Hace mucho tiempo probaba los productos Bulldog para el cuidado de la barba. Eso me dio que pensar en la situación, cómo ha cambiado la percepción de la barba. Parece ser que los grandes del afeitado, como Gillette, parte del conglomerado Procter & Gamble, han notado un descenso en torno al 30% de ventas. Imagino que ello será extrapolable a Wilkinson Sword / Schick parte de Energizer Holdings (y antes de Pfizer).
El problema al que se enfrentan, son las barbas, que no sólo ahora están toleradas, sino que me atrevería a decir que son bien vistas. Esto hace que los hombres nos afeitemos con menor frecuencia, y que por tanto, compremos menos de sus productos.
En donde más margen obtienen estas empresas, es en sus recambios de las maquinillas multihojas de última generación. Cartuchos propietarios que sólo valen para la marca que los vende, y usualmente para unos pocos modelos de maquinilla. Desde que el cliente compra la maquinilla de afeitar, sea este masculino o femenimo, queda atado a la empresa. Por tanto menos afeitados, quiere decir directamente que hacen falta menos cuchillas, y por tanto menores ventas.
Pese a sus grandes esfuerzos en ir aumentando los precios paulatinamente para así conseguir ingresos superiores, y el lanzamiento de agresivas campañas de publicidad, todo parece indicar que es una tendencia que va a durar, al menos, mientras la moda de la barba siga popularizándose. Supongo que en la época hippie y los pelos largos, debió ocurrir algo similar con los peluqueros.
Hasta yo mismo que soy un apasionado del afeitado clásico, he pasado de afeitarme 2-3 veces por semana a hacerlo solamente una. La diferencia es que además cada dos semanas, debo recortarme barba y bigote, en lo que yo he denominado afeitado creativo, porque imitar el efecto de la barba de varios días, no es nada fácil con los aparatos que existen actualmente.
Puedes dejártela crecer indefinidamente, o rasurártela por completo, pero los otros puntos intermedios son muy laboriosos. En mi caso implican que cada 15 días deba recortar barba y bigote con una cortadora de pelo, y cada semana, afeitar cuello, cara, repasar los contornos de la barba, y perfilar diferentes ángulos. La ventaja para los amantes del afeitado tradicional es que pese a no ser un afeitado desde cero, un rasurado completo de la cara, nos permite mejorar nuestra precisión con la maquinilla.
Esta disciplina de repasar, o de afeitado creativo como decía, la comencé a finales de 2017. La sigo irregularmente, quizás durante uno o dos meses- Luego me cansa y la dejo de lado. Sin embargo recientemente he vuelto a ella, dándome cuenta que como en todo, el ensayo y error hace que vayamos mejorando con los resultados; que el esfuerzo que dedicamos cada vez sea menor.
Hola Guti,
Tienes razón, los tiempos cambian. Yo a mis 30 años creo que no me he afeitado ni 20 veces con cuchilla y espuma. Uso una recortadora por la comodidad que me genera, me recorto un par de veces por semana y ni cortes ni irritaciones.. Es cierto que ahora hay una gran variedad de formas de afeitarse, pero también es cierto que hay muchos más usuarios con gustos diferentes. Y las marcas tendrán que reinventarse para poder sobrevivir.
Saludos
Me imagino Victor que como ahora se tolera, o incluso está de moda la barba eso permite que hay diferentes gustos y preferencias. Lo cual da libertad y creo que es algo muy positivo.