Mucho antes que SafeDisc y SecuROM, intentasen dificultar la copia de los discos de distribución de software original, y permitieran ganar mucho dinero a sus creadores (Macrovision y Sony respectivamente), las protecciones anticopia ya existían, y por supuesto, también existían los programas para saltarlas (CloneCD, CloneDVD, Alcohol 120%, Daemon Tools, …).
Si en los tiempos del Spectrum, eran Alkatraz, Flash Load, o SpeedLock en sus diferentes versiones, los programas que traían de cabeza a los piratas y usuarios. De nuevo en esa época, otra oleada de copiadores apareció (Lerm TransPack, Trans Express, …).
Independientemente de la época que hablemos, la filosofía de los sistemas de protección anticopia, siempre ha sido el mismo. Basarse en alguna particularidad, natural o artificial del soporte original, que no es directamente copiable por el software genérico, y que el programa protegido comprueba al iniciarse, para detectar si es un original o no. Sin embargo, la mayoría de países, otorgan al comprador de software original, el derecho a realizar tantas copias de seguridad como crean oportunas, de cara a evitar problemas debidos a degradación o pérdida de los discos. En estos casos, los usuarios se encontraban con que eran incapaces de copiar las aplicaciones así protegidas, y por tanto, no podían ejercer su derecho.
Así que entonces era cuestión de tiempo que aparecieran programas capaces de replicar las características especiales del soporte que incluía el software original, y es que de hecho, si el kit de protección puede detectar esa característica, virtualmente se puede escribir un programa que las duplique, y que crearon la denominación genérica de copiones, copiadores, o duplicadores. Su uso, permitía tener discos copiados, que eran idénticos al original, y por tanto, la rutina de protección, daba por buenos.
En 1982, y englobados en este entorno, Central-Point, desarrolla Copy II PC, que culmina en 1990 con la versión 6.0, capaz de copiar discos protegidos con varios sistemas, y que no tardó en ser un éxito.
Seguramente, el caso más sonado a este respecto, empezara en 1984 con Copywrite de Quaid, que estuvo activamente desarrollado hasta 1990, y que permitía copiar multitud de títulos protegidos con el sistema PROLOK, desarrollado por la compañía Vault, y que acabaría en manos de los tribunales.
A pesar de ello, el paso definitivo llegaría en 1985, cuando Transcopy, también de Central-Point, y que evolucionaría hasta 1990 con la versión 5.5, aunaba la experiencia de Copy II PC, con un hardware especial denominado la Option Board, de manera que la combinación era capaz de realizar un proceso de copia 100% efectivo.
A partir de los 90, la generalización de estos programas, junto a los inconvenientes que causaban los sistemas de protección de discos a los propietarios legales, hizo que progresivamente dejaran de utilizarse, en favor de los códigos, o las mochilas.
Ahora la situación es muy similar a la que tuvimos, solo que en vez de los discos flexibles (floppies), ocurre los CD-ROM, y los DVD-ROM que hemos visto al principio, y los sistemas de protección/activación, que esta vez, utilizan internet para los códigos solicitados.
Otra opción a la hora de realizar las copias, consiste en parchear el binario que contiene el programa protegido, para desactivar los controles sobre si el soporte contiene las particularidades de la copia original o no. La aplicación se hace actualmente con parches estáticos, es decir un ejecutable debidamente modificado a tal efecto, y que simplemente reemplaza al original (Fixed EXE). O bien, el más antiguo, y todavía usado, el parcheado dinámico con un cargador (Loader). Este sistema, se encarga de gestionar la carga del binario del programa, y una vez cargado lo parchea directamente en memoria.
La rápida evolución del sector, hace que este parcheado, se haga normalmente a mano, aunque no debemos olvidar la época no tan lejana, en que había herramientas capaces de modificar múltiples títulos, para crackear el ejecutable y desprotegerlo: LockSmith, NeverLock, Rawcopy, …
A modo histórico, os podéis pasar por The Central Point Option Board, donde encontraréis mucho material del mencionado, e incluso descargas directas de algunos programas.
Huy. Ha sido leer la palabra "Lerm" y venirme a la memoria montones de recuerdos de hace ya veintitantos años. Luego vino el Audiocopy, que copiaba juegos en "turbo" con una pasmosa facilidad, siendo virtualmente imposible protegerlos.
También recuerdo las "mochilas" acopladas al ¿puerto serie o paralelo? Qué de arqueología informática, rediez.
Seguramente mced, el de Lerm fue uno de los primeros copiadores eficaces que utilicé, y como podría olvidar los cargadores turbo, que a base de modificar la rutina de carga, podían codificar el juego a más bps. También recuerdo los problemas que daba este sistema, incluso con programas originales dependiendo de la calidad del reproductor de cassette.
Recuerdo la mochila de 3D Studio (antes de ser Max), y también recuerdo su correspondiente crack, claro está, se conectaba al puerto paralelo, pero quizás hubo sistemas por puerto serie.
Curioso que Quaid Software Ltd tenía un software magnífico que parece que no mucha gente usó y al que yo guardo un gran cariño y respeto. Me refiero al Quaid Analyzer, una estupenda herramienta que servía para muchas cosas, entre ellas para depurar y analizar programas. Más de una vez me ha servido para saber qué hacía alguna ROM con el hardware para poder hacer uso del mismo en sistemas que no eran MS-DOS.
Pero claro, el QA.EXE no servía para copiar….
Me suena el nombre de Quaid Analyzer, pero no llegué a probarlo en su momento. Me haré con una copia, y lo pruebo ya mismo.
Gracias José Luis.
Madre mía. Pues yo, por culpa del copy2pc me cargué un juego original que no conseguía copiar, uno de los pocos juegos originales que en mi vida he comprado. Intento acordarme del nombre, pero no puedo. El cabrón del copy2pc no era capaz de clonar perfectamente una entrada en la FAT y cambiaba siempre dos bytes, que eran los que no hacían funcionar el juego y por mucho que intentaba luego editar el disco, con el pctools o similar, nada, no había manera. Resulta que el juego original tenía una entrada inválida en una de las copias de la FAT y el sistema, por defecto, te la machacaba con los datos de la otra copia, la cual él consideraba que era correcta.
Y el copywrite funcionaba de una forma curiosa en mi vetusto 8088 clónico: Leía una cara y se quedaba frito hasta que sacabas el disco y lo volvías a meter, entonces cambiaba de cara, leía y se volvía a quedar frito. Volvías a sacar el disco, lo metías y entonces cambiaba de pista (sonaba el clásico CLANC de la cabeza lectora) y se volvía a quedar frito. Hasta que descubrí que así me funcionaba el copywrite en mi máquina pasaron muchos meses sin poder hacer copias (de seguridad, ¿eh?) de ningún juego y luego, para grabar un disco, necesitaba sacar y meter el disco 166 veces (porque el copywrite intentaba leer las pistas 81, 82 y 83). Terminaba con el pulgar reventao.
Qué cosas y qué tiempos aquellos.
Grandes tiempos reboot. Muy adecuado el término de «copias de seguridad», jeje.
La protección de la FAT, fue muy popular. DOS no era capaz de leerla, ni por tanto copiarla bien, pero la protección del juego, era la que en realidad sabía cual era la copia buena, y eso le permitía determinar si era o no original.
Lo de las pistas 81, 82 y 83, era otro truco que seguían, aunque a veces eso dañaba las disqueteras. Hoy en día, sería ilegal.