Cuando hablaba del Luch Monoaguja, Bia Namaran me sugería redactar un artículo explicando como leer la hora en un reloj monoaguja.
En cierta forma, lo consideraba tan intuitivo que ni siquiera me plantee la posibilidad de que fuera necesario. No obstante, he podido ir viendo como a pesar de su sencillez, sigue habiendo gente a la que se le plantean esas dudas, al menos antes de la compra de un reloj de esta índole, porque ya digo que una vez lo tenemos, es tan natural como leer la hora en un reloj analógico convencional.
Como en el mercado, contamos con una oferta mucho más grande de lo que cabría esperar, pues aparte del mencionado Luch, están MeisterSinger, Pita, Schauer, Botta Design, Defakto, Wancher, Nienaber Uhren, Karl Falk, Slow Watches, … Empezaré más o menos desde cero.
Los relojes de sólo una aguja, empezaron a ser populares en el siglo XVII y XVIII. El motivo no era más que su simplicidad. Una sóla aguja, es la menor complicación por antonomasia. No podemos pensar en simplificar más un reloj que de ese modo. Esta simplificación, redunda por tanto en una maquinaria mucho más sencilla de diseñar y fabricar
Por supuesto, a medida que avanzaba la experiencia y la técnica, se pudieron añadir agujas minuteras, luego segunderas, fechadores, días de la semana, y un largo etcétera.
En la actualidad, los monoaguja son una concesión filosófica y visual, pero que ya no se sustenta en un calibre más sencillo, pues la mayoría, equipan movimientos con al menos hora y minutos, pero eliminando las agujas innecesarias.
Podemos pensar en un reloj mono-aguja, como si fuera un reloj normal, al que se le han quitado todas las manecillas, dejando solamente la aguja horaria. Algo que no era baladí en los albores de la relojería personal.
La forma de leerlo es bien sencilla. Si ahora mismo llevas en la muñeca un reloj analógico, sólo tienes que prestar atención a la manecilla horaria. El mío me indica que son las 11:27, así que las horas, están colocadas casi en la mitad entre las 11 y las 12. Si estuvieran justo en el medio, serían las 11:30 exactamente. Si estuviera justo en las 11, serían las 11, y si estuviera justo a las, serían las 12.
Si generalizamos, y vemos que está cerca de las 11, serían las 11 y pico. Y si está cerca de las 12, serían las 12 menos algo.
Ahora fíjate en como es la esfera de mi Luch monoaguja, indicando esas 11:27:
Para hacernos más fácil la lectura, vemos que hay marcadores que además de las horas, nos dividen con una linea cada cuarto. Así entre las 11 y las 12, se nos marca 11:15, 11:30 y 11:45. Además, cada cuarto, está dividido en 3 partes, es decir, cada una son 5 minutos. Por ejemplo entre las 11:15 y las 11:30, tenemos 11:20 y 11:25.
Aquí es donde entra en juego la visibilidad del reloj, y sobre todo, tu agudeza visual de cerca. Cuando la aguja queda entre dos franjas de cinco minutos, tendrás que calcular en que región está. Es difícil determinar +/- 1 minuto, pero el rango de 2-3 minutos, se identifica fácilmente.
Hay muchos relojes monoaguja, pero por desgracia de cuarzo apenas hay 🙁 Muy útil el gráfico, ayuda mucho. Por otra parte (por desgracia) no todos los diales son tan intuitivos, para mí los que mejor están realizados son en los MeisterSinger, pero menudos precios tienen…
Como curiosidad, yo siempre me preguntaba por qué en los relojes normales (de dos o tres manecillas) la aguja horaria no se quedaba parada en la hora que le correspondía, y se movía entre su hora y la siguiente. Cuando entiendes un reloj monoaguja y descubres que es una reminiscencia de esa relojería anterior, se entienden cosas como esas. Personalmente es algo muy molesto, porque un engranaje que salte de las 2 a las 3 (y sucesivamente) de forma directa, no es difícil de hacer (de hecho creo que sería más fácil de hacer), a mí me molesta mucho que se ande moviendo la aguja horaria entre medias de los números cuando no tienes un reloj monoaguja, no le encuentro el sentido. Es verdad que así puedes «ver» la hora y los minutos (bueno, digamos que puedes «suponer» la hora y los minutos, porque encima las divisiones normalmente cuando tienen dos agujas o más es de tan solo cuatro marcas y no once como suelen tener los monoaguja), pero a no ser que tengas una vista de lince, leer la hora con un reloj de dos o más manecillas sin ser monoaguja es bastante engorroso (o para mí al menos lo es).
Con todo esto lo que quiero decir es que los fabricantes deberían pensarse el cargarse «el bailoteo» de la aguja horaria entre un número y otro, cuando el reloj no es monoaguja.
Otra cualidad del reloj monoaguja es que te hace menos esclavo del tiempo, no tienes necesidad de andar mirando hasta el segundo determinado de la hora que es. Al fin y al cabo un minuto arriba o un minuto abajo no debería tener tanta importancia como hoy tiene.
Un reloj de agujas no es más que un motor de velocidad controlada. El motor es tan sencillo como una pletina enrollada, igual que los coches de juguete. La única dificultad es hacer que esa energía acumulada se libere en forma de movimiento controlado y, sobre todo, regular.
La mejor forma de conseguir la regularidad es hacer que la energía del muelle se libere en cantidades fijas lo más pequeñas posibles, de ahí las altas frecuencias de los «latidos».
Siendo un completo ignorante en temas de relojería me puedo imaginar bastante bien el mecanismo de un reloj de «movimiento continuo».
En 7º de EGB me encantaban los problemas de relojes relacionando las velocidades de rotación de las agujas y los ángulos que formaban…
bianamaran, me pasaba lo mismo con el movimiento progresivo de la aguja horaria, como tu, es algo que no entendía, y que incluso ahora, no me gusta demasiado. Lo mismo aplica a los minutos, que avanzan progresivamente con los segundos.
La clave de un reloj de cuarzo Fernando es un cristal de cuarzo tallado para dar una determinada frecuencia al pasar la corriente. Eso es lo que lo regula a una velocidad constante. Yo en EGB, pernsaba lo mismo. Como si fuera un coche que fijamos el ralentí a 2.000 rpm, y eso nos permite controlar la velocidad de avance. Pero esa teoría, era bastante complicada después de todo.