Continuamos con los artículos relacionados con el afeitado clásico que tan útiles están resultando. Hoy es el turno de una marca legendaria en nuestro país, pero realmente poco conocida. Me estoy refiriendo a Cosméticos Myrsol, y a su producto estrella, la emulsión.
Myrsol se funda en Barcelona en el año 1943 por parte de Don Miquel Ricou Solé, un barbero que a falta de encontrar los productos más adecuados para el afeitado, opta por crearlos íntegramente él mismo.
La emulsión Myrsol se ofrece en dos presentaciones, un frasco de plástico de 200 ml, y uno de vidrio de 180 ml, que es una réplica exacta del que diseñara el señor Ricou en sus orígenes.
Este frasco de cristal con un marcado estilo Art-decó, representa gran parte de la concepción del producto, es decir, todo aquello que su fundador necesitaba. En este caso, vemos que ofrece unas hendiduras en los laterales, que tienen por objeto evitar que la botella se resbale de las manos húmedas del barbero.
Por desgracia, la distribución de los productos es ciertamente pobre, por lo que se hace difícil de conseguir en tiendas físicas, salvo aquellas especializadas en el afeitado. Desde luego internet aporta una gran ventaja aquí, y nos permite adquirir el producto sin mayores problemas.
En mi caso, y aprovechando que el laboratorio, ubicado en el barrio barcelonés de Horta, se encuentra bastante cercano a mi domicilio, decidí personarme directamente allí (C/ Granollers) un sábado por la mañana de hace algunas semanas. Ello me permitió no solamente conocerlo con mejor detalle, sino también realizar mis propias compras. De hecho, hace años, disponían de una tienda complementaria en la C/ Mascaró, que ahora ha quedado reemplazada por la propia fábrica, donde también hacen venta al detalle. Vosotros mismos podeis explorarlo desde Google Maps.
Amablemente me atendió el nieto de Don Miguel, Carles, quien me comentó que la empresa continuaba siendo familiar, estando atendida por él mismo, y los hijos del fundador Manel y Encarna. Incluso me comentó que el señor Ricou a sus 95 años, aún se pasaba de vez en cuando por allí.
Carles me atendió de manera muy profesional todas mis cuestiones, me explicó las diferentes gamas de productos con las que cuentan: emulsiones, masajes, after shaves, cremas de afeitar, champús, esmaltes, lociones, …
Su conocimiento de cada producto era abrumador, no en vano, los fabrican en el propio edificio, sin ningún cambio respecto a sus orígenes, salvo por las nuevas directivas de seguridad e higiene que poco a poco van entrando en vigor. Puede resultar chocante que en pleno 2015, hablemos de un producto, que como la emulsión, fuera creado hace más de 60 años, y a día de hoy su fórmula y composición siga siendo idéntica a la original.
Empezamos con el producto en si mismo. Se vende a entre 12€ y 14€, no es barato, pero tampoco caro. Siendo lógicamente lo más económico cuando se adquiere directamente en la tienda, de la que podemos obtener algún descuento a modo de deferencia si nuestra compra incluye varios artículos. El precio es idéntico para el envase de 180 ml y el de 200 ml. Es cuestión de elegir si lo queremos en el frasquito original con algo menos de cantidad, o en el nuevo envase y 20 ml extra. Personalmente en la primera compra recomiendo el de 180 ml, para disfrutar el producto, no sólo por lo que es, sino por cómo se presenta.
Viene acompañado de una leyenda, que como todo en él, está allí desde sus comienzos: Para afeitarse sin dolor, sin brocha ni jabón. Una declaración de intenciones de lo que ofrece.
En la misma etiqueta del producto, se explica su modo de empleo, que puede ser de dos formas, como emulsión para el afeitado, que es la que yo uso, y en la que centraré mis sensaciones, y como emulsión preparatoria para el afeitado clásico. En el primer caso, sustituye por completo la brocha y el jabón.
Simplemente humedecemos toda la cara con agua tibia, echamos un poco de emulsión Myrsol en el hueco de la palma de la mano, y lo aplicamos bien.
No es necesario aplicar mucha cantidad, así que a pesar de su tamaño, el frasco nos durará muchos afeitados. La emulsión tiene color blanco, y una viscosidad propia de los emulsionados, es decir entre una crema, y una loción.
La piel lo absorbe rápidamente en cuestión de segundos, por lo que la piel no toma color blanquecino, sino mantiene nuestro tono natural. Para los que comienzan con el afeitado clásico, representa una ventaja más, pues podemos observar cada zona por la que pasamos, a diferencia de cremas, jabones y espumas que la cubren.
Tiene una fragancia tan suave, que es difícil identificar a que huele, y genera una sensación de leve frescor en la piel.
Resulta extraño proceder ya directamente con el afeitado, sin habernos dado jabón, pero así es. Máxime, si la sensación que tenemos no es de piel extremadamente lubricada como ocurre con los aceites. Es decir, parece como si el producto, no hiciera en realidad casi nada en nuestra piel.
Comenzamos con las pasadas, y vemos que la cuchilla desliza con mayor suavidad que sin aplicarnos nada, pero no tanto como con jabón o espuma. De nuevo, no parece nada extraordinario. Sin embargo, la sorpresa viene cuando terminamos, con menos irritación y menos cortes que que usando espuma. Un afeitado suave y plenamente satisfactorio.
No soy capaz de describir como lo sentí la primera vez, a medida que lo aplicaba, apenas percibía cambios. Sin embargo al terminar, parece arte de magia, y todo funciona perfectamente. Es decir, no notamos como actúa, pero si sus resultados. Si necesitamos una pasada más, no es necesario volver a aplicar el producto, pues los efectos todavía duran. Nos volveríamos a echar, quizás solamente en las zonas complicadas, o bien si necesitáramos una tercera pasada.
Finalmente, basta con aclarar la piel con agua, y seguir la rutina de post-afeitado que llevemos a cabo normalmente.
Sinceramente, me maravilla el funcionamiento de la emulsión Myrsol. No hace falta decir, que comparado con la brocha y el jabón, aplicar la emulsión nos ahorra bastante tiempo, tanto a la hora de fabricar la espuma, como a la hora de limpiar la brocha.
La lástima es lo difícil que resulta conseguir los productos de Myrsol. Visto lo que he visto, estoy seguro que con una mejor distribución en tiendas generalistas, los usuarios repetirían su compra, con lo que al final venderían más, y podrían ofrecer precios algo más asequibles.
Actualizado a viernes 10 de abril de 2015. 19:12:
Apenas dos meses después mi visita a los Laboratorios Myrsol, ha transcendido la noticia que el Sr. Miquel Ricou Solé, falleció el pasado día 6 de abril por la noche a la edad de 95 años. No sufrió, y estuvo haciendo su vida normal hasta el final. Yendo a la fábrica regularmente, conduciendo su propio coche, y bailando cada vez que podía. Una gran pérdida. DEP.
Entre tanto, parece que una de sus últimas iniciativas, la de mejorar la distribución de los productos de la casa, ha ido cuajando, y los también barceloneses de Eurostil, distribuyen gran parte de su gama de productos. Por tanto el legado del maestro Ricou Solé, no desaparecerá, más bien al contrario.
A mi no me quites de las máquinas de afeitado (ya sabes, yo=machines :D), pero reconozco que todos estos artículos están siendo muy instructivos. Los he ido leyendo todos y aunque confieso que yo no me pondría a afeitarme así (bufff, solo con empezar a leerte sobre todo el proceso ya me canso, así que no imagino ponerme a ello, además, no tendría paciencia), sí nos has descubierto -al menos para mí- todo un mundo detrás de esto del afeitado.
A veces las multinacionales nos quieren hacer creer que nadie se puede afeitar con una cuchilla y jabón, o incluso con una navaja (no me extraña que las mejillas de antes «rascaran» como papel de lija y que en las películas del oeste el pistolero de turno encendiera el cigarrillo haciendo raspar su cerilla con su mejilla 😀 ), pero esta es una de las cosas que, por desgracia, están desapareciendo (o quedándose solo para unos pocos «entendidos»).
Por último, 12 o 14 € para una loción no me parece cara, teniendo en cuenta que además duran bastante. Y si encima se fabrica como dices, pues bien que merece la pena pagarlos -quien pueda, obviamente, tampoco nos pasemos que hay gente que con eso come una semana-. Son una de estas cosas que no deberían perderse y que, como bien mencionas en el post, se siguen fabricando realmente tal como era antes.
Por cierto, una duda, ¿la foto esa de qué es? la entrada de la fábrica, la tienda…?
Nelbu, por supuesto si comparamos la maquinilla eléctrica con el afeitado clásico, no hay comparación posible. Sin embargo, si aún sigues con cuchilla multi-hojas, si que el paso al afeitado clásico puede tener sentido para ti.
Es cierto que el proceso es más laborioso, pero es como un reloj mecánico, que si se disfruta, la obligación se convierte en placer, y entonces, ya que tenemos que afeitarnos, que sea un hábito con el que disfrutemos.
Tienes razón en que el precio no es tampoco demasiado, basta ver lo que cuestan (no lo que valen), los productos equivalentes de marcas de moda.
La foto es de la entrada del edificio, una casa en el barrio de Horta que contiene la tienda de venta al por menor, el laboratorio, la fábrica y el almacén. Al más puro estilo de negocio familiar de toda la vida.