Con cierta frecuencia me escriben preguntándome sobre aspectos relacionados con la relojería que personalmente no me interesan, y con los que discrepo. Me estoy refiriendo a pesquisas arqueológicas sobre piezas determinadas, una tarea que su propietario puede llevar perfectamente a cabo; tasaciones de piezas horológicas; mejores relojes a la hora de invertir dinero; y también recomendaciones acerca del prestigio y el status.
En cuanto a esta última faceta, la del reloj como símbolo de status, me puse a reflexionar sobre ella y me di cuenta que pese a ser algo no compartido por mi forma de pensar, sí que tenía algunos puntos en común que podría llegar a racionalizar. Tradicionalmente se ha hablado muchísimo sobre el estatus, grandes pensadores han discurrido más y mejor de lo que yo lo podré hacer, así que permitidme que comience por el libro «Ansiedad por el estatus» (Status Anxiety) del filósofo Alain de Botton donde nos relata:
«Los beneficios de un estatus elevado no suelen limitarse a la riqueza. No deberíamos sorprendernos de que muchos de los que ya son ricos sigan amasando fortunas que van más allá de lo que podrían gastar cinco generaciones. Sus empeños únicamente resultan peculiares si insistimos en que la creación de riqueza sólo sigue una lógica estrictamente material. Tanto como el dinero, buscan el respeto que puede derivarse del proceso de acumulación. Pocos de nosotros somos estetas y sibaritas decididos, pero casi todos tenemos ansia de dignidad, y si una sociedad futura nos ofreciera amor a modo de recompensa por la acumulación de pequeños discos de plástico, esos objetos sin valor no tardarían mucho en ocupar un lugar preferente entre nuestras más fanáticas aspiraciones y ansiedades«.
Expone que en efecto la necesidad y la satisfacción del estatus van más allá de lo económico, exponiéndonos una hipótesis graciosa y a su vez muy clara con el ejemplo de los discos de plástico. Concuerdo totalmente en ella, pero en el mundo real el status no es así, por más que nos quieran hacer creer, básicamente se compra con dinero.
Si no fuera así, pocos adquirirían un automóvil de marca premium como el Mercedes-Benz C 300 de 56.000€ cuando por 34.000€, casi la mitad, tienes un vehículo equivalente de una marca generalista o prime como es el Škoda Octavia RS 2.0 TSI. Es fácil de ver como desde las última 4 o 5 décadas un coche ha sido un claro símbolo de estatus. No obstante cada vez lo es menos, y eso tiene una explicación.
Un coche sólo se puede usar en determinados momentos del día, por ejemplo yendo al trabajo o saliendo a cenar a un restaurante caro. Ello limita las posibilidades de que tus iguales te vean subido en él. En cuanto a prestigio le sigue la ropa y los complementos; un abrigo de marca reconocida y además relativamente visible, unos buenos zapatos… Que sin embargo se enfrentan a un problema similar, la marca no está tan visible ni es tan identificable como en un coche, pero sobre todo son artículos que no puedes lucir a diario. Si nos imaginamos llevando cada día la misma gabardina, más que aumentar el estatus lo que pensarán es que somos unos «tiesos» y bajaremos de escalafón social.
Ya comentaba que son valores que no comparto, pero que me llevan al origen de mi afición relojera. Los relojes se pueden disfrutar cada día y a cualquier hora. Llevados al lado social, en cualquier momento te pueden ver con ese reloj, y debido a la poca cultura relojera que hay en nuestra sociedad, si es con brazalete de acero puedes incluso vestirlo a diario sin que piensen nada mal de ello. Recordad que según el protocolo si el guardatiempo es de correa de cuero ésta tienen que ir en consonancia con nuestro cinturón y calzado.
Por el precio de lo que cuestan una llantas de 18 pulgadas parte del equipamiento opcional del BMW Serie 1, unos 2.500€, puedes hacerte con un reloj que te haga subir más rápido por esa escalera social de la que estamos hablando.
Sin olvidad que un reloj de prestigio sigue siendo un regalo aceptado y valorado en ocasiones memorables. Una pieza lujosa no desentona como regalo de pedido, como aniversario de trabajo, o para conmemorar cualquier otra ocasión especial. Sin embargo, unas llantas de 18 estarían fuera de lugar. Una joya, unos buenos zapatos, o un traje caro son complementos que también entrarían en la ecuación, pero con el inconveniente que a diferencia de los relojes o los automóviles, no llevan la marca completamente visible, requiere una explicación previa a nuestro interlocutor. Me imagino que por esa razón la ropa deportiva premium lleva tantos logotipos que parece que estés esponsorizando tu mismo a la marca.
Personalmente siempre he dicho que si necesitas un objeto para recordar ese evento, es que en realidad no fue algo importante para ti. Como la mayoría de los que amamos los relojes y les damos importancia, recordamos el reloj que llevábamos en nuestro primer trabajo, o aquella pieza en la muñeca cuando nos hospitalizaron. Son los recuerdos lo que hacen al reloj, y no lo contrario.
Totalmente de acuerdo con tu reflexión sobre los elementos que pueden darnos indicios sobre el estatus de una persona, así como la desproporción económica que conlleva utilizar unos u otros como espaldarazo social. Creo que un concepto íntimamente ligado al de estatus es el de poder, el cual, por desgracia,suele estar demasiado unido al nivel económico, más que al carisma o a la meritocracia. Solamente tenemos que leer los titulares de prensa o poner la televisión para ver los referentes actuales a los cuales está ligado el concepto de triunfo en este momento.
Estamos tendiendo aun más a eso Luis Enrique Sánchez Gómez. El dinero conlleva poder, pero también y diría que más importante, el poder conlleva dinero. Quizás es por eso que ya no veo noticias, en TV las dejé hace años, y en Twitter hace un año. No me apetece ver las mismas noticias de siempre.
Pero sí me pasó una cosa curiosa. Ayer me encontraba en Carrefour, visité su sección de librería. Las zonas más grandes de la misma era la infantil, pero la siguiente era una llamada «Youtubers». Es decir, Youtubers que escriben o contratan que les escriban un libro para venderlo. Poder, aunque sea sólo mediático implica dinero. Tristemente esa visión con Youtubers que en la mayoría de los casos no aportan nada salvo polémica o entretenimiento. No deja de ser una versión renovada de la prensa rosa. Una pena, porque hay canales divulgativos de toda índole en esa red, y eso sí me parece más constructivo.
Depende mucho de lo que cada uno entienda por status. Mi particular definición del status dice que éste se adquiere por méritos personales y, por tanto, no es posible puede comprarlo. Definición que, por ser particular, muchos no compartirán.
Sentada esta definición, el que alguien lleve en su muñeca todo un Rolex Explorer o un Omega Speedmaster no implica necesariamente que esa persona tenga status. ¿Cómo ha llegado ese reloj a esa muñeca? Se me ocurren algunas formas. Por ejemplo, su dueño pudo haberlo heredado; pudo haber ahorrado unos cuantos años para comprar uno; pudo haberlo comprado gracias a un premio de lotería; o pudo haberlo comprado por que es un empresario de éxito que empezó desde abajo y que tras años de trabajo, riesgos y éxito en los negocios tiene una economía personal boyante. De todas estas formas de alcanzar un Rolex Explorer o al Omega Speedmaster, de acuerdo a mi definición sólo la última la asocio a status.
Por otra parte, la adquisición de status no siempre implica unos ingresos económicos tales que te permitan adquirir bienes y servicios de lujo. Yo soy funcionario de carrera, he accedido a mi puesto mediante una oposición que hemos aprobado el 3,75% de los presentados, y trabajo para una administración que paga unos salarios tirando a justitos cuando a uno le toca vivir en una ciudad como Madrid.
El día de toma de posesión eres presentado a tus jefes, algunos de los cuales son cargos de cierta relevancia. En mi caso, el «pez gordo» a cuyas órdenes estoy lleva en su muñeca un Casio A168. ¿Sus ingresos le permiten comprarse un Rolex Explorer o un Omega Speedmaster? Posiblemente, yo diría que con sacrificios. ¿Status de él? Muy alto; me consta que al cargo que ocupa no ha llegado por que sí, hay muchos años de servicio y acumulación méritos. ¿Llevo yo en mi muñeca un reloj mejor que el suyo? Sí. ¿Es mi status mayor que el suyo? Claramente, no.
Yo no creo que un reloj te dé status para nada. Seamos honestos, hoy nadie aprecia un reloj (excepto quizá un Apple Watch que tiene una cierta popularidad y glamour), excepto cuatro frikis que somos los que nos creemos que al resto les importan estas vanalidades. Cuando un reloj era un elemento añadido, pues tal vez.
Si hablamos de mujeres, ¿alguien piensa que la fémina que te quieres camelar se va a fijar más en tu Vacheron Constantin al cuádruple del precio de un Rolex? Obviamente no, ella pensará que eres más pudiente con un Rolex, simplemente porque la publicidad ha hecho que se considere así, puesto que cultura relojera haya cero, por lo general.
Ocurre lo mismo con los móviles. Cuando Nokia cortaba el bacalao y ofrecía gamas muy diferenciadas sí, pero ahora todos los smartphones son idénticos.
Por otra parte, quien mire el status por su cuenta bancaria es que tiene un gran problema de principios.
Gran reflexión Guti. Y muy de acuerdo, el deseo de amor y reconocimiento a través de las posiciones materiales es algo autodestructivo. Solo se consigue lo contrario, aprecio por lo material que poseas y desprecio por tu persona.
Y también es irónico pero bastante real, es lo inmaterial lo que le da valor a lo material.
Saludos y gracias por compartir.
Me gusta mucho tu acepción de status un relojista y coincido con ella. Desgraciadamente creo que somos minoría. Hoy día ves en TV gente que se ha comprado una mansión y todos sienten envidia de ellos. Por más que en gran parte esa mansión ha venido justamente por aquellos que le ven. Que ven sus programas, compran sus discos o están en su canal.
Quizás debería haber acotado eso Bia Namaran. De cara a la mayoría, el status te lo da un Rolex o un Omega. Igual que te lo da un Mercedes o un Porsche. Sin embargo si tienes un Vacheron o un Patek, nadie sepa la diferencia. Lo mismo que si tienes un McLaren o un Noble. Es decir para el status la gente tiene que reconocer la marca como status, algo que depende de la cultura de ellos, y en relojería es baja.
Pues así vemos las calles llenas de muñecas con «Trolex», con atuendos de todos los tipos (de macarra, de «Cristiano Ronaldo», con traje y corbata…), intentando aparentar estatus… lo mismo que con Mercedes Clase A de más de 30000€, o Porsche Macan o Cayenne de 80000€. Gente de la que dices: «¿pero de coño vives para tener ese o aquel coche?», y claro, luego piensas: «no más de 5 años, y acabará vendiéndolo seguro». Y es la verdad. Todo es pura pantalla. O el coche lo compran a nombre de una supuesta empresa o sociedad a la que pertenecen, o bien, ha sido comprado con dinero negro de negocios ilícitos, prostitución o drogas. No hay más. No se entiende que en España, con las cifras de pobreza y desigualdad social que hay, haya tanto cochazo en las calles.
Buenas noches amigos.
Espero que hayan pasado un buen día.
Es curioso las diferentes acepciones sobre estatus y prestigio. Creo que hemos dejado de tocar un tema apasionante que es la teoría de la élites dentro de las élites.
Vamos que igual para el común de los mortales un Patek o un Vacheron pasen desapercibidos, pero para el mercado del superlujo, de las élites no. Quiero decir, que el supermillonario cuando se reúna con los supermillonarios (que es cuando quiere aparentar) les aseguro que saben lo que es un Patek… De hecho muchas marcas de superlujo intentan pasar desapercibidas y son únicamente para quien las quiere aparentar dentro de estas élites: islas privadas, yates/ aviones privados… En el téxtil y calzado quien tiene pasta se lo hace a medida en Londres o Paris (BESPOKE, con telas específicas carísimas), no se compra una camisa de Gucci o Roberto M del corte inglés.
Lo que estamos hablando es cuando la clase media quiere aparentar, reflejar que ha tenido éxito y gusto en la vida… Hoy he visto a un superico mientras corría y iba con un gorro de lana y una chaqueta de su equipo de baloncesto (muy educado por cierto).
Que pasen una feliz noche.
Yo creo que la que pretende aparentar son la gente que se compra relojes de imitación o réplicas más bien, o simplemente para que vea la gente que tiene mucho dinero.
Yo lo que opino y repito que quien aparenta es aquel que compra réplicas o imitaciones. Es decir he visto gente en Youtube que ojalá pudiera denunciarlos de iniciar a la gente a que haga este tipo de actividades.
A si que quien tiene dinero y se lo puede permitir no estoy en su contra ni tampoco creo que lo haga para aparentar ya que cada uno es libre de hacer lo que quiera.
En cambio hay otros que le da igual lo que cueste si no llevar un reloj en sus manos que le gusta…
Desde mi punto de vista no hay que comprar un reloj para aparentar, fardar o presumir si no que te guste.
Interesante artículo y reflexiónes, es curioso como la percepción puede varíar dependiendo de la época (la preferencia por los cuarzos hace décadas o el Apple Watch en la actualidad), o del grupo social (por un lado la mayoría y por otro la élite, ya sea ésta económica, friki o intelectual), en este sentido es posible que el acceso a la información de internet haya podido difuminar algo el concepto, aunque todos sabemos de lo que estamos hablando y en general creo que se mantienen la mayoría de referentes culturales. Otra cosa por supuesto son las ideas común y erróneamente asociadas, tales como el honor, la dignidad, la educación, el respeto, la elegancia y el buen gusto… Algo que el tiempo creo que nos lo ha ido dejando cada vez más claro, aunque todavía muchos queramos jugar a engañar o a engañarnos con ellas.
Voy a dejar de comprar relojes homage!!
(no vayan a pensar que quiero estatus)
Este artículo me dió risa y me hizo pensar jajaja.
Gracias Guti.
Saludos a todos.
Buenas noches.
Lo primero que se me ha venido a la cabeza en esta entrada, es a Barden en barretina diciendo, ¿no tengo dos huevos, por que no puedo tener dos Rolex?.(Huevos de oro, de Bigas Luna, 1993)
La verdad es que la definición de estatus, puede y es muy amplia y de libre interpretación.
Servidor por avatares de la vida a tenido que tratar con ricos, y como bien dice Sergi, bien saben lo que es un Patek y similares.
Recuerdo hace unos años cuando una amiga me decía que en su comunión la habían regalado un reloj de lujo y muy caro, que habían sido unas 40.000 pesetas (unos 250€/$ para los lectores del otro lado del «charco»). La verdad no recuerdo el reloj, pero debía ser un Lotus, Festina, o similar, ella lo mostraba como símbolo de ese «estatus», aunque luego, sin ninguna mala intención, me la lleve de paseo por ciertas relojerías céntricas, y alucinaba con precios de Omega y Longines (y eso sin ver otras marcas).
Por otra parte tengo un conocido, «nuevo rico» (clase media) que su familia se compran Hublott, y similares, únicamente por mostrar ese estatus, así que en el fondo todos los relojes puedes demostrar el «estatus» social en el que nos movemos, solo que cada uno en su «nivel».
Como en el libro del «disputado voto del señor Cayó» cuando el candidato le dice que ellos son su opción, la opinión de los pobres, y el les responde, que el no es pobre.
En resumen que hay cierta gente que quiere el reloj (o el objeto que sea no por disfrutar de él, si no, para «presumir» de su «estatus».
Hay mucho de eso Aaron. Me están gustando mucho todos los comentarios porque dan enfoques que yo no había previsto. Desde la definición de status, hasta la causa o la consecuencia como tu sugieres. También me gusta la parte final, una desigualdad creciente de la que los medios no hablan y de la que pocos somos conscientes.
Otro interesante aporte en la secuencia de comentarios Sergi. La percepción que tienen las marcas dependiendo del estrato económico. Algunos conocerán solamente Lotus y Festina, otros puede que lleguen a Orient o Seiko.
Yo que no soy tan malpensado a veces pienso en eso Oscar hostyn. Cuando en el metro veo a una chica con un bolso de lujo me cuestiono si se lo habrá comprado en base a ahorro, si será una falsificación, o si será alquilado.
Por cierto que nuevo aporte a la idea original el de las falsificaciones, muchas gracias. ¿Por qué se venden? ¿Para engañar a los demás o para engañarse uno mismo?
Me gusta mucho lo que dices, porque el caso del Apple Watch vuelve a ser una historia que se repite Jostma. En el artículo de Relojes Casio para modernillos escogí algunas fotografías que representaban como los digitales eran el futuro y por tanto prestigiosos. Eran relojes casi de lujo que ofrecían lo último de lo último. Relojes que irónicamente han quedado en nada.
A mi también me está dando más que pensar gracias a vuestros comentarios RICARDO. ¿Persigue un homage el estatus como una falsificación? O solamente intenta aproximar la sensación que se tendría con el reloj original.
La primera parte me recuerda mucho a mi historia personal Lopatin. Mi primer reloj «caro» fue también un Lotus de precio similar. No había internet, y las relojerías tenían lo que vendían, o sea Festinas. Sabía que existían relojes mecánicos, pero pensaba que relegados al sector del lujo. No fue hasta que descubrí Seiko y Orient que vi que la cosa no era así. Creo que en gran parte depende también de los conocimientos.
Los Luises Vuitones del metro son todos falsos, y las chicas que los llevan, saben que sabemos que son falsos.
El grupo #Prisa, ¿no es consciente de la desigualdad?
¿O trabaja para aquellos a quienes les sirve que no se hable? Seguramente @elpais de Berlín 1935 habría denunciado a todos los judíos que pudiera.
¿Tu crees que saben que sabemos que son falsos Samoa? A mi me da la impresión que algunas y algunos van creyendo que nadie se da cuenta.
Ojalá que sólo fuera Prisa los que sesgan las noticias Samoa…
El «problema» de las falsificaciones, es que «desprestigian» la marca, yendo al ejemplo de los bolsos, al final si un bolso caro, y que por llevarlo denota un nivel adquisitivo X, acaba todo plagado de copias, que llevan gente de un estrato económico y social más bajo, quien se puede permitir el original dejan de hacerlo por que ya ese bolso no es sinónimo de esa distinción, si no más bien todo lo contrario, y encima se arriesga a algún comentario poniendo en tela de juicio ser original y por tanto ese nivel adquisitivo.
Personalmente, tengo algún reloj «homenaje», una fusilada en toda regla que digo yo.
Ahora siempre que me he comprado un reloj de esas características, he procurado dos cosas, la primera, que se limite a la mentada fusilada, y no una falsificación, y si por una casual alguien identifica el modelo, hacer ver su origen oriental, aunque tampoco me muevo en unos círculo que conozcan el nautilus (un Lgxige), por poner un ejemplo de uno de mis fusilados.
También, creo que hay una diferencia entre que te guste un diseño, y otra que el diseño lleve implícito el nombre de la marca como si fuera un castigo de Bart Simpson en la pizarra; en ese caso dudo que lo que guste sea el diseño.
En general es cierto Lopatin, una falsificación que se ve mucho quita valor al producto genuino. Sin embargo hay excepciones que me llaman mucho la atención. Los Rolex Submariner o Datejust. Parece que cuanto más falsificados se desean más y sus precios aumentan.
Mi caso es peculiar, tengo un Pelagos falso, y el motivo es que me fue imposible encontrar algo parecido con diferente marca. En cierta forma no me quedó más remedio.
Un tema interesante es el valor percibido de la marca por el público. Me explico. Todo el mundo conoce Rolex y el común de los mortales lo considera el epítome del lujo y el status, así que si tu intención es impresionar al 95% de la gente, te comprarás un Rolex.
Para ese más del 95% de la gente, llevar un Greubel Forsey, un FP Journe o incluso un H. Moser es prácticamente lo mismo que llevar un chino de 30 euros porque la marca ni les suena ni les sonará y el «rico» es el del Rolex y el del reloj excepcional «ni siquiera lleva un Omega».
Pero un 5% o menos de personas saben perfectamente lo que llevas en la muñeca, que probablemente es el 3-5% de gente a la que tal vez quieres impresionar y que muy posiblemente mirarían el Rolex con indiferencia.
Muy cierto Vicente Goñi-Vall. Me imagino que el dinero no está relacionado con la cultura relojera. Alguien de a pie, seguro que conoce Casio. Si esa persona tiene más dinero, conocerá Rolex. En los mismos precios, si la persona tiene cierta cultura relojera conocerá Aeroluft, y si tiene más dinero conocerá Tudor o Blancpain.
Con vuestro permiso: Javier y Vicente.
Para comprar un Rolex solo hace falta tener dinero, mucho dinero. Después hacer una lista de espera y ocasión para lucirlo. Para las marcas que usted dice H. Moser, FP. Pita, Pedro izquierdo … hace falta tener dinero y saber de relojería… Ahora en relojes de calle: tener un lotus, seiko, certina y o tissot Taug solo hace falta tener el dinero e ir al Corte Inglés. Ir a por un Orient Star, Tempore Lux, Candino… hace falta ir a por ellos.
Esto es la diferencia de los que llevan un reloj/marca y los que llevamos un reloj (disfrutamos de su significado)…
Que pasen buenas tarde.
PD es solo una opinión no una sentencia, indudablemente habrá diferentes situaciones particulares.
Justamente Sergi. La duda que me surge ahora es si a mayor poder adquisitivo habrá también más cultura relojera, o bien se mantendrá constante como en la clase media. Entre mi entorno, puedo decir que 1 de cada 10 personas sabe algo de relojes. Con los que puedas conversar, menos de 1 de cada 100. ¿En clase alta será más habitual?
No puedo estar más de acuerdo contigo, Javier: si tiene cierta cultura relojera conocerá Aeroluft 😉
Vicente Goñi-Vall, y los todavía más conocedores, habrán oído hablar de Lutz 1896 y Aeravia.