Aunque no es la primera vez que lo hago, no suele gustarme tocar temas demasiado personales aquí. Sin embargo pienso, que pueden ser de utilidad para alguien, así que hoy os hablaré acerca del «barco de madera«, una metáfora de mi propia cosecha que plantea diferentes problemáticas acerca de las relaciones tóxicas. Como voy a intentar no repetirme, te mostraré como identificarlas, algo que probablemente es la parte más difícil de todo, que te des cuenta de ello. Si sigues leyendo, es porque crees que estás en una relación de ese tipo, así que voy a intentar explicarte cómo yo logré darme cuenta.
No importa si la relación ya era así al principio y tú no te diste cuenta, o bien fue degenerando hasta el punto en el que te encuentras ahora. Una relación tiene por objetivo que los dos crezcan, que tengan un plan común y compartido, un propósito a largo plazo. Además de ser felices, se trata de tener un propósito. Si ninguno de los dos lo tiene con el otro, o si sólo es el caso de uno de los miembros de la pareja, eso no es una relación constructiva, no es algo que aporte, al contrario, sólo resta.
El psicólogo y escritor Walter Riso dijo: «Cuando ya no te quieran, lo sabrás, aunque no te lo digan. Lo sentirás desde lo más profundo, porque la indiferencia jamás pasa desapercibida». Te darás cuenta porque no eres la prioridad del otro. Se empieza notando en pequeños detalles.
Si no muestra interés en ti, en tus cosas y en tus emociones, o bien no es capaz de comprenderlas, sencillamente no te quiere. Porque el amor vuelve a las personas prioridades. Si tiene tiempo para otras cosas y otras personas, pero no para ti, entonces no te quiere. Porque el amor hace que cada momento con la persona amada sea valioso. No importa si te dice que te quiere, que tienes que estar convencido de ello, el amor se demuestra con hechos, no con palabras. La comprensión y la confianza son la base, por lo que las realidades no requieren ser descifradas, están plasmadas y pueden ser interpretadas a simple vista.
Puede que no quieras darte cuenta, pero tendrás una sensación de sentirte incompleto, de que algo no anda bien. Tal vez decidas volcarte en tu trabajo, en tus estudios, en tus amigos, en tu familia o en tus proyectos; un refuerzo que te haga sentir lleno nuevamente. Si es así, ¿no se te hace extraño que tu forma de sentirte realizado no tenga en cuenta a tu pareja? En el fondo lo sabes, eso es solamente una vía de escape, una manera de intentar compensar lo que necesitas y no consigues con esa persona.
En cierta forma, tu sigues empeñado en mirar a otro lado, en buscar los problemas en otro sitio. Haz una cosa: Compara como estás ahora y cómo estabas antes de estar con esa persona. ¿Crees que te sientes más feliz? ¿Más apoyado? ¿Que tienes a alguien en quién podrás confiar para el resto de tu vida? ¿Es una persona que te comprende? ¿Tenéis un objetivo común? ¿Compartís planes, sueños y objetivos? Porque si no es así, esa persona es un lastre para ti, un freno. Alguien que está cortando tus alas en vez de impulsarte hasta dónde tu no habrías llegado si estuvieras solo. De hecho su carga, hace que incluso logres menos cosas que cuando estabas solo.
Una relación es también ayuda mutua, apoyo incondicional, no debe ir en una sola dirección. Si no te sientes apoyado por tu pareja, ni siquiera en el momento en que más la necesitas, entonces, estás en una relación en la que no estás siendo amado. Es fácil decir «te entiendo», «te quiero» o «eres la persona que siempre soñé». Pero si no te demuestran ese entendimiento, ese querer, o que tú eres la persona, entonces te están engañando.
Si eres una persona luchadora, probablemente habrás intentando solucionar las cosas, seguramente más de una, dos, tres y cuatro veces. Habrás pensado en lo que falla, habrás intentado comunicarte con esa persona y habrás intentado ponerle solución. Es bueno intentar arreglar algo que no funciona como debería, siempre hay que luchar. Pero si has llegado hasta el punto que solamente eres tú quien se esfuerza, quien intenta mejorar la relación, quien busca nuevos puntos de vista, y quien intenta arreglarlo, entonces tu relación tiene ya un pie en la tumba, porque una relación es indiscutiblemente cosa de dos.
Te vas a aferrar a ella, quizás tengas miedo de dejarlo, quizás te sientas culpable o pienses que estás siendo egoísta. Es natural sentirse así. Pero ocurre que tú lo has intentado ya todo, y que por más enfoques diferentes que hayas probado, sólo has recibido palabras y buenas intenciones. No ha habido ningún cambio significativo por más tiempo que le hayas dado. Incluso puede que ahora mismo te estés planteando qué más puedes hacer, intentar arreglarlo de una nueva forma. No es que hayáis tenido diferentes problemas, y que seas tu quien les pones solución. Es que son siempre los mismos problemas que se repiten, las mismas cosas que tú has intentado arreglar una y otra vez. Tienes que darte cuenta que no funciona. La prueba es que cada vez te sientes peor, más vacío por dentro. El motivo no es solamente que esa relación no te aporte lo que necesitas, es que te estás consumiendo intentando salvarla. Y te estás quemando tu sólo, porque el desequilibrio es tal, que el otro o no ve las cosas, o no quiere verlas. Eso no va a cambiar por más veces que lo plantees, todo seguirá igual, exactamente como ha ocurrido las otras veces. Lo único que cambia, es que tú estás cada vez más agotado, más desesperado. En cualquier caso, nada cambia, ahí sigues tú, tirando del carro en solitario, y esforzándote sin que nadie te ayude.
¿Recuerdas lo que decía antes? Que una relación te debe hacer mejor persona, te debe traer felicidad y equilibrio. Pero ahora estás ofuscado, te trae justo lo opuesto, no es que te sientas estancado o que la relación no va a ningún sitio. Es que te sientes cada vez más frustrado, que retrocedes. Cómo eres muy cabezón y testarudo, seguirás intentándolo durante un tiempo, pero lo que ocurre, es que esos pequeños instantes de luz y alegría que tenías en tu relación, cada vez serán menos frecuentes, y cuando ocurran, tendrán menos efecto en ti. Si tiempo atrás un beso, un «lo siento», un «todo saldrá bien» o un «te amo», causaba un poderoso efecto en ti, ahora apenas lo notas. Posiblemente lo has escuchado ya tantas veces, que hasta tu yo interior se da cuenta de que aunque es necesario, no es suficiente. Quieres escuchar esas palabras, pero también quieres ver sus efectos.
Es difícil pasar página cuando aún crees sentir algo por la otra persona. Te justificas pensando en que le harás daño y no lo merece, en los recuerdos de cómo era todo al principio, o en lo sólo que te quedarás sin tu pareja. Estoy seguro que ambos habéis pasado por otras rupturas, así que sabes que todo se acaba recomponiendo. Los dos tenéis derecho a realizaros en la forma que deseéis, y si te has dado cuenta que esa realización no puede veniros juntos, es mejor que permitas que al menos cada uno intente conseguirla por separado. Efectivamente es duro y doloroso, pero es mucho mejor eso, que atarte a un barco que se hunde. Puedes imaginarte justo así, en un barco de madera con un enorme agujero en su casco. El agua no para de entrar, está naufragando y tú vas cómo loco achicando cubos de agua. Cuanta más agua extraes, más agua entra. En vez de sentirte que haces algo útil, algo que sirva para que no zozobre, te das cuenta de la frustración que supone saber que es completamente inútil. Te das cuenta de que no sirve de nada, pero ahí sigues, tu sólo y sin ninguna ayuda sacando cubos de agua para que no se hunda.
Sin embargo, si echas la vista atrás, verás que el barco ya se había hundido hace tiempo. Fuiste tu quien cuidadosamente colocaste nuevos tablones de madera en su exterior, quién cambió la chapa que estaba oxidada, y quien lo pintó entero. Hiciste todo lo que estaba en tu mano para evitar que se hundiera, y seguramente lo hiciste varias veces. Tu pareja era la que tenía que clavar las maderas que tu colocaste, pero no lo hizo. Así que pese a tu buena voluntad y tu esfuerzo en mantenerlo en perfectas condiciones, todas las tablas se han soltado inmediatamente. Se hunde, y no es porque tú no lucharas, lo hiciste con todas tus fuerzas. Es porque no fuiste correspondido, porque tú «socio» o «socia», ese que tanto te quiere y que se preocupa tanto por ti, fue incapaz de clavarlas.
Mientras el barco se va cubriendo de agua lo examinas, te das cuenta que tu pareja tampoco cambió las juntas de goma que podrían haber evitado que se hundiera, que nunca instaló el sistema de alarma de detección de agua. Precisamente esa alarma fue una de las cosas que recuerdas haber hablado durante uno de tus cambios de planteamiento. Le dijiste varias veces que era importante, que vuestro barco la necesitaba. Por supuesto tu pareja te respondió que no te preocuparas, que lo haría porque te quería. Confiaste en esa persona, y ya ves, ni tablas clavadas, ni juntas de goma ni alarma.
Ves como todo lo que colocaste en tu barco-relación desaparece lentamente. Tú lo pusiste, pero tu pareja no lo reforzó. Y ahí te encuentras, abordo de un barco que se hunde, y tu planteándote que has sido tu quien ha fallado, porque debías haber sido tu quien además de hacer lo que hiciste, instalara la alarma, cambiara las gomas, y clavara las tablas.
Una reflexión muy acertada y muy útil. El mayor problema que veo, sin embargo, es que por desgracia pocas personas aprenden en carne ajena, todos tendemos a pensar que somos diferentes, que lo vamos a arreglar, que realmente nos quieren…, y preferimos auto-engañarnos y alimentar esa ilusión, en lugar de ver la realidad. Me llama mucho la atención (conocí varios casos) que hasta las mujeres maltratadas, que a todas luces su marido no las ama y las usa como un trapo, siguen soñando en que un día serán amadas, e incluso tras romper la relación, a veces les cuesta desprenderse. En otras ocasiones son ellos, quienes a pesar de que ellas les dicen por activa y por pasiva que no los quieren ver en pintura, insisten e insisten y vuelven a insistir como gilipollas.
Como bien indicas, una relación es algo que se construye entre dos, no es cuestión tampoco de decir: «yo lo pongo todo y tú no pones nada», ese puede ser un punto de vista muy subjectivo, tal vez creas que lo pones todo y sin embargo sea la otra persona quien está luchando más. Pero como el movimiento se demuestra andando, lo mejor es ir a casos prácticos. Si todo lo hace ella, y tú no la acompañas ni para ir al súper y, encima, dices que ya haces bastante trayendo el dinero a casa (en el supuesto que los dos no trabajen), quizá quien menos pone en la relación seas tú.
Excelente lección de vida matrimonial. Está debería ser un tutorial para los que se quieran casar, pues no es nada fácil el matrimonio.
Agradezco el artículo que por cierto mi esposa aplaudió mucho al escucharlo.
Muchas gracias GUTI.
Saludos a ET.
Eso que dices daría para otro reflexión ET. Es la forma en que percibimos las cosas, a veces de manera equivocada. El ejemplo que dices de yo lo doy todo porque llevo el dinero a casa, aunque luego ni me preocupe de la esposa, ni de sus necesidades, ni del hogar. Desgraciadamente es algo que solemos ver.
Lo de las mujeres (y hombres), no digo ya que sean maltratados, sino simplemente aquellos que llevan bastante tiempo mal, que lo han intentado todo y que siguen ahí aguantando por un motivo u otro. Como aguardando a que sin hacer nada todo vuelva a ser como era. Me pregunto si será parecido al síndrome de Estocolmo en los secuestros. Que el hábito te haga ir aceptando poco a poco la situación, aunque sea mala, y resignarte.
Y para confirmarte que sólo aprendemos en carne propia, pues nada más claro que mi situación. Uno ve los casos en los demás, pero para los propios, es totalmente ciego.
El matrimonio no es fácil Ricardo. Tampoco lo son las relaciones personales, los amigos o los trabajos. Todo requiere esfuerzo, dedicación y aprendizaje. Lamentablemente tenemos que cometer errores para aprender de ellos, aunque fallar nos implique sufrir. Gracias por la lectura.
Buenos día D. Javier, D. Ricardo, D. ET y demás lectores.
Antes de nada buena entrada y acertadas reflexiones.
«El amor» es un complejo cultural que como todo ha tenido diferentes visiones a lo largo de los tiempos (eras o periodos de humanización). Por ejemplo tenemos una concepción de Saulo de Tarso [San Pablo, aunque no está claro que lo escribiera él) pasando por el Romeo y Julieta del pobre Shakespeare, Tirant lo Blanc de Joanot Martorell, Ausias March (como primer poeta moderno)…. Pero como toda relación interpersonal e intrapersonal es compleja, no soy yo quien dará lecciones de vida a nadie. os lo aseguro. Corren malos tiempos para el amor romántico, porque no hay una relación exacta a la otra, porque no estamos acostumbrados a dar y recibir desinteresadamente, porque somos cortoplacistas y buscamos una felicidad ignota… Me ha gustado tu reflexión D. Javier.
Buenos días y feliz día de las mamás.
¿D. Ricardo cómo están por Mèxico? Cuidense..
Pienso lo mismo que tu Sergi. No soy el más indicado para dar consejos de este tipo, pero sí al menos para reflexionar. Yo también veo lo que tu ves, cada vez somos más cortoplacistas, buscando la satisfacción inmediata. También más cobardes, huyendo de cualquier situación desagradable a la que tengamos que enfrentarnos a la mínima de cambio. Corren malos tiempos para el amor romático, pero también para la solidaridad, la caridad y la empatía.
Feliz domingo, día de la madre en España. Creo que en México el día de las madres es el próximo domingo, igual que en Venezuela y otros países americanos. Así que aprovecho para mandar un saludo a Ricardo.
Excelente descripción del tipo de relación por la que tuve la «fortuna» de pasar.
Y si, digo fortuna, porque siempre he pensado que si el resultado compensa al coste, no es gasto sino inversión.
Gracias al sufrimiento de querer como bien dices, mantener a flote lo que por naturaleza no estaba hecho para llegar a buen puerto, aprendí a saber quién era yo, el que era antes de aquella relación, una persona feliz.
Así que un día dije «basta» y me puse en camino para encontrar aquello que había dejado de ser.
Y lo conseguí (y lo digo con la intención de dar esperanza a quién piense que no se puede). Desde hace 15 años comparto la vida con una mujer con la que me siento completo, tranquilo y moderado, que logró que volviera a pasarme el tiempo silbando y viendo el mundo, sí, porque cuando compartimos nuestra vida con alguien tóxico pasamos a «visión de túnel», no hay nada más que intentar salvar la relación.
Y es que, como decía una actriz norteamericana de los 80 cuyo nombre no recuerdo, «la vida es muy corta para vivir en un drama contínuo».
Saludos.-
Lujo de comentarios de todos, muchas gracias por su tiempo.
Todo bien en México SERGI, gracias amigo.
Gracias por el saludo GUTI, aprecio todo tu trabajo en este Foro.
Cuidense por favor.
En el fondo es así Moisés. Las malas experiencias son las que nos sirven de aprendizaje, aunque sólo sea para aprender lo que no queremos tienen utilidad. En el mejor de los casos, también nos enfocan y nos hacen ver a dónde queremos ir. Te agradezco el testimonio y te deseo muchos años más así.
Gracias Ricardo. Si soy sincero son un tipo de contenidos que no me agradan demasiado. Tal vez por ser demasiado íntimos o personales, algo que nunca fue el objetivo de este blog, y que pensaba que no agradaría al público, más interesado en relojería, escritura o afeitado clásico. Intentaré no abusar de ellos, pero alguno más irá saliendo.
Un saludo.
Todos los comentarios son importantes y sirven mucho, pues casi todos hemos tenido problemas y siempre es bueno escuchar vivencias de otros para reconfortarnos.
Por mi estos mensajes son bienvenidos!!
«Por más doloroso que sea nuestro pasado, nosotros tenemos la capacidad de sobreponernos»
Un abrazo GUTI, te agradezco el tiempo invertido en nosotros.
Muy gráfico eso de «visión de túnel» de Moisés 😀 Ciertamente es así, no ves nada de lo que pasa alrededor, y casi diría que lo que te digan te resbala.
Hay muchos matices más o menos díficiles de jerarquizar y hasta de identificar. Para mí el tema es más sencillo y uso otro modo de evaluarlo.
Si estoy trabajando y ya cercana la hora al fin del turno me doy cuenta que prefiero seguir haciendo esto que volver donde mi pareja o ir a verla…. ya está claro que mejor salir lo antes posible de esa relación.
Y opino esto desde el pasado. Hace décadas que no tengo pareja ni quiero tenerla. En estos tiempos es imposible encontrar una mujer que no esté absolutamente contaminada por no solo las basuras culturales de otrora sino también las modernas financiadas por el señor Soros. Es decir se creen reinas de algo a las cuales se les debe rendir pleitesía, se creen con derecho a expresar todos sus enfados y molestias aunque no se tomen ni diez segundos en pensar si son válidas o no, y ya consideran un derecho el culpar a los hombres de todas sus taras, errores, estupideces, defectos, egoísmos, etc
No entienden el feminismo como una igualdad sino como una dominación del hombre. Hoy la mujer es el machista imbécil de las décadas del sesenta y muestra claramente que la historia es pendular.
Pero la culpa no es de ellas ni del señor Soros y todas sus ONG pro fin de reducir la población mundial repartiendo a diestra y siniestra frustración y desconfianza, sino de nosotros mismos por haberles permitido ser así y no pararlas de entrada cuando empezaron con estas pavadas delirantes.
La gran punta de lanza del «feminismo» moderno perverso ha sido darles prioridad a la tenencia de los hijos post separación/divorcio. Eso le ha dado un valor per se a la mujer en desmedro del hombre. Y últimamente los cupos por «condición» de mujer en distintos ámbitos. Y el remate absoluto han diso las perversas, contraproducentes y peligrosísimas leyes de violencia de género.
De algún modo vivimos en un estados islámico pero a la inversa, pero no queremos darnos cuenta porque somos estúpidos, manginas y aplastados por la cultura de nuestro tiempo. Y somos tan estúpidos que nos creemos unos malditos lobos comedores de mujeres caperucita y hasta llegamos a dudar si ellas no tendrán razón en sus reclamos.
Si alguien opina aquí que es feliz con su pareja no tengo porqué no creerle. Pero en lo personal los únicos que conozco que dicen eso son los que están perfectamente domados por sus mujeres y hacen todo lo que ellas quieren y les conviene a ELLAS. Sacando a estos todos los hombres que conozco son infelices con su vida de pareja y en el mejor de los casos parecen casi niños tratando de hacer cosas que su madre les prohibiría, aunque en este caso la nueva madre es la mujer. La verdad me dan lástima cuando los veo expresar que tienen miedo que sus mujeres se enojen y dejan de hacer lo que tienen ganas por miedo a ese enojo. Eso sí, dinero a la casa tienen que llevar. Y si empiezan a llevar menos el divorcio está cerca.
Reunir a los amigos casados o con pareja para un asado, un partido de fútbol, o cualquier otra actividad que nos las incluya a ellas es imposible.
Resumiendo hoy día todas las relaciones con mujeres son tóxicas, o por lo menos el 99.99%. Y no creo que los homosexuales estén mejor. Tampoco conozco ninguna pareja homosexual que se lleve bien. Las peores y más caóticas son las lesbianas, así que hasta entre ellas tienen problemas y la culpa no es nuestra.
Me gustaría pensar otra cosa, pero lamentablemente es lo que veo. Para colmo las redes sociales son una clara prueba de mi tesis. Cualquier ballenato insípido sube una selfie y se ven comentarios de decenas de sementales comentando cual insectos llamados por la luz, hermosa, divina, siempre guapa, etc. Un hombre sube una selfie y con suerte tiene un me gusta de su mamá o de un amigo comentándole que no sea narcisitas o marica.
La mujer no tiene ningún estímulo para ser autocrítica. Y solo te tratará bien si tenés más dinero que ella, aún no te ha encajado SUS hijos y aún no te ha sacado nada y por ahora no tiene posiblidades de sacarte. Porque si vos les cuestionás algo pum y para afuera, especialmente si ya te pudo sacar algo o te lo podrá sacar. Hay diez por lo menos esperando el turno en las redes sociales para disfrutar de sus dionisíacos favores sexuales. O por lo menos eso les hacen creer y ellas se lo creen.
Porque si a vos te agarraron de gil, no hay dudas de que pueden agarrar a otros también. Negocios son negocios. Y a sumarle el tema del lesbianismo. Hoy la gran mayoría de las mujeres son lesbianas o bisexuales (lesbianas en proceso), pero les gusta tener «marido» porque les resulta cómodo.
No me insulten ni critiquen por mis conceptos. Los que lo hacen tarde o temprano terminan dándome la razón cuando la mujercita amada los da vuelta como una media. Y en lo personal estoy harto de que me la den. Porque yo quiero estar equivocado, no quiero ser tan pesimista, quiero arrepentirme de estas opiniones. Pero a medida que pasa el tiempo lamentablemente más las reafirmo. Y no por cosas que me pasen a mi, nunca una mujer me ha hecho nada grave ni muy perjudicial, pero sí lo veo en amigos, conocidos, vecinos, compañeros de trabajo, etc. Y algunos se lo merecen, pero la mayoría no.
El mundo ha cambiado, no hay vuelta. Ha ido de un péndulo a otro simplemente, sin mejorar. No me interesa volver al machismo de decadas pasadas, pero me opongo totalmente al hembrismo. Y pronto será un delito opinar lo que aquí hice.
Y acá vemos hombres hablando de amor, de necesidad de ser correspondidos. Y esto era impensable en medios públicos hace apenas unas décadas. A lo sumo algunas canciones populares, algunos poetas. En cambio si visitan blogs de mujeres o leen sus redes sociales verán el metadiscurso de búsqueda de un hombre que «les guste como son ellas, locas, impredecibles» y hasta lo ven como una virtud y divertido.
Hoy día si voy caminando por la calle y veo venir en sentido inverso una mujer que me guste, cruzo de acera. Ya no quiero más problemas.
Arcano_0, la solución a nuestros problemas es una buena colección de Casios, lee la Bitácora de Guti y una buena botella de vino.
Saludos a todos!!
Secundo a C. Ricardo: Casio + Vino+ Bitácora de Guti + Buenas lecturas y Rock and Roll.
Arcano_0, si dices que no tienes mujer y a renglón seguido sueltas ese discurso «pro-machotes», queda en evidencia por qué no tienes mujer. Siga usted cambiándose de acera.
Esa es la utilidad que tienen Ricardo, aportarte un punto de vista diferente, algo sobre lo que poder reflexionar y que tu mismo puedas tomar la decisión.
Gracias por la lectura y tus comentarios. Cuídate mucho.
ET ¿no tenés algún comentario que no sea la bobadita ad hominem de solapa de libro berreta de psicología? Además se ve que, como es usual en tu caso, ni siquiera entendiste lo que escribí o por lo menos no lo leíste sin atención. Mi discurso fue cualquier cosa menos pro machote. Y por el contrario denota la debiilidad que tenemos las personas con respecto a los usos de su tiempo, sean del sexo que fueran.
Como bien dices, es complejo y con muchos matices Arcano_0. La felicidad es relativa, alguien puede tener una vida desastrosa y sentirse feliz, o tenerlo todo y sentirse desdichado. Partiendo de esa base, que para cada uno la felicidad se consigue de un modo distinto, es cierto que es difícil ponderar. Para unos una educación sin valores puede ser dramático y la causa de la ruptura, y para otros puede serlo que no le guste el fútbol.
Pues exagerando eso tiene mucha razón Ricardo y Sergi. Para mi la felicidad en gran parte son esos pequeños momentos de alegría y satisfacción. No importa si es tomar una copa de vino en silencio, ver avanzar el segundero de nuestro Casio, reírnos con la persona que amamos, o rememorar viejos tiempos con los amigos.
Algún día leeré «Modernidad líquida», de Zygmunt Bauman. Modernidad líquida describe, a mi entender, muy bien el tipo de sociedad en donde nos ha tocado vivir.
«Según sus planteamientos, en la modernidad líquida el único valor heterorreferenciado es la necesidad de hacerse con una identidad flexible y versátil que haga frente a las distintas mutaciones que el sujeto ha de enfrentar a lo largo de su vida. La identidad se configura como una responsabilidad reflexiva que busca la autonomía del resto y la constante autorrealización y que, además, está abocada a la constante inconclusión debido a la falta de un telos en la modernidad tardía.» [1]
En estos tiempos tan líquidos, quizás la prueba del ocho [2] de una relación sea justo eso de lo que habla Guti: dedicar tiempo a la otra parte de la pareja.
[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Zygmunt_Bauman#Identidad_en_la_modernidad_l%C3%ADquida
[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Prueba_de_fuego
Parece una lectura interesante un relojista. Lo que me da que pensar, es que quizás esto que digo que nos parece tan normal y obvio, es cada vez más poco común. Tendemos al egoismo, y formamos nuestra identidad en base a valores individuales y objetos materiales que nada tienen que ver con nosotros.
No hay peor ciego que el que no quiere ver. Si para ti ese discurso no te parece machista y retrógrado, entonces tienes un gran problema, querido amigo.
A fines del año pasado estuve cerca de morir luego de una larga agonía, durante la cual tuve tiempo de pensar en muchas cosas en verdadera profundidad, sinceridad conmigo mismo y sin miedo alguno o ansiedades.
Realmente fue maravilloso. Intelectualmente no llegué a conclusiones nuevas pero sí logré sentir y asimilar emocionalmente algunas ideas que ya tenía y por ende percatarme de sus verdaderos alcances y utilidades.
Podría estar contándoles durante horas pero me remitiré a lo que creo mejor viene al caso. La clave para no sufrir, para toda sabiduría y la manera de llegar a casi todas las soluciones eludiendo conflictos con uno mismo y los demás está en la humildad. Pura y dura humildad.
Si uno se ve desde afuera y analiza el porqué está en determinada situación si uno no es idiota se percatará de que lo está «porque creyó que podría manejar el tema»
Por ejemplo tenés un problema estúpido en la calle con otro tipo. ´La cosa se pone violenta. Al final te agarrás a trompadas porque creés que podrás ganarle. ¿Pero sabías quién era el rival? ¿Acaso no contemplaste que podría ser experto en algúnt ipo de pelea o directamente un psicópata violento? ¿Te conocés lo suficiente como para saberte en dominio de la emoción más difícil de manejar que es la violencia?
Bien, si no sos humilde con respecto a tu ignorancia de alguna de las dos premisas de arriba puede pasar con grandes probabilidades de que te lleves una gran paliza o termines matando a otra persona por una estupidez, con los perjuicios del caso. Pero si sos humilde sabrás que no conoces una de las dos variables. Y si supieras pelear muy bien actuarías como alguien totalmente seguro de sí y lo más probable es que tu rival vea eso y desista de pelear y provocar. O de tener vos la humildad suficiente ante el hecho también tendrías la misma actitud que si fueras un experto peleador, porque no es necesario de que actúes con la presunción de poder solucionar lo que sucede y que poco depende de tu autopercepción de poder impartir «Justicia».
¿Qué sabés vos de lo que está pasando en realidad? El otro tipo puede estar exageradamente enojado porque tiene a su madre enferma, lo echaron del trabajo o lo que fuere. ¿Quién sos vos para creerte con el derecho de darle una lección a alguien que no te la pide, que no te la agradecerá, que no te la pagará, que jamás volverás a ver? ¿Se entiende?
Y si bien este ejemplo es aplicable en casi todas las situaciones, con las mujeres lo mismo. Se conoce a una y pronto se detectan pequeñas incompatibilidades, diferencias de conducta, ideales y demás. Pero uno cree que podrá adaptarse a ellas o hacérselas cambiar. Uno cree optimistamente que el amor crecerá porque lo merecemos. Uno cree que la relación siempbre se basará en un ámbito de respeto porque uno lo merece y siempre es respetuoso. Uno considera que merece las mejores actitudes porque las prodiga y siempre lo hará. Uno tiene esperanzas y confianza.
¿Y quién sos vos para tener confianza en los demás? ¿Quién sos vos para creer que te darán lo mejor porque lo mereces? ¿Cómo podés ser tan presumido para creer que podrás cambiar o mejorar a otra persona? ¿Vos sabés lo que realmente merecés?
Sos idiota, la gente no se hace buena ni justa por decreto, ni ejemplos, ni amor. La gente se pule, mejora, se hace más respetuosa, justa y/o bondadosa porque ESA persona quiere y lo necesita, no porque TUS deseos o estúpidas esperanzas infantiles y egocéntricas así te lo hagan creer.
Hay poco que pueda hacer, muy poco. Para empezar deberías dejar de creerte bueno y merecedor de algo. La gacela tal vez creía que merecía seguir viva pero el león debía comer. Y pronto el león serán demasiado viejo para correr gacelas y morirá de hambre. ¿Dónde está la puta justicia para el leon o la gacela? Sin embargo vos exgis al universo, o Dios, el que tu pareja te ame o simplemente valore. Cuánta inocencia la tuya, desconocimiento de la naturaleza y empecinamiento en vivir en tus propias ilusiones.
Es lo que hay y lo que puedas llegar a ver que hay. El resto es TU propia imaginación o lo que te manipularon la imaginación para que veas lo que te hicieron creer que necesitabas ver.
¿Existe el amor? No te voy a dar mi respuesta, pero si crees que sí porque lo necesitás de zanahoria vital más que una esperanza es un problema lo tuyo.
La vida es muy dura si tenés ambiciones o necesidades muy altas, especialmente si son muy fantaseosas, por no decir utopicas.
Pero la vida es lo que es, no lo que vos pienses. Ni si siquiera TU vida es lo que VOS creés que debe ser o debería estar siendo.
Y si le das a alguien algo que no merece el problema es tuyo, no la primera vez que lo hagas sino la segunda. Ni hablar de la tercera,la cuarta y miles después. No culpes al verdugo porque te pega aunque le hayas dicho que no lo haga. Culpate a vos por haber sido engañado por el verdugo o por creer que podías llegara cambiarlo y convertirlo en buena persona.
Cuando pasaste un largo tiempo viviendo algo que no te hacía feliz el problema y la culpa son tuyas, no de la otra persona,situación, jefes o lo que fuera.
No seas presumido, no creas que podés con más cosas de las que realmente podés. Si tu mente es fuerte y dominante podrás dominar a los demás que les gusta ser dominados o lo necesitan, pero no podrás hacerlos jamás mejores personas, a lo sumo parecerlos. ¿Se entiende?
Esto que escribí es más o menos el resumen de una conversación que tuve con un amigo hace poco. Obviamente no me hizo caso pero como obedecí a mis propias palabras no me enojé con él. Ya verá que tengo razón dentro de un tiempo con respecto a la situación sobre la que le plantee esto.
PD: ET, tratá de tocarle los cojones a otro.
Y yo que llegué aquí por un Casio de 12 euros…
Jeje Moisés. Bueno, todos tenemos diferentes facetas… En todo caso, me alegra que hayas decidido quedarte y que las lecturas te hagan pasar un rato entretenido o de reflexión.
Lo decía porque había encontrado un lugar elegante en internet, casi un club de caballeros al más puro estilo inglés decimonónico, y nada, las redes parecen exacerbarnos a todos y llevarnos al final a subir de tono las respuestas.
Espero que no se me enfade nadie y sea ahora la diana del malhumor de algunos.
Te agradezco los cumplidos Moisés. Ciertamente es algo que intento hacer, mantener la educación y el respecto, algo que los habituales del blog también comparten, y por tanto da gusto leer y escribir aquí. Me gusta mucho como lo defines «club de caballeros».
Por algo el relojero y hasta el fabricante en el propio manual dejó bien claro que sólo era «Water Resist».
Una vez la humedad ha entrado, mal asunto. El daño puede ser muy persistente. xD
Jaja. Muy ingeniosa la metáfora Alejandro. Así que retomando el tema relojero, también depende de cómo fuera la relación, digo maquinaria. Si es de cuarzo y entra agua, mal asunto, si era mecánico, tal vez si se detecta a tiempo con algo de arroz se seque. En todo caso, es posible que queden secuelas para siempre, y que ese reloj ya no sea el mismo.