Hace unos días os traje el Glycine Combat Sub 39 Unisex, una novedad muy reciente de la marca suiza. Hoy os traigo otra novedad aún más calentita. Porque después de la prueba del nuevo C63 Sealander, continuamos con Christopher Ward, en esta ocasión probando una novedad que precisamente se pone a la venta hoy 21 de abril de 2022. El último lanzamiento de la marca por tanto, el novísimo C65 Aquitaine.
Queda claro que en C. Ward se están moviendo con rapidez, no sólo por la profusión de nuevos lanzamientos, sino también porque este nuevo integrante de la línea C65 deja de lado la inspiración de los C60 Trident Pro y ofrece una propuesta diferenciada, eso sí, manteniendo la calidad a la que nos tiene acostumbrados la marca, junto a ese característico toque retro-diver.
Ficha técnica
Género | Unisex |
Caja | Bronce y acero inoxidable. 41mm de diámetro sin contar la corona. 12,45mm de alto |
Corona | Roscada de bronce |
Esfera | Azul |
Bisel | Rotativo unidireccional de zafiro |
Cristal | Zafiro |
Lume | Sí |
Trasera | Acero inoxidable roscada y exhibición de zafiro |
Correa | Silicona de 22mm de ancho |
Funciones | Hora, minutos, segundos, día del mes |
Resistencia al agua | 20 ATM |
Peso | N/D |
Movimiento | Sellita SW200 COSC. 26 rubís. 28.800 vph |
Complicaciones | Cronómetro, carga automática bidireccional, Remonte manual, parada de segundero |
Prestaciones | -4/+6 segundos/día. 38h de reserva de marcha |
Origen | Reino Unido. Swiss Made |
Garantía | 5 años |
PVP | 1.095£ (1.425€ al cambio) |
Distribuidor | Christopher Ward London Limited |
Introducción
Christopher Ward da un nuevo salto más en cuanto a su gama, porque si bien externamente mantiene la inspiración retro de los relojes de buceo clásicos, esta nueva generación de la gama C65, mejora multitud de aspectos en cuanto a calidad y rendimiento. Haciendo caso a la opinión de gran cantidad de aficionados, incluso a mí mismo, prácticamente todos los aspectos del nuevo C65 se han mejorado significativamente. La resistencia al agua ha aumentado, de 150 metros hasta 200 metros, hay un nuevo fondo de caja de exhibición con cristal de zafiro y la visualización de la fecha se ha movido de las 3 a las 6, más simétricas y menos molestas. En la esfera, tenemos el logotipo de la marca, pero ya no el nombre.
Ya no es un producto basado en los C60 Trident Pro, sino un reloj con identidad propia, que según palabras de Mike France, CEO (director ejecutivo) y cofundador de Christopher Ward, el “Aquitaine es un reloj de buceo más refinado y elegante que el que hemos ofrecido antes, pero también tiene mucha potencia. Piense, tal vez, en la gracia felina y sinuosa de un Jaguar E-Type”. Empezando por su denominación «Aquitaine» (Aquitania), la histórica región costera francesa que fue el hogar del célebre explorador submarino Jacques Cousteau, Aquitaine toma la influencia del diseño de los primeros relojes de buceo modernos de la década de 1950.
Tras la senda del Oris Aquis Date Upcycle o el mismo Christopher Ward C65 Trident Automatic, el 5% de las ventas de todos los Aquitaine serán donados a la Blue Marine Foundation, una ONG dedicada a preservar y restaurar los entornos oceánicos.
De entrada se ofrecen tres modelos distintos:
- C65 Aquitaine Automático: Movimiento Sellita SW200-1, esfera azul marino, arena blanca o seamoss (un tono verde oscuro), Disponible con brazalete de acero, caucho tipo Tropic azul, y correa de cuero marrón vintage: 1.150€.
- C65 Aquitaine GMT: Movimiento Sellita SW330-2 con GMT, esfera White Sand con bisel azul marino y manecilla GMT del mismo color. Disponible con correa de caucho tipo Tropic, o cuero marrón vintage: 1.450€.
- C65 Aquitaine Bronze: Movimiento Sellita SW200-1 COSC, certificado como cronómetro con caja de bronce, esfera azul marino. Disponible con correa de caucho, correa de lona o curo marrón vintage: 1.425€.
Sin lugar a dudas mi favorito era el GMT, si bien nuestro protagonista, construido en bronce y con el precioso azul de la esfera no le iba muy a la zaga.
Presentado hoy, y bajo estricto embargo hasta las 13:00 hora del Reino Unido, es virtualmente imposible que haya alguna review anterior a esta, aunque no me cabe duda que habrá alguna más que coincida en la hora.
Presentación
El empaquetado es el ya conocido en Christopher Ward, muy elegante y logrado, y que como es común a todos sus modelos, se corresponde de manera idéntica al que pudisteis ver en detalle en la review del Christopher Ward C63 Sealander en donde también os expliqué la garantía 60/60 y el resto de aspectos compartidos por todos los relojes de la marca.
Comienza con una cubierta deslizante de cartón en color negro identificada con el logotipo de la marca.
Al descubrir la cubierta nos encontramos con la caja en sí misma. Una caja de madera natural que está trabajada a dos alturas, la parte de la izquierda es la que hace las veces de tirador, y la de la derecha que va recubierta de cuero negro.
Cuando deslizamos esa cubierta de cuero podemos verificar que el empaquetado es completamente de madera, y que contiene un sobre de color negro con la documentación del reloj.
Al retirar el sobre se nos muestra un interior sencillo pero bien elaborado con el reloj.
Entre la dotación no hay ni rastro del certificado cronómetro emitido por el Contrôle Officiel Suisse des Chronomètres. Asumo que al tratarse de una unidad de preserie para la prensa, se haya omitido este aspecto, algo que ya ocurrió con el prototipo del Formex REEF Automatic.
Diseño y construcción
La marca dice que la caja es de bronce y de acero inoxidable, aunque a mí me parece que es todo bronce en un acabado cepillado muy bonito. Tiene 41 milímetros de diámetro sin contar la corona, y un grosor de solamente 12,45mm. Considerando que es un reloj de buceo me parece bastante plano. Su estética recuerda mucho a la de uno de los mitos de la relojería profesional en su época, el Blancpain Fifty Fathoms.
La corona es roscada, también en color dorado. Va cepillada con la salvedad del logotipo de la marca que es espejado. Puede que también esté hecha de bronce, aunque me inclino a pensar que se trata de acero inoxidable con acabado IP. Incorpora el sistema «Dry Marshal» (mariscal seco), que facilita que a simple vista podamos ver si está completamente enroscada y evitar que entre agua en el reloj. Se basa en la corona escamoteable de los C63 Sealander Elite, de modo que cuando se desenrosca por completo, un muelle la extrae, haciendo que sea más notorio que ha quedado abierta.
El bisel es rotatorio unidireccional de 120 clics, ahora con más certeza que la corona, pienso que es de acero inoxidable con acabado IP pulido, ofreciendo una suerte de bitono bronce cepillado y dorado brillante que le sienta muy bien. El inserto es de zafiro, una solución que ya vimos en el Salt Watches DayDive. La tonalidad de azul que le han dado, encaja perfectamente con la de la esfera, algo que no debe haber sido fácil de conseguir. Pero por otro lado, según afirman desde CW, es un 50% más duro que la cerámica y se convierte en el bisel más difícil de rayar que jamás hayan ofrecido.
El cristal es un zafiro abombado, bastante grueso y con tratamiento antirreflejos. Es una de las señas de identidad de esta pieza, con ese marcado carácter vintage, pero que al mismo tiempo resulta extremadamente legible.
La esfera es de color azul marino con un poco intrusivo efecto rayos de sol o sunburst. A las 12 aparece el emblema de la marca. Han prescindido del controvertido «Christopher Ward» que por su longitud siempre desequilibraba el diseño. Va en color blanco y con cierto relieve, así que puede ser que esté aplicado. Los marcadores minuteros, así como el «Swiss Made» y el «Chronometer 200m | 660ft» de las 6 usan el mismo blanco intenso, pero pintado. La ventana del fechador ocupa también esa posición, y aunque en las fotografías oficiales el disco parece tener un fondo totalmente blanco, en esta versión se ve con un matiz de color crema, quizás debido por los reflejos dorados del resto de elementos.
Los índices horarios están aplicados, y tienen contornos dorados. Respetan la típica disposición de reloj de buceo con círculos en todo el perímetro salvo los principales que son triangulares.
Las agujas de tipo alpha, más gruesa la horaria y con forma de pala, y más estilizada la minutera le dan el aspecto que uno espera. La segundera es de tipo piruleta, con el contrapeso del tridente que vemos en los «Trident» de la marca y que a todos gusta. Son de contornos dorados, al igual que los índices.
Hay lume tanto en las manecillas, como en los índices y el bisel. Indican que es Swiss Super-LumiNova, pero no hay datos acerca del compuesto usado. A la luz del día se ve marrón verdoso, mientras que en la oscuridad es completamente blanco, así que ni es «Old Radium» ni es «Old White». Su rendimiento es muy bueno, y no es de extrañar, ya que Albert Zeller el CEO de RC Tritec, los artificies de la Swiss Super-LumiNova®, es amigo personal de Jörg Bader el que se encargó del desarrollo de lo que luego sería el C.Ward SH21 cuando aún estaba en Synergies Horlogères.
La trasera es roscada, por motivos de toxicidad del cobre, prescindiendo del bronce y apostando por el clásico acero inoxidable 316L pulido a espejo. El perímetro incluye un grabado de las especificaciones e identificaciones más relevantes del reloj, mientras que la ventana de exhibición nos permite apreciar una maquinaria mucho más trabajada de lo que estamos acostumbrados y con una masa oscilante personalizada que queda muy conseguida. Por fin el cristal trasero es de zafiro, algo que aunque no está completamente extendido en estas gamas (el Oris Aquis Date lleva mineral), sí que se va popularizando en relojes que teóricamente se encuentran un escalón por debajo como es el caso del Minor Watches Heritage.
Monta una correa de caucho azul que conjunta muy bien con el resto de elementos en marino. A la vista no parece caucho, sino más bien textil. Tiene 22 milímetros de ancho y cuenta con sistema de cambio rápido o quick-release. Pese a ser bastante gruesa es cómoda.
La hebilla es de acero inoxidable cepillado y va firmada, la habría preferido con un recubrimiento IP dorado para no desentonar tanto con resto.
Tal y como comenté en la introducción, se ha aumentado la resistencia al agua hasta los 200 metros, una mejora que si bien no es sustancial, es de agradecer.
Puesto que no ha transcendido el peso oficial del conjunto, según mis mediciones he verificado 95 gramos. La explicación es sencilla, porque la densidad del bronce es muy similar a la del acero (entorno a un 10% superior), lo que acarrea una masa similar.
Movimiento
Sobre la base del archipresente Swiss Movement Sellita SW200-1a, es de agradecer que los de Christopher Ward se hayan decantado en esta versión por el acabado más refinado posible, el Chronomètre. A diferencia de los Standard o Elaboré, el grado cronómetro implica que el reloj viene ajustado en cinco posiciones (CH, FH, 6H, 9H, 3H) y está certificado por el COSC, lo que significa que durante 15 días, el movimiento debe haber reportado un desfase medio diario dentro del el rango de -4/+6 segundos por día.
Los Sellita SW200, al igual que los ETA 2824, tradicionalmente se han comercializado en 4 grados: Standard, Elaboré (Spècial), Top (Premium) y Chronometer. Esencialmente Standard y Elaboré, y Top y Chronometer usan los mismos componentes, son idénticos con la salvedad que el Elaboré está mejor decorado y ajustado en 3 posiciones en vez de dos. Top y Chronometer son también idénticos, aunque el último ha pasado las pruebas de certificación COSC. Entre los dos más bajos y los dos más altos las diferencias son muy sutiles, diferentes materiales en algunas piezas (muelle real de Nivaflex NO o Nivaflex NM), o algunos pequeños cambios de diseño. Los grados más altos por tanto son más estables y más precisos. Al mismo tiempo Sellita ofrece tres acabados o niveles (Standard, Refinado y a medida), en ellos lo que cambia es la decoración del movimiento, y aunque lo usual es que el grado estándar venga acompañado del acabado estándar, nada impide hacer un pedido cambiándolo.
En cuanto al resto, la base de este SW200 ofrece las mismas características del resto de versiones: 26 rubís, frecuencia de 28.800 vph, 38 horas de reserva de marcha, carga automática bidireccional, parada de segundero, remonte manual… Tenéis todos sus detalles en las especificaciones técnicas (4,6 MB. en formato PDF). Un calibre conocido y reparable que además es agradable de usar. Una pregunta que me hacen a menudo es si se nota la diferencia en cuanto al tacto entre un grado bajo y uno alto. La respuesta es que salvo en lo visual, durante el uso no se nota, se siente exactamente igual, si bien obviamente su precisión debe ser mucho mejor.
Es una práctica habitual en los relojes de preserie que van a ser certificados como cronómetro que no lo estén, es un trámite que además cuesta casi 100€, y se suele prescindir de él. Lo que no me esperaba era el resultado ante la prueba del cronocomparador, unas cifras que fueron decepcionantes: -182,25 segundos por día. Es un retraso de más de tres minutos diarios, algo inadmisible y que está totalmente fuera de las tolerancias de un grado COSC, pero también de un Standard.
Supuse que podría tratarse de un problema de magnetización, algo que está a la orden del día con controles de seguridad en los aeropuertos y vehículos de transporte eléctricos. No importa que hablemos de relojes de gamas altas como el Hanhart Pioneer One, o de modelos económicos como el Tandorio 62MAS, ninguno está a salvo. Tras probar a desmagnetizarlo el problema persistía, en concreto el desfase era exactamente igual que al principio, por lo que el problema debía ser otro al de estar imantado.
En contacto con el servicio de Christopher Ward, rápidamente me ofrecieron venir a recoger el reloj y llevárselo al taller para su revisión, algo que ocurrió al día siguiente de notificarlo. Me confirmaron varias cosas. En primer lugar que como yo esperaba, los relojes de muestra no están tan pulidos como los de producción. En segundo lugar que esta unidad vino directamente de la agencia de comunicación, y no de los talleres de C. Ward, de manera que el que lo revisó anteriormente pudo haberlo dañado, o más probablemente haber recibido un golpe en alguno de sus tránsitos.
Como siempre digo cuando se distingue una mala marca de relojes de una buena, es en el momento que las cosas no salen como lo previsto. La honestidad y la transparencia a la hora de reconocer el problema, la proactividad a la hora de solventarlo y por supuesto el arreglo hasta el máximo nivel, son los aspectos que usualmente olvidamos, pero que son de una consideración fundamental.
En cuanto al resultado, con la Semana Santa de por medio y fechas tan ajustadas en el lanzamiento del modelo os tendré que actualizar en una futura entrada de cómo fue el desenlace. No obstante de cara a la ponderación, doy por sentado que el reloj volvió a estar en parámetros COSC.
Sensaciones
Siempre he pensado que los relojes de bronce son fundamentalmente herramientas, relojes prácticos y de índole deportiva. No hay más que ver el Fonderia Navale Vintage o incluso el Wicked Pearl Diver. El equipo de Christopher Ward, o mejor dicho el de Mike France han logrado que combinando bronce cepillado y acero dorado pulido el reloj tenga clase. Un reloj de aspecto retro, pero que se percibe refinado y moderno a la vez.
Una distancia entre asas o lug to lug reducida en casi 1mm, hasta los 46,68mm hace que se note en la muñeca, se lleva más cómodo y parece menor de lo que es, intuyo que es uno de los motivos por los que el reloj está orientado a ambos sexos (unisex). El bisel de zafiro se ve increíble, tanto de día como de noche casi parece una extensión de la esfera misma. A destacar también que nos hayan hecho caso y que la trasera sea de cristal de zafiro, un paso casi obligatorio en esa gama.
La correa es muy bonita, si no miramos el reverso o las trabillas no parece que sea caucho. Tiene un aspecto textil que en ese color azul clavando el bisel y la esfera lo hace enormemente conseguido. Sin embargo como sensaciones, creo que una verdadera correa textil le habría quedado mejor.
La estética del reloj me encanta, y el cristal es determinante en todo ello, unas líneas del pasado, pero que con la tecnología del presente hacen que ofrezca una legibilidad muy buena.
Conclusiones
Si el anterior C63 Sealander era demasiado conservador, tal vez anodino, con este nuevo C65 se ha solucionado. Es un reloj cautivador por su diseño, su combinación de materiales de primer nivel, y por sus calidades. Todo lo que se espera de una gran marca, y que además en este caso se ha demostrado con hechos.
Ya sabemos que Christopher Ward se mueve en el segmento de los relojes de lujo, pero ofreciendo una distribución directa y reduciendo márgenes, lo que reduce los precios hasta lo que podría ser una gama media. También afirmar ahorrar en publicidad y marketing, y aunque eso no sea del todo cierto, si buscamos un reloj de su misma categoría y equipamiento, y además lo queremos de bronce, su principal rival está en la casa, el Christopher WardC63 Sealander Bronze COSC de tamaño más contenido y precio también más asequible (1.180€) que nos confirma que el avance en calidad experimentado por este C65 Aquitaine también se paga.
El Eza Watches Sealander Bronze (1.095€), con lineas también de inspiración vintage es algo más barato, pero su calibre, por más ajustado que esté en Pforzheim, nunca será tan exacto como el del Ward, algo parecido a lo que podríamos decir del Glycine Combat Sub 42 Bronze (525€). En el otro extremo tendríamos el TAG Heuer Autavia Bronze COSC (3.650€) o incluso el Tudor Black Bay Bronze (4.030€).
Actualizado a miércoles 11 de mayo de 2022. 6:47
Han pasado tres semanas desde que retornara el reloj y no tengo ninguna noticia de la agencia de C.Ward. Intuyo que siendo un prototipo y un lanzamiento que ya ha pasado, el interés que tienen en que se actualice esta review es mínimo. Tampoco hay ninguna sobre el incumplimiento del embargo por parte de algunos medios.
▲ Más | ▼ Menos |
Combinación de materiales exquisita Diseño bien logrado |
Precio elevado Correa de caucho y hebilla plateada |
Valoración
Diseño | 9 |
Materiales | 9 |
Acabados | 9 |
Rendimiento | 8 |
Calibre | 9 |
Prestaciones | 8 |
Precio | 4 |
MEDIA | 8 |
Yo a Christopher Ward se la debo tener jurada sin saberlo, ninguno de sus relojes me acaba de convercerme en el apartado estético.
La combinación de colores bronce y azul a mí no me gusta; tampoco me gustan las agujas.
Y en cuanto al logotipo, me parece horrible. Tanto quejarme en el sentido de que el nombre de la marca en la esfera quedaba mal, dado que ocupadba demasiado espacio, y ahora … esto. Tampoco me parece bonita la decoración en la masa oscilante, en consonacia con este nuevo logotipo.
Una pena, dadas las cualidades de este reloj.
Saludos Guti.
Acerca del reloj solo hay que esperar qué servicio post-venta te van a brindar estos señores, estaremos pendientes. Por otra parte sin incluir este inconveniente, el reloj es casi perfecto, el bronce es muy atractivo a la vista y la esfera es una chulada. El perfil del reloj es precioso, el zafiro trasero se ve muy bien acabado, ciertamente un bello reloj digno para una buena colección. Espléndida reseña mi amigo, un abrazo desde México.
¡SALUD!
Saludos Relojista
Me encanta la caja, sin palabras. Claro que su precio ya no me gusta tanto 😀 Qué caro se ha puesto el bronce ahora…
Esa región de Francia está llena de nombres evocadores, todos ellos dados por los romanos. Aquitania, que en realidad era Gallia Aquitania (la Aquitania de las Galias), pero también Mediolanum Santonum o la Hispania Citerior (España Interior), que antes formaba parte del mismo reino y que comprendía la actual región mediterránea casi al completo.
El nombre procede del pueblo aquitano, que tenía su propio idioma (el aquitano fue uno de los antecesores del actual euskera, son familias fonéticas muy similares, aunque en la actualidad es una lengua muerta).
Es curioso que su nombre -aunque no tenga nada que ver-, posea similares raíces al término latino «aequitas» (equidad), quizá por eso a mí siempre me ha resultado más cercano a ese tema que al océano.
Otra cosa, respecto a que la caja es de bronce y acero, creo que en efecto la parte principal es de bronce, pero la trasera que rosca, a tenor de las fotos, tiene toda la pinta de ser acero.
En eso cada uno tenemos nuestras preferencias. En mi caso la mezcla de bronce y azul me encanta un relojista. Lo del logotipo tampoco me agrada. No es que me disguste, pero no me dice nada. Así como el tridente o una CW quedaría estupendo, el logotipo y más en blanco desentona bastante.
También me gusta mucho la evolución en calidades y materiales. Han de moverse, porque sino la competencia se los come. Y bueno, en el ejercicio 2021 después de varios años, por fin la empresa vuelve a estar en números negros, así que no deben estar haciéndolo mal.
El servicio post-venta de Christopher Ward es algo que se ha criticado en el pasado RICARDO, no creo que por ser malo, pero sí por no estar a la altura de marcas de lujo. Creo que han aprendido la lección y estoy seguro de que no van a defraudar. En cuanto al reloj, a mi me encanta, y lo veo una buena apuesta de futuro. De hecho la gama Aquitaine con versiones más «conservadoras» que esta me parece muy interesante como relojes de uso diario.
Muy de agradecer el aporte geográfico en el que no profundicé, y el etimológico que desconocía. Complementa muy bien este reportaje Timekeeper.
La tapa trasera seguro que es de acero, ¿te refieres a que la parte sobre la que rosca la tapa sea también acero? Tendría sentido teniendo en cuenta que el bronce es relativamente blando y así evitaría el desgaste. Pero sería también algo inédito porque en otros relojes de bronce, tanto con trasera roscada de acero como de titanio, toda la caja es de bronce.
@Ricardo, saludos igualmente.
No, roscará sobre bronce. Digo que la trasera es de acero porque sino la marca sobre la piel que dejaría sería algo guapo… sobre todo en verano 😀
Es posible que para ellos la trasera se englobe dentro de la caja Timekeeper. Ellos dicen caja de bronce y acero. A mi modo de ver la tapa trasera no forma parte de la caja, lo mismo que el cristal tampoco.
Buenas tardes amigos.
A mi el reloj no me desagrada la verdad. Pero viendo otros relojes que has presentado, sobre todo los Glycine, no comprendo mucho el sobre precio de 500 euros; mas allá de: movimiento grado top, zafiro tipo cúpula… Sería mejor que regalasen el armis. Sin embargo, este reloj es de los «top» del mercado.
«Muy buenas gafas de sol» de qué me suenan?
Que pasen una buena tarde.
Las gafas de sol, maravillosas, igual que el reloj Sergi, aunque bastante más baratas. Al final todo depende de con quién te quieras comparar. C. Ward dice situarse por encima de Longines y por debajo de Tudor para que nos hagamos una idea, así que en esos precios, es mucho más barato que sus rivales. Ahora bien, si lo enfrentamos a un Glycine, pues seguramente el Glycine se queda un poco atrás, pero es que en cuanto a precio cuesta tres veces menos.
Me parece un reloj verdaderamente bonito. Creo que la tendencia vintage y reducción de tamaños está llegando a casi todas partes.
En el caso de los divers creo que todos quieren apartarse de la estética Submariner de Rolex o quizá solo sea mi impresión. Y en busca de la diferenciación están inspirandose en la estética del Blancpain Fifty Fathoms como bien apunta Guti. Creo que es una opción muy atractiva y con un aire de los viejos tiempos que es todo un encanto.
Buenísima entrada Guti, como ya es costumbre en este espacio, mis reconocimientos y gratitudes por compartirla con nosotros.
Un cordial saludo a todos.
Hola a todos. Me ha parecido un reloj muy bonito, me ha gustado su color por el cobre usado en la caja y la correa tan curiosa, aunque coincido contigo en que la hebilla plateada desentona un poco. A la espera de que puedas hacerle la prueba del cronocomparador una vez revisado, parece una muy buena maquinaria. Aunque este reloj está muy por encima de mi nivel económico, me ha gustado y te ha quedado otra muy buena reseña (y en primicia al publicarla el mismo día de salida). Saludos Guti.
Un diver muy elegante, me gusta la acertada uniformidad de color entre la esfera y el bisel, así como el toque retro con el cristal abombado. El precio es elevado pero entiendo que más allá de los materiales aquí entran en juego otras cuestiones que serán difíciles de manejar. Por lo demás, no me gusta ser puntilloso con temas menores, pero coincido en que el logo no es adecuado, se me antoja que la forma y el grosor del mismo se confunden a la vista con los índices aplicados, mejor hubiera sido mantenerlos en bajo relieve del color de la esfera como en modelos anteriores, o mejor solución aún, sustituirlo por «C. Ward». Buen trabajo, gracias por la review.
Es cierto Cesar José Maestre, lo adelantábamos hace tiempo. Por un lado contener el tamaño que lo hace más apto para cualquiera y a su vez lo diferencia de un voluminoso smartwatch. Por el otro las líneas clásicas que lo hacen un producto atemporal. Sin embargo también creo que estos dos factores por los que casi todos apuestan ahora hace que todos los relojes vuelvan a ser muy similares.
Un reloj espectacular Gerardo. Estaremos pendientes de lo que diga el SAT a ver si lo podemos volver a pasar por el cronocomparador. Aunque si soy sincero, ahora que ya ha pasado la novedad, creo que ni yo ni los de Ward tendremos demasiado interés en ello. Esta es una unidad de preserie, destinada a ser analizada antes del lanzamiento, por lo que ahora que ya está en la calle la versión final pierde un poco de sentido.
Pienso como tu y no soy puntilloso en muchos detalles estéticos como el del logo Jostma. A fin de cuentas esa es la identidad de la marca y si no te gusta, poco se puede hacer con ella. Es como decir que no te gusta el nombre de «Bell&Ross». También es cierto que a medida que aumenta el precio, se perdonan menos detalles, es lógico que nuestro nivel de exigencia aumente.
Buenos días amigos de la bitácora.
Cuestión logo: a mi es que me parece un código QR, que vamos tampoco me desagrada pero si vas a elementos clásico nombre aplicado. Sobre el nombre es que en sí es complicado: Christopher Ward… me gustan las marcas con nombre corto bisílabas: MIDO, NOMOS, Alpha, Rolex, Black Pain… es díficil utilizar los nombres propios para marcas.
Sobre los relojes que al final son todos parecidos en cierto nivel sí… pero también pasa lo mismo con los coches, pantalones… La diferencia está en los detalles y generar un modelo tendencia. El reloj perfecto aún no se ha construido… quitando del F-81 de Casio.
Que pasen un buen día.
Es cierto Sergi, y para mi lo tenían muy fácil, bastaba con poner «Chris Ward». Dos palabras, pero dos sílabas que se podrían haber repartido en una o dos líneas sin problemas. Quizás eso de Chris les parezca poco formal, no lo sé.
El azul me encanta pero si llevara armis inox seria perfecto, eso si un poco caro
A mi también me gustaría con un armis de acero y recubrimiento IP dorado Fran, creo que quedaría genial. Eso sí, si además tuviera cambio rápido y trajera una correa convencional de cortesía, mejor que mejor. Creo que sino tanto dorado puede hacerlo deslumbrar al más puro estilo Invicta.