Calzados Clayan, nace en 1981, en Portillo de Toledo, como una pequeña empresa familiar dedicada a la fabricación de zapatos y botas, tanto para caballero, como para señora, apostando desde sus orígenes por el calzado clásico.
Sin embargo, a partir de 2003, han ido evolucionando, completando su catálogo con modelos más informales, que les ha permitido ampliar su público, pese a que siguen produciendo en España, para vender en España. Son una marca más bien desconocida, todo ello, pese a que sus valores siempre han perseguido un zapato elegante, resistente y duradero, que como bien sabéis, es el aspecto que más me interesa personalmente.
La empresa produce entre 4.000 y 5.000 pares al mes, una cantidad pequeña, comparada con grandes grupos como Pitillos, y que nos permite vestir nuestros pies con un producto poco conocido, y por tanto exclusivo. Si continúas leyendo, verás que esa exclusividad, afortunadamente, no tiene nada que ver con su precio.
Ofrecen una gran variedad de modelos, entre su colección, desde los más tradicionales clásico, los elegantes de ceremonia, los más aptos para el día a día de confort e incluso zapatos de ancho especial, tanto para verano, como para invierno. Es interesante que aunque algunos modelos son de temporada (verano 2017 o invierno 2017), el resto, forman parte de su colección permanente (stock permanente), y se pueden adquirir en temporada del año, de cualquier año.
En Barcelona, apenas cuentan con 20 tiendas físicas que los comercialicen, no son un artículo fácil de encontrar. El motivo es que están reorganizando su red de representantes, y necesitarán algo de tiempo para expandirse. Por suerte, una de esas tiendas es Calçats Montellà (Passeig Fabra i Puig 152), una zapatearía que me queda relativamente cerca, y donde pude tener acceso a ellos.
Son zapatos artesanos, en donde la empresa cuida hasta el más mínimo detalle, y mi elegido ha sido el modelo 62 de la gama confort de invierno, y que pertenece a la colección de stock permanente.
La presentación viene es la habitual, una caja de cartón sin mucho que destacar, salvo el efecto de aguas que es atractivo y diferente. Me parece bonita, y me gusta que resalte sus tres principales características: Fabricado en España, Cómodos, Flexibles. Yo habría añadido alguna referencia sobre la calidad o la durabilidad, pero puede que entonces quedase algo recargada.
Una vez abierta la caja, nos encontramos el par de zapatos, vienen con una bola de papel en la horma para asegurar su forma, un detalle que debería ser obligatorio, pero que como ya hemos visto, no todos los fabricantes cumplen. Los zapatos, van envueltos en un papel tipo cebolla, que también lleva el logotipo de Clayan.
Vemos que tiene dos etiquetas, y eso me gusta. La primera es un resumen del producto, felicitando al consumidos por su elección, una costumbre habitual hace años, y que demuestra que les importamos.
La segunda etiqueta nos habla de su suela, que combina capacidades adherentes (y antideslizantes), con la ligereza y la flexibilidad. Es algo que veo a menudo, y que muchas otras marcas hacen. Sin duda la suela es algo importante en el zapato, pero incidir tanto en ella, es cómo si el resto, no fuera importante. Y es lógico que sea más decisivo, la piel, la horma, el tintado, o el cosido.
A la hora de caminar, la primera impresión es muy agradable, la plantilla es suave y muy acolchada, lo que da una comodidad extra, pero que no provoca una sudoración excesiva. En mis pies, los sentí cómodos desde el primer momento. Sin necesidad de período de adaptación alguno como ocurre en otros tipos de calzado. Desconozco el motivo, porque el cuero no es particularmente suave, y me parecía que tendrían que irse dando de si durante un tiempo, pero no fue necesario. Me quedaban como un guante desde el minuto cero.
A mi modo de ver, el Clayan 62, es un zapato de invierno que combina la mejor tradición en el calzado clásico de vestir, con un diseño que prima la comodidad, y el poderlos calzar en cualquier situación, algo parecido a lo que os explicaba con el Fluchos Jordi. Sin embargo, Clayan ofrece un insuperable PVP, entre 44,90€ y 49,90€ dependiendo de la tienda en cuestión, y que puede reducirse aún más, si aprovechamos rebajas.
Está construido a base de cuero de cordero en color negro, y el piso es de poliuretano, con zonas que utilizan aderence®. Puedo confirmar que es una suela suave y muy adherente, al menos sobre pavimento seco que es donde los he utilizado hasta el momento.
Resulta una agradable sorpresa. De aquellas que como con Ferry’s, no ocurren a menudo. Porque es al mismo tiempo injusta. Toparse con un producto de este tipo, que fabricado con mimo, y buenos materiales, nos ofrece un zapato al que podremos dar un uso diario durante largo tiempo, y pagando un precio, que es con todo, inferior al de otros calzados producidos con mano de obra asiática, y calidad desastrosa. Clayan nos demuestra que el Made in Spain puede llegar a ser competitivo en el mercado, así que en parte, depende de nosotros escogerlos, y hacerlos crecer.
Por mi parte después de esta buena experiencia, no dudo en poderme hacer con el modelo 303-2, también de stock permanente, aunque en este caso, para la linea ceremonia, y que me recuerda mucho a los Baerchi Carlo.
Unos zapatos que tienen, en efecto, una pinta estupenda. A mí me agrada mucho que presten tanta atención a la suela, para mí personalmente es muy importante, y es cierto que casi todos fabricantes dicen tener suelas antideslizantes, etc., pero luego a la hora de la verdad no suele ser así. Por ello que en Clayan presten tanta atención a ese aspecto del calzado es algo que me parece muy acertado.
Siempre he pensado que la suela, es como el neumático bianamaran. la parte que toma contacto con el suelo, y por ello su importancia. Desgraciadamente, como bien explicas, es un aspecto que normalmente se deja de lado. Quizás porque no se ve a simple vista.
Como consumidores, es un punto al que prestar atención, y exigir a las marcas que hagan un buen trabajo.