Posiblemente os habréis dado cuenta como desde hace unos años, la mayoría de jóvenes y adolescentes llevan a su espalda mochilas de la marca Eastpak.
Si además sois los encargados de sufragar estas compras, estaréis perfectamente al corriente que son unas mochilas con precios bastante caros.
Quizás lo que no sabréis, es la curiosa, y relativamente reciente historia de la marca.
Monte Goldman, funda en Boston, en 1952 la compañía Eastern Canvas Products, centrada en la producción de mochilas para el ejército norteamericano.
En 1976, su hijo Mark Goldman, se incorpora a la compañía, y decide comercializar sus mochilas al consumidor final, lo que les lleva rápidamente a posicionarse como marca número uno en mochilas para escolares e institutos en la Costa Este, en la década de 1980 a 1990. Su reputación de productos duraderos va en aumento, por un lado debido a su calidad y resistencia, y por otro, al ser el primer fabricante de mochilas en ofrecer una garantía de por vida.
Todo ello demuestra su énfasis en la calidad, al más puro estilo Zippo. ¿Dónde está la trampa? Pues hasta donde yo se, en ningún sitio, si bien es cierto que no conozco a nadie que haya tenido que hacer uso de la garantía.
El caso es que ofrecen 2 años de garantía, tal y como indican las regulaciones europeas, algo que ellos denominan ilimitada, ya que cubre cualquier desperfecto que sufra la mochila durante un uso normal. Después de esos dos años, la garantía se prolonga por 28 años más, es decir, hasta los 30 años. El argumento eximido, es que legalmente no se puede ofrecer una garantía perpetua, lo cual es lógico, pues tarde o temprano por buenos que sean los materiales, acabaría rompiéndose. Esa garantía extendida, es lo que llaman limitada, y que ya no cubre los desperfectos causados por el desgaste. No obstante, no puedo más que admirar su confianza y valentía en este sentido, dando confianza a los consumidores, entre los que me siento muy identificado.
Al tiempo que van produciendo diseños más modernos y juveniles, llegando al mercado europeo en 1986.
A partir de 1999, se expanden hacia el sector del equipaje para viajes, para un año después, en el 2000, ser adquiridos por el líder de las mochilas: VF Corporation, que además de Eastpak, JanSport y The North Face, es dueña de Wrangler, Lee, Nautica y Vans.
De hecho, su modelo más popular, la The Padded Pak’r ®, data de 1976, sin apenas haber sufrido cambios, salvo una mayor variedad de colores y estampados… Lo malo es que como en casi todo, ahora la mayoría se producen en Bangladesh o China, aunque algunas ediciones limitadas siguen siendo Made in USA.
Todas las Padded Pak’r, comparte su manufactura en poliamida, y unas dimensiones de 40cm X 30cm X 18cm, que le dan una capacidad de 24l, son mucho más ligeras que una mochila normal, con un peso de 420g.
Está disponible en más de 90 colores, desde los básicos, hasta las variantes recientes con nombres sugerentes como Soft Lips, Fresh Berries o Spring Break; y por supuesto los estampados, que también tienen nombres sugerentes como Hex Pink o Cam Sun.
Yo prefiero las Fjallraven Kanken.
Sonia, las Kånken Fjallraven me gustan mucho, con ese diseño tan fiel a las originales. No diría retro, diría directamente clásico. Pero su excesiva diferencia de precio, no creo que esté justificada con la diferencia de calidad de las Eastpak. Hablo de lo que he visto, sin haber probado las Fjallraven.
Yo tuve en el 2004 o así mi primera mochila Eastpak, clásica, negra. A día de hoy ha sufrido todo tipo de maltratos asiduos de un chaval de instituto incluso ácido de batería de moto y pesas de gimnasio. A día de hoy si no fuese por alguna que otra firma, la tela sigue estando prácticamente como el primer día y la cremallera también.
Recientemente para la labor de ferroviario he adquirido otra Eastpak Tutor en este caso. Confío en que salga igual de buena, pues de momento ya le ha tocado ir hasta los topes y ningún problema. La única pega: Made in Indonesia y como tu siempre comentas: Mejor en EEUU con un sueldo digno aunque me costase algo más.
Gracias por tu testimonio Arturo. La mía tiene ya más de dos años de uso diario, y lo que he empezado a apreciar, es que la cremallera ha perdido rigidez. De manera que si cierro ambas justo en la parte superior, y la mochila va muy cargada, acaba abriéndose un poco. La solución es tan fácil como cerrarlas asimétricamente.
Debo decir, que en este tiempo, abro y cierro la cremallera 5 o 6 veces al día, lo que hace un total de unas 5.000 aperturas/cierres. La tela sigue en perfecto estado.