o en nuestro sofá. Ser conscientes y admirar las cosas que tenemos. Muchas de ellas, pequeñas cosas que ni sabíamos que teníamos, estaban ahí, como sin importancia, sin haberlas visto de una manera consciente.
Llegué a casa, saqué y organicé todos los comestibles, y entonces me acomodé en una silla de la terraza. Los infalibles 8 saltos por segundo del RW Freelancer marcaban el tiempo, sin embargo esa vez, para mi corrían a otro ritmo. Pasaban más lentos, y los disfrutaba más. El cambio externo me había traído un cambio interno. Una inocente forma de ilusión y de deleite. ¡Qué afortunados éramos al poder admirar esas cosas que antes no veíamos! De contar con internet, que nos permite estar en contacto con aquellos que queremos, casi como si estuvieran con nosotros. En suma, de ver las cosas pequeñas que siempre estuvimos ahí, y que no supimos valorar.
Buena observación-reflexion, con estás indeseadas situaciones, salen a la luz muchas facetas que eran imperceptibles.
Cosas hermosas que no valorabamos salen a nuestra vista ahora en tiempos de crisis.
En muchas partes del mundo, los animales quieren tomar posesión de lugares que ahora están vacíos, en especial entornos acuáticos, esto es para reflexionar de qué importante es el medio ambiente que hemos alterado.
Gracias por el artículo y saludos.
Buenas noches D. Javier y D. Ricardo.
No había visto la entrada. Preciosa por cierto.
El otro día me puse gabardina y corbata para ir al Mercadona (ja ja ja..) con mi buen Viceroy (precioso reloj nos has presentado). También lo reconozco que me lleno de tristeza pero esperanza, pase por la calle de mi abuela (mujer que apenas conozco), también por la casa de mi tía (que está muy malita)… pero me lleno de esperanza ver que seguía aquí. Le tomé a mi madre las constantes: tensión, presión de oxigeno y temperatura. Todo bien gracias a dios. Y no sé a quién (la verdad) recé dando las gracias por seguir vivo.
Precioso reloj Javier, la esfera negra se ve legible a más no poder y el plateado resalta muy pero que muy bien.
Don Ricardo, he leído en el Times que está malita la cosa por nuestro México. Cuídese por favor. Le prometo en que cuando pueda me doy dos largos de tequila a su honor.
«ain’t got no home» [no tengo casa]
ain’t got no shoes» [[no tengo zapatos]
[…]
Hey, What have I got (Tío, ¿qué tengo?.
[…]
I got my self I got my lije (me tengo a mi mismo y la vida]
Nina Simone ain’t no. I got lije.
https://www.youtube.com/watch?v=oOwtHCTIhgE
Cuídense Por favor y disfruten de la gran Nina Simone.
Sergi, si algún día nos visitas y sobrevivo a este bicho, te prometo que nos tomaremos ese tequila y te invitaré un café de Chiapas que nunca olvidarás.
Y cuando vayas a tomar tu avión de regreso, vas a desayunar cochinita pibil acá en la casa.
Y por cierto invitaremos a GUTI.
Saludos.
Es bonito pensar Ricardo la de cosas bellas que teníamos a nuestro alrededor y que hemos dejado de valorar. Es una lección de aprendizaje de la que al menos podremos sacar algo positivo.
Sí Sergi. Incluso en momentos difíciles como este tenemos cosas buenas delante nuestro. Cada día que pasa es un día menos que quede para que esto termine, y viendo los últimos movimientos de Alemania, parece que si somos capaces de seguir su modelo, todo irá bien.
Encantado con esa invitación Ricardo. De México sólo conozco el DF, y fue en un viaje de trabajo donde apenas pude visitar nada. Muchas gracias por el detalle.
Buenos días.
Gracias D. Ricardo. Ojala podamos volver a la normalidad pero mejorada. Apreciar una puesta de sol y brindar por aquellos que no están disfrutando de la vida.
Así es Javier disfrutar es nuestro destino.
Tengo esperanzas en eso Sergi. Alemania que ha demostrado hacerlo mucho mejor que nosotros, lo cual no es difícil, y que empezando una semana más tarde ya tienen la epidemia controlada, hoy abren todos los comercios de menos de 800m2. Prevén que el día 5 haya libertad de movimientos total para la gente. En nuestro caso, y si no lo hacemos peor, pocas semanas después de ellos nos tocará. Eso espero.
Buenas tardes D. Javier.
Pues tiene toda la razón, solo hace falta ver los resultados de nuestros vecinos y hermanos de Portugal. Mientras nosotros discutíamos que si cerrar los colegios, manifestaciones, partidos de futbol o suspedían las fallas. Ellos a lo suyo preparándose para lo peor, unidos derechas e izquierdas… Espero que aprendamos de nuestros errores, pero ahora el confinamiento es lo único que nos puede salir hacía delante, nuestra economía depende fundamentalmente de los servicios y tenemos que crear un ambiente seguro que mueva nuestra decimononica forma de gastos e ingresos.
Una pregunta… ¿por qué en amazon alemanía están un 20 o 30 % más baratos los relojes de orient (algunos modelos) que en españa? No tiene sentido.
Exactamente Sergi. Y si recordamos unos meses atrás, todo eran críticas con Portugal. Que están en bancarrota, que España es mucho mejor… Bueno, ahora se demuestra lo que era palabrería y lo que son hechos. Portugal y otros países europeos han logrado tomar las riendas, mientras que España no.
En cuanto a los precios de Orient la respuesta es muy sencilla. Es su distribución. En España los relojes no los distribuye la marca, sino Platisur, una compañía externa que obviamente se lleva su margen de beneficios. Así que si compras un Orient en Alemania, además de que allí el IVA es el 19% y aquí el 21% te ahorras un intermediario, pues el precio es más bajo. Con Seiko pasa otro tanto, aquí lo distribuye Grupo Munreco. No se dan cuenta, pero con el mercado globalizado comenten un error, es bien fácil montar una empresa en Luxemburgo donde el IVA es del 15%, evitar los distribuidores, y entonces vender esos relojes en Hungría donde el IVA es el 27%. En un plis plas, ya te has ahorrado un 12%, casi 50€. Es la ingeniería fiscal de la que hace gala Amazon y otras empresas… Y de momento todo legal, porque han tributado en Europa.
Si además ese Orient o Seiko va destinado a un país asiático, el precio es aún más bajo. Sino sería imposible lo de mi Orient Kamasu un reloj que tiene un PVP de 389€, que en una relojería si tuvieras suerte podrías encontrar con un 20% de descuento, o sea a 310€, pero que yo he comprado en una web española a 195€.
Observo, y me temo que volveremos a las mismas.
Hacía muchos, pero que muchos años, que en mi zona no se escuchaban claramente los pájaros prácticamente todo el día. En cuanto la gente se confió un poco más y sobre todo relajado el confinamiento esta semana, de nuevo el ruido de los coches yendo ligeros (límite de 30 km/h, pero qué más da…) como si llegaran tarde. Y por supuesto apreciándose demasiado movimiento de vehículos por mucho que haya quién trabaje lo inunda todo buenas horas del día. O que pudieras tener ventana abierta, y escuchar sin problema la radio o la televisión a un volumen medio e incluso bajo. Lo mismo yendo en los escasos trayectos a comprar con auriculares y poder llevar un volumen bajo sin que el ruido del tráfico y demás impida escuchar nada incluso subiendo volumen.
Sólo con ir algún día a comprar lo estrictamente necesario (y a pie, en mi zona, muy cerca, a no más de 1 km a la redonda) y ligero, parece que poca gente ha observado. ¿Mirlos parándose y hasta comiendo tranquilamente en medio de la calzada con lo de esconderse en follaje que son? ¿Cuándo se ha visto eso? ¿La limpieza del aire al respirar en cuanto se llevaba una semana sin apenas tráfico, y más aún en cuanto además han llegado unas cuantas lluvias? Parece que nadie lo ha apreciado tampoco, viendo tan sólo la muestra de los que por trabajo, relajación del régimen de confinamiento y demás cogen el coche, furgón o camión de reparto y van a zapatilla por calles de barrios o de conexión entre los mismos, sin tráfico, sin embotellamientos de hora punta, sin tener por qué tener prisa ni ir así…
No ha servido ni para que mi ayuntamiento se replantee la asquerosa tendencia de varios mandatos de lejos de cuidar la vegetación y mirar por las arboledas y que haya más, hacían lo contrario, unas talas inexplicables dejando los árboles debilitados, raquíticos y sin su función de sombra y purificación del aire en las épocas más críticas, las estivales… ya están volviendo a las andanzas con que si tal proyecto u otro que se va a llevar por delante la arboleda de una avenida céntrica entera. A nivel estatal, ya de nuevo empiezan a sonar y escucharse cosas y «medidas», prioridades veladas, que rechinan.
Yo he disfrutado y disfruto esos pequeños momentos y detalles que esos ratos y algunos de poder asomarse al balcón he podido ver y apreciar como gran cambio. Pero me temo que la gran inmensa mayoría no aprenderá nada ni está por ello… en mi zona en general, la gente ha cumplido, todo mi barrio y aledaños desiertos. Pero he visto detalles de algunos de los de siempre que a nadie con dos dedos de frente le saldrían hacerlos. Y lo peor, es que nos podrá costar ello aún más caro aún como por eso mismo, más el bache económico que se (o nos) avecina, tengamos una recaída. Ojalá me equivoque.
En mi zona no percibo eso Alejandro. La gente sigue respetando la cuarentena, y los trayectos en coche son casi nulos. No se si es por conciencia de cada uno, o por los controles policiales.
Es curioso, ahora que tenemos un entorno más cuidado y apacible, esencialmente porque no nos lo hemos cargado, es cuando menos lo podemos disfrutar.
Tengo tu mismo temor, una recaída. Siempre se ha dicho que en enfermedades infeccionas, las olas sucesivas son más peligrosas que la primera. Que no nos pase nada, porque tal y como lo estamos haciendo de mal, puede ser desastroso.
Si el caso es que en mi barriada y las de alrededor la sensación es la misma. Las colas ordenadas en los momentos de más compras, y por lo demás todo desierto. Incluso de más o menos mediodía en adelante, ya no hay ni colas en los sitios que permiten la apertura.
Pero siempre veo a una u otra oveja negra. El otro día, esperaba yo una cola de 2-3 que había en la farmacia más cercana. Y veo que pasa por mi lado un pintas del barrio conocido de vista con su perro… pero iba a toda hostia hacia una zona con plazoleta en zona peatonal y poco a la vista, a ni 300 metros de su casa seguro, pero con una cerveza de litro en la mano. No había nadie, seguramente tampoco iba a ser peligro para nadie, necesitaría airearse. Pero que hostia, que no toca, que sales a tu terraza que tu piso como todos los de la zona tienen, y te la tomas ahí, carajo. Si llega a haber policía que lo ven, se van detrás y le dejan receta (y más si se pone farruco) luego despotricaría…
Abrieron esta semana un poco la mano a actividades y trabajo. Vale, mi calle de la lado de casa, límite 30 km/h, de 4 carriles, es una de las vías principales de salidas de mi barrio y de casi cuatro más. Es una de las dos vías principales que rodean varios barrio, más la central que es otra… me esperé más movimiento. Pero algunos días, pienso y miro horas, y lo que pienso es «¿pero qué narices hace tanta gente con tanto meneo de coche?». Y estoy seguro que si un día la policía o la Guardia Civil ponen un control en la glorieta de enlace a la entrada y salida del barrio, autovía y otras zonas, más de uno sale con receta… Es que hasta el sábado por la tarde y el domingo me extrañaba el movimiento de más que había, casi como si fuera un día normal.
Veo que la mayoría cumple… pero sospecho y pienso que habrá algunos cientos o miles, que si por ellos hubiera sido, el bicho se extiende aún más y más rápido hasta en donde no lo ha hecho tanto.
Ah, y aunque no hay atascos de hora punta ni muchísimo menos, más de uno y una alegre dando alegría al gas…
Precisamente hoy Alejandro he bajado a tirar la basura hace unos minutos. Serían las 6,30. He dado un paseo de cinco o seis minutos, y he notado como me dolían las piernas. Este confinamiento, aunque es algo que tenemos que hacer, también está causando secuelas. Así que en cierta forma, entiendo que haya gente que no aguante más. Por supuesto lo del hombre con la cerveza es un absurdo, igual se la podría tomar en el balcón de su casa, pero entiendo que la gente esté inquieta y agobiada.
Como todos quiero que vuelva la normalidad. Poder ver a la gente que quiero, pasear libremente, etcétera. Pero también soy consciente que España aún no ha llegado a la zona de seguridad, y en ese caso, es mejor sacar fuerzas y seguir aguantando.