Desde LibroBolsillo me hicieron una entrevista de la que me hago eco aquí porque es verdaderamente interesante, tanto para los que quieran saber más sobre Paul Davis en A contrarreloj como para los que quieran conocerme un poco más, o mejor dicho, a mi alter ego J.G. Chamorro.
LibroBolsillo: Estamos con J. G. Chamorro, que recientemente ha publicado el primer volumen recopilatorio de las aventuras del detective Paul Davis en papel… Gracias por acceder a esta entrevista con LibroBolsillo, señor Chamorro, y la primera pregunta es casi obligada: ¿a qué se debe un recopilatorio en papel de «A Contrarreloj»? Supongo que una de las razones será el éxito de su versión recopilatorio en formato ebook, ¿verdad?
J. G. Chamorro: Primero de todo gracias a vosotros por el interés. Os tengo mucho cariño porque desde LibroBolsillo siempre me he sentido apoyado. Es algo que hacéis conmigo y otros autores noveles. Una labor muy positiva para potenciar la divulgación de libros, la lectura y la escritura.
En cuanto a lo que preguntabas, decidí sacar «A contrarreloj: Primera Temporada» como un ebook que recopilase las primeras siete aventuras de Paul Davis. Era una forma de que la gente pudiera tener casi 400 páginas de narraciones de Davis todo en uno. El siguiente paso era lógico, editarlo en papel a un precio razonable, porque el encanto de un libro en ese formato todavía no se ha superado. Pensé que sería además una buena opción de regalo para amantes de la relojería o entusiastas de los investigadores privados.
LibroBolsillo: «excéntrico, sagaz…., perspicaz», así se define más o menos en cada volumen su Paul Davis, el protagonista principal de «A contrarreloj»…, sin embargo, ¿habría que añadir también el término de «vividor»? ¿Qué opina ante los que piensan que esa es también una de las características, o rasgos, del Paul Davis que vemos en sus novelas?
J. G. Chamorro: No creo que sea un vividor, al menos en el sentido de «bon vivant» que yo le doy. Lo he hablado alguna vez con Fénix Hebrón. Pienso que simplemente es un hombre que aprovecha lo que se le presenta. Si le invitan a un viaje de trabajo a Miami, es normal que quiera sacarle partido a esa aventura. Cualquiera de nosotros lo haríamos. Sin embargo, eso no es impedimento para que se esfuerce en su trabajo, y para que su máxima principal sea resolverlo satisfactoriamente.
LibroBolsillo: En ocasiones retomar un personaje ya creado por otro autor, con sus características y personalidad, y darle nueva vida resulta una tarea bastante complicada, ¿qué es lo más difícil, para usted o a su modo de ver, del Paul Davis que vemos en Fenix Hebron?
J. G. Chamorro: Una cuestión interesante. Como muchos autores que han continuado una saga, empezamos siendo lectores de ella. En mi caso con «A contrarreloj. Paul Davis, el caso del Bell and Ross robado» y «A contrarreloj 2. Paul Davis, el reloj de la condesa» escritas por Hebrón, me di cuenta que era una idea apasionante. Disfruté leyéndolas enormemente. Alguien había conseguido combinar dos cosas que me encantaban, la novela detectivesca, y los relojes. Recordemos que son novelas publicadas en 2011, y que el autor había dejado de lado. Es como cuando termina una serie que te encanta y que sabes que han cancelado, que no habrá más episodios. Entonces se me ocurrió una locura. Contacté con Fénix, y le dije que quería continuar escribiendo sobre Paul Davis. Para mi sorpresa, le pareció una idea genial, así que sencillamente lo hice. En cierta manera era un poco como escribir nuevas aventuras de Davis para poderlas leer. Disfrutaba escribiendo, y disfrutaba leyendo.
Lo más difícil de ello, es quizás hacer que el personaje vaya evolucionando aventura a aventura. Me preocupaba dejar de ser fiel a lo que el autor original tenía en mente sobre él. No obstante, encasillarle siempre en lo mismo habría resultado aburrido, tanto para el lector como para el propio Davis. Finalmente todo salió de una manera bastante natural, ayudándome mucho que el propio Fénix estuviera de acuerdo en ello, algo que para mi era fundamental.
LibroBolsillo: Vemos que Franz Lengyel toma a veces el papel de un fiel y socorrido Dr. Watson, ¿Sherlock Holmes es una inspiración importante para las hazañas de Paul Davis? Y en todo caso, ¿recomendaría su Paul Davis a los amantes y fieles lectores de Sherlock Holmes?
J. G. Chamorro: Una buena observación. Exteriormente Watson y Lengyel no se parecen en nada, uno es un doctor en medicina amante de la investigación y que actúa como ayudante y cronista, y el otro es el propietario de una importante empresa aseguradora que echa de menos sus labores a pie de calle. No había caído y sin lugar a dudas se parecen.
Hace unos días me llamaba la atención, y no es intencionado en absoluto, que los relatos de Paul Davis tienen una extensión similar a los de Sherlock Holmes. Incluso el recopilatorio se asemeja mucho a los recopilatorios de Holmes.
Como autor no soy el más indicado para recomendar mis libros. Sólo puedo hablar por mi, me considero un gran fan de Sherlock Holmes y a mi me gusta Paul Davis. Espero que a la gente le guste porque realmente encontrar literatura que te agrade es enormemente placentero, y por desgracia, cada vez ocurre menos.
Si que puedo decir que me escriben amantes de los investigadores privados, explicándome que los libros les han gustado mucho. Algunos reconocen que les daba miedo lo de la relojería, porque a ellos los relojes no les gustaban especialmente, y al final resulta que les ha agradado. Tampoco hay que olvidar a los aficionados a los relojes, que tendrán el placer de leer a un investigador privado que se dedica a recuperarlos.
LibroBolsillo: Y hablando de grandes de la literatura detectivesca, una de mis debilidades -y casi mi preferencia- en relatos de ese tipo de novelas, es el Hércules Poirot de Agatha Christie. Como autora, Christie daba bastante protagonismo a los personajes secundarios; en sus últimos relatos hemos visto también bastantes secundarios, algunos incluso provenientes del universo de Fenix Hebron (como Laura de «Cracker»), ¿veremos algún guiño más con otros personajes? ¿Tal vez una retrospectiva propia de la mismísima cracker bajo su pluma?
J. G. Chamorro: Es algo normal. Al final un autor bebe de muchas fuentes. En cierto modo el personaje es el reflejo de su época, es la forma que tienen de crear una ficción en base a la realidad. Tengo una buena relación con Fenix Hebron, que además como digo ha sido mi fuente de inspiración. Es algo bidireccional, igual que yo he leído sus libros, y me han gustado, él también ha leído los míos, e igualmente me dice que le han gustado. Tendré que creerle… Todo ha surgido de una forma natural y fluida, no es algo que pactemos ni nada parecido. Le ofrecí hacer un prólogo y él aceptó, a mi me salió meter a Laura y lo hice. No descarto que haya más guiños al respecto.
LibroBolsillo: Durante las sucesivas sagas de «A contrarreloj» encontramos a Paul Davis inmerso en las situaciones más dispares, podríamos decir que hay aventuras para todos los gustos: románticas, de acción, melodramáticas incluso… Pero si tuviera que elegir su preferida, ¿con cual de ellas se quedaría? ¿Qué relato corto tiene para usted una especial atracción? Bien sea por el placer de escribirlo, o por la satisfacción que le produce el leerlo.
J. G. Chamorro: Efectivamente son novelas muy variadas, creo que ayudan a dar a conocer diferentes facetas de Paul Davis, diferentes escenarios y diferentes investigaciones. Como autor independiente, puedo permitirme el lujo de experimentar, de probar diferentes cosas que mantengan la trama en movimiento. Tocar diferentes palos como suele decirse, siempre dentro del paraguas de lo que representa Davis.
Es una pregunta difícil. Como preguntarle a un padre si quiere más a su hijo o a su hija. Simplemente no puedo elegir, todas tienen algo que me gusta. Yo no soy como los músicos famosos que siempre suelen decir que su último álbum es el más personal. Quiero creer que técnicamente he ido mejorando con el paso del tiempo, y que la última («A contrarreloj 8. Paul Davis, robo entre ladrones»), sea la que mejor contenido literario tenga, pero eso no quita interés a las anteriores. «A contrarreloj 3. Paul Davis, el comienzo«, la primera de mi pluma y que además nos permite conocer los inesperados y precoces orígenes de Davis en la profesión. «A contrarreloj 4. Paul Davis, bienvenido a Miami» donde vemos a un Paul Davis rodeado de glammour y lujo. «A contrarreloj 5. Paul Davis, un Apple Watch no hace tic tac«, una original historia en la que se combina un reloj inteligente tan moderno como el de Cupertino, con un reloj que perteneció a Jorge II. «A contrarreloj 6. Paul Davis, el reloj de carey«, una novela que se ambienta en República Dominicana, transpirando la calidez de la gente y el país, pero huyendo de los tópicos. Al mismo tiempo, cubriendo un tema de actualidad como es la concha de Carey. «A contrarreloj 7. Paul Davis, control de aduanas» que es un conjunto de relatos cortos de temática muy variada y de lectura ágil y divertida. «A contrarreloj 8. Paul Davis, robo entre ladrones» que podría ser el summum de los robos, esto es, robar a un ladrón.
LibroBolsillo: Los lectores me obligan a preguntarle esto. Acaso «A contrarreloj 8. Paul Davis, robo entre ladrones» será la última? ¿Habrá más? ¿Puede decirnos algo al respecto?
J. G. Chamorro: Puedo decir que estoy trabajando en una nueva entrega y que de momento lleva por título «A contrarreloj 9. Paul Davis, ataque a la relojera Tudor». Es mucho más técnica y especializada que las anteriores, más rigurosa si se prefiere, pero sin sacrificar el ritmo y la agilidad. No sé si habrá un «A contrarreloj 10», depende de muchas cosas, pero espero que sí, espero que pueda haber un 15 o un 16 y así lanzar el recopilatorio «A contrarreloj, segunda temporada».
Lo que puedo decir sobre el 9 es poco comparado con lo que dice el título. Por primera vez en la trayectoria de Paul Davis, una firma relojera suiza le contrata para investigar un robo en su sede central de Ginebra.
LibroBolsillo: Usted es un autor podríamos decir muy polifacético, le vemos escribiendo de temas técnicos en su blog, de ciencia ficción en sus relatos cortos… Sin embargo con Paul Davis parece tener una relación especial, si atendemos a las sagas realizadas del personaje…, ¿qué es lo que le hace sentirse tan cómodo con él?
J. G. Chamorro: Bueno, mi carrera profesional está dentro del sector de la tecnología. Me dedico a ella desde hace muchos años, soy MVP de una importante empresa tecnológica y también desarrollo software libre. Efectivamente en mi blog escribo de tecnología, pero también de otras cosas que me gustan y que parece que no tengan nada que ver con ella (relojes, automoción, afeitado clásico, calzado, …).
Como lector, espectador y escritor amateur mi predilección ha sido siempre la ciencia-ficción. Por algún motivo, no llegó a pasar de unas decenas de relatos cortos, tuvo que llegar Paul Davis para que empezara a componer las novelas más largas que había escrito hasta el momento. Supongo que se debe a que tiene que ver con la relojería, una de mis aficiones, pero también con mis personajes literarios favoritos: bastente de Sherlock Holmes, algo de James Bond, y un poco de Brigitte Montfort.
LibroBolsillo: Indudablemente su éxito en el marketplace de Amazon, y la difusión en múltiples sitios de la Red de las andanzas de Paul Davis, le habrán hecho ganar muchos y fieles lectores, pero ¿qué les diría a los que aún no le conozcan como autor? ¿Qué se encontrarán en «A contrarreloj»?
J. G. Chamorro: Ha sido una grata sorpresa. Cuando veo el top de ventas de Amazon, que desde el puesto 12, se codea con maestros de la literatura como H.P. Lovecraft, Arthur Conan Doyle, Oscar Wilde, o Edgar Allan Poe, me parece vivir en un sueño.
Desde que los bolsilibros dejaron de estar de moda, el panorama literario tenía un hueco importante. Libros amenos, entretenidos y económicos. Empezaré diciendo lo que no se van a encontrar. J.G. Chamorro. No es un Vargas Llosa ni un Pérez-Reverte. No busquéis en él un literato porque no lo es. Sus novelas son asequibles, divertidas y fáciles de leer. Esos libros que te dejan evadirte de tus complicaciones diarias, que puedes leer en el metro o en el autobús. Que puedes retomar cuando tienes cinco minutos libres, pero que de algún modo, siempre te acaban sorprendiendo y dejando un regusto agradable.
A los que no lo conocen, obviamente mi consejo es que lo conozcan y entonces decidan. Las novelas cuestan menos de 1€ en Amazon, menos de lo que cuesta una botella de agua en un bar. Incluso alguna de ellas la he ofrecido gratuitamente en mi blog, así que si no puedes pagar ese euro, buscando un poco la encontrarás.
En «A contrarreloj» el lector encontrará un investigador privado, o un detective consultor si se prefiere, que es un tipo normal. Podría ser nuestro vecino de al lado. Lo único que sus capacidades analíticas, su experiencia, y sus conocimientos relojeros, llevarán al lector a conclusiones sorprendentes.
LibroBolsillo: A veces, leyendo sus relatos cortos y novelas de «A contrarreloj», uno tiene la sensación de estar ante una serie televisiva, casi como un guión, con una acción constante que engancha y gracias a su ágil estilo literario, en donde nada más poner en escena a los personajes, prácticamente «los echa a andar». ¿Funcionaría un Paul Davis televisivo o cinematográfico, como James Bond en el Reino Unido, o la misma saga de Misión Imposible en Estados Unidos?
J. G. Chamorro: Como lector no me gustan las novelas de 800 páginas que puedes resumir en cinco minutos. Las descripciones de paisajes, el trasfondo de los personajes es algo que generalmente me aburre. Así que mi estilo es dinámico en ese sentido. Describe lo que es imprescindible, y cuenta al lector lo que debe saber. En ese sentido deja a la imaginación de quien lo lee la posibilidad de adaptar la narración a sus preferencias.
La televisión y el cine está generalmente carente de buenas historias. Recientemente he empezado a ver «Magnum P.I.», la nueva versión de la serie de 1980. Muchísimo presupuesto, coches impresionantes, parajes hawaianos que te dejan alucinado. Pero con unas tramas a las que les falta ritmo. Quiero decir que a nivel cinematrográfico, una mala historia, por más persecuciones y música que le pongas, acaba siendo una mala historia. Así que partiendo de la base que al cine y a la televisión le faltan buenas historias ¿por qué no?.
Continuando con el mundo de las investigaciones, recuerdo de niño la entrañable «Se ha escrito un crimen» o la legendaria «Colombo». Series que no tenían muchas aspiraciones ni tampoco grandes presupuestos, pero que gracias a lo bien escritas de sus historias, y a lo bueno de sus actores, cada capítulo te atrapaba hasta tal punto de estar deseando ver el siguiente. Obviamente los investigadores tienen un gran atractivo, sólo como homenajes recientes a Sherlock Holmes en televisión tenemos las series de «Sherlock» y «Elementary». Una prueba de que siguen de moda.
Personalmente me parecería estupendo un Paul Davis en la pequeña o incluso en la gran pantalla. Sería una bonita forma de hacer llegar el personaje a aquellos que no suelen leer.
LibroBolsillo: Ahondando sobre lo anterior, en España triunfa más el tipo «listillo», el personaje tramposo y obsceno, ahí tenemos el éxito de películas como Torrente, donde queda muy bien plasmada la típica picaresca española. Un detective como el suyo, elegante y que siempre mantiene la compostura, es más propio de países como el mencionado Reino Unido, o Alemania. ¿Es una forma de reivindicar otro modo de hacer las cosas, el que usted lo haya colocado en España? Cualquier otro autor habría puesto a su detective en lugares exóticos, tal vez Marsella o incluso Zurich…
J. G. Chamorro: No, en absoluto. Los tópicos están ahí por algo, efectivamente, pero en nuestro país hay buenos profesionales, no sólo listillos. Yo soy de los que cree que vale la pena hacer lo que hacemos lo mejor posible, puede que tenga razón en lo de que es una reivindicación a hacer las cosas de otra forma. Inevitablemente transcienden muchos valores del autor al personaje, y ese es uno de ellos.
La pregunta me ha llevado a la mente el personaje del «Comisario San-Antonio» otro investigador privado que me encanta, en este caso obra del francés «Frédéric Dard». Si imaginamos a un francés como alguien delicado y sofisticado, éste es justo lo opuesto. Creo que es bueno romper arquetipos.
LibroBolsillo: En «A contrarreloj» usted mezcla su pasión y conocimiento del mundo de la relojería, con la acción, aventura y suspense del mundo de la investigación. ¿Es una forma de darle originalidad al personaje?
J. G. Chamorro: En mi caso la relojería me ha llevado por caminos muy distintos. El primero es el Paul Davis que nos ocupa, pero también como colaborador en algunos medios escritos como Contraste de Grupo Duplex, o haber podido acceder a importantes protagonistas del sector relojero español.
Respondiendo a su pregunta, no creo que sea una forma de darle originalidad, pero sí que se la da. Me explico, Davis es un investigador especialista en relojes, eso lo hace único en el mundo literario, y por tanto original. Pero ha sido sólo una consecuencia, la forma de combinar mi afición por los detectives, la escritura y la relojería.
LibroBolsillo: En la mayoría de las novelas de género negro se abusa demasiado de la sangre y los asesinatos, usted con «A contrarreloj» ha demostrado que no es necesario que haya un crimen (entiéndase: asesinato) de por medio, para resultar interesante. ¿Podríamos calificar a su Paul Davis como un personaje al que puede acceder un público adulto, pero también juvenil? ¿Un personaje del que se puede disfrutar a todas las edades?
J. G. Chamorro: Realmente eso es lo que me gustaría. Un personaje apto para todos los públicos, independientemente de su edad, y de si le gustan o no los relojes. Por supuesto, espero que leyéndolo Davis les transmita algo de su pasión relojera y al terminar de leerlo les guste la relojería un poco más que cuando empezaron, pero no es ningún requisito.
Pienso que es volver a los orígenes, las aventuras de Sherlock Holmes eran aptas para todos, tanto es así que comenzaron publicándose en un periódico. Creo que es algo que se ha ido perdiendo, o al menos diluyendo. Las audiencias están más segmentadas, y hoy en día cuesta encontrar una película o un libro del que puedan hablar padres, hijos y nietos.
LibroBolsillo: Explíquenos un poco más como es el proceso creativo que hay detrás de una novela de Paul Davis…
J. G. Chamorro: Pues verá, es difícil de racionalizar. Se me ocurren tramas, o detalles en cualquier momento. Cuando veo una película, cuando viajo en metro, … pero sobre todo, cuando escribo una novela de Paul Davis. Me pasa a menudo que mientras estoy escribiendo una, vaya formándose la idea de la siguiente. Entonces me surge la necesidad de terminar muy rápido la actual, y ponerme con la nueva. Como mi tiempo es limitado, voy anotando todo lo que se me ocurre. Así no lo olvido, y cuando me pongo con la siguiente, es sólo cuestión de recomponer esos retazos.
Algún escritor de gran éxito se recuerda porque escribía en Wordstar de DOS. Yo escribo con un editor de texto plano, Emeditor se llama. Tiene diccionario ortográfico y me permite llevarlo en cualquier sitio. Así escribo en cualquier momento que puedo, sin darle demasiada importancia al formato. Luego cuando ya tiene unas cuantas páginas, entonces lo paso a Word.
La forma en que se crea una historia es algo que como lector me gusta conocer. Copiando al gran Asimov, cada novela tiene una sección de notas en donde intento explicar los «comentarios del director», las notas más interesantes desde el punto de vista del autor.
LibroBolsillo: Por último, y ya para terminar señor Chamorro, nos gustaría saber su opinión sobre el panorama de la novela policíaca en España, de la también llamada «novela negra». ¿No le parece un poco irónico que uno de los libros más vendidos en este género sea el de una inspectora de policía, contando los «chismorreos» de su trabajo? ¿Por qué apreciamos, por lo general, las buenas novelas detectivescas extranjeras, y de las españolas el público parece que solo busca el lado más morboso y siniestro?
J. G. Chamorro: Sólo puedo decir que según eso, la gente tiene gustos diferentes a los míos. No son el tipo de novelas que me gusten, así que poco puedo hablar sobre esa inspectora. Lo que sí me planteo a menudo es cuántos de los libros que se venden, se leen. Tengo la impresión que la literatura es una moda, objetos que compramos por impulso y que en muchos casos acaban decorando una estantería sin haber sido leídos.
Como autor, prefiero que alguien lea mi libro sin haberlo comprado, a que lo compre y no lo lea. No me gusta lo de «best-seller», preferiría «most-readed».
LibroBolsillo: Muchas gracias por su tiempo, y le deseamos grandes éxitos con este nuevo volumen recopilatorio de «A contrarreloj», que estamos seguros supondrá una refrescante experiencia para todos los que buscan autores españoles que den un aire renovador y apetitoso a este género.
J. G. Chamorro: Muchas gracias. Estoy seguro que así será.
Primer!!!
Parafraseando a Wardog (http://mundowdg.com/blog/):
<>
[cita]400 páginas de celulosa no retroiluminada vintage. No necesita baterías y funciona con casi cualquier luz visible.
Aviso: El papel puede cortar. Consideradlo una feature de ataque a lusers.[/cita]
Madre mía Fernando. Me hice un adicto de esa página hace siglos digitales (quizás 10 años en tiempo estándar), me había olvidado de ella y me sorprende que siga existiendo. Genial.
En cuanto a la cita, brillante. Hay cosas que la nueva tecnología no ha sido capaz de igualar, aunque admito que un eBook es en muchas cosas más cómodo, pero sin el mismo encanto.
Horas me habré pasado yo tirado por cualquier superficie mullida y con un plano horizontal de superficie suficiente como para albergar mi escasa envergadura…
Hoya leo en el móvil por comodidad, pero lo de tener el libro en la mano es otra cosa. Además meterse en una librería/biblioteca y hojear libros también tiene su cosa, que en los digitales pues no es lo mismo, ni por asomo.
Eones, Wardog lleva eones presente y que siga mucho más. Ahora le ha dado por un nuevo proyecto relacionado con los relatos/novelas cortas: http://crisis.mundowdg.com/
NOTA: Hojear, con H, la segunda acepción: https://dle.rae.es/?id=KYiNxNz
Gracias a ti por hacernos a este personaje de Paul Davis mucho más apasionante de lo que nadie habría imaginado, y aunar la investigación con el mundo de la relojería, haciéndolo a la vez tan atractivo, ameno y divertido de leer.
Por cierto, que está estos días en oferta de descarga gratuita en Amazon, así que quien no lo tenga aún que aproveche y se pase por allí para poder conseguirlo a un precio imbatible. Seguro que lo disfrutará.
pd.: Los libros en papel estorban, ocupan espacio y acumulan polvo.
Pero sirven como arma arrojadiza
Enhorabuena por el artículo y la entrevista Guti.
Resulta interesante para conocer un poco de que va el mundo de Paul Davis para quienes no lo conozcan aún.
Desde aquí animo a quienes no lo hayan leído que le den una lectura.Son amenos,te atrapan en la historia y se disfruta.
Animaros si queda algún rezagad@!!
Comprarlo que vale la pena,sea el formato que sea(yo prefiero el papel,muchos años leyendo papel para ni intentar cambiar).
yotambienestoyenamoradodeingridsjoberg, tu postdata es justo la definición de por qué amo los libros de papel. Te has olvidado también mencionar su olor, tanto de los nuevos como de los viejos, un olor y un tacto que un libro electrónico nunca podrá igualar. No me imagino a Bastian, el de la Historia Interminable, entrando la librería perfectamente diáfana, limpia impoluta y que el librero estuviera leyendo un libro electrónico, ni a él leyendo escondido la Historia Interminable en su móvil. El progreso habrá traido algo bueno, aún no lo se,jeje, pero para mi gusto, no han sido los e-books.
Por cierto, Guti, ¿Sherlock Holmes, James Bond?, parece que has adivinado dos de mis personaje literarios favoritos ( en el caso de 007, también cinematográfico)… pues a las obras completas (en papel) de los anteriormente citados, habrá que añadir las de Paul Davis…
Olor a putrefacción supongo que te refieres, olor a ácaros, agujeros de termitas que no te dejan leerlos, polillas que salen de entre las páginas… Humedad pegada en las hojas, hongos…, sin contar el cuidado constante que requieren a diario.
Supongo que vosotros lleváis un entomólogo en vuestro interior.
Yo defiendo el papel, en materia de información me parece mejor (lo puedes consultar en cualquier parte, no necesitas baterías…), pero para libros, seamos honestos, el ebook ha sido un gran paso.
No sé, supongo que hay gente que prefiere los superdeportivos de acero a los de fibra de carbono, que cuando apareció la generación del Alpine con fibra de vidrio en los sesenta se echaron las manos a la cabeza, y que cuando ven un Aventador hacen lo mismo diciendo que donde esté un cambio manual que se quite el automático de combinación de marchas múltiples… Hay gente anclada en el pasado solo por la única razón de imaginarse que el pasado siempre es mejor. Y lo es. Pero nuestro pasado idealizado, no el real. Y claro, ante un sueño poco argumento puede rebatirlo.
La realidad, la utilidad, la practicidad y la eficiencia es otra cosa. O bueno…, igual es que ninguno de vosotros lleváis smartphone. Porque si defendéis una cosa, y luego hacéis otra en el día a día, sería difícil de creeros.
La verdad es que visto así da bastante asco, me dan ganas de quemar todos los libros y luego fumigar la casa, je je.
Por supuesto que prefiero un superdeportivo de fibra de carbono y cambio automático ( o lo preferiría si pudiera comprármelo), pero yo me refería al «romanticismo» de abrir el libro, poder pasar sus páginas, como tú dices, no tener que cargarlo ni esperar a que se encienda, poner el marcapáginas donde te has quedado leyendo, etc.
El único momento que tengo para leer es por la noche antes de dormir, después de todo el día trabajando, haciendo cosas útiles, prácticas, eficientes y productivas, por eso creo que me gusta más que el libro no sea nada de eso. Creo que si fuera una pantalla, parecería que todavía es trabajo.
Pd. Que sepas que me has traumatizado, cada vez que abra un libro me voy a acordar de los ácaros, polillas, hongos y demás. Mi vida no volverá a se igual… je je. ; ) Un saludo.
Supongo que todos tenemos parte de razón Fernando, Pedro L, Jose Carlos y yotambienestoyenamoradodeingridsjoberg. Yo veo un libro en papel en cierta forma como un recuerdo del pasado, como si fuera un reloj mecánico. Algo que técnicamente está superado en casi todos los sentidos. Un libro electrónico te permite descargar los contenidos gratuitamente, llevar varios volúmenes al mismo tiempo, guardar dónde te quedaste, buscar definiciones de palabras, o incluso saber cuánto te queda para completarlo. En general son además más ligeros que un libro en papel.
Ahora bien, el papel tiene el encanto de poderlo prestar, de poder usarlo sin pensar en cargadores ni enchufes, o como por desgracia creo que hace la mayoría de gente, destinarlo a decorar estanterías.
Parece que no puede haber termino medio.
O todo o nada.No todo lo antiguo es mejor ni todo lo de ahora tampoco.Hay muchos matices y todo tiene siempre cosas buenas y malas.
Al que le guste el e-book pues adelante y al que le guste el papel también.Que cada cual lea donde considere oportuno.
Yo tengo cerca de 400 libros y no veo tanto problema,y no por eso soy mas original ni auténtico que el que lea en e-book.
Yo prefiero el libro físico y ya está.Lo importante es leer,el fin mas que el medio,no creeis?Nos perdemos en la capa exterior antes de entrar en lo importante.
Lo mejor es lo que saques y difrutes de lo que leas y no donde lo leas.
Y el que se sienta mas moderno y vea muchas mas ventajas con el e-book pues fenomenal también.
Sin lugar a dudas, un tema en el que no habíamos entrado Pedro L. Lo importante es que la gente lea, un hábito que poco a poco se va perdiendo. Y lo lamentable no es que entonces pierdas capacidad de comprensión o de imaginar, lo que ocurre es que entonces tampoco escribes bien. Cuando veo lo que escriben la mayoría de chicos de 15 años, me parece alucinante.
Es verdad, lo importante es que la gente lea. Que aparte del ejercicio físico, ejerciten también el cerebro. Lo de los jóvenes ( ya parezco un viejo hablando) ya es de pena, los profesores se quejan de que hacen mal los problemas porque no se enteran de lo que leen, ¿Y el tema de las faltas de ortografía?, otra cosa que se cura leyendo. En fin, demos gracias a Dios de que todavía haya gente que lea en cualquier modalidad. Aunque por meter un poco de cizaña diré que cuando haya una tormenta solar que destroce los dispositivos electrónicos o una crisis energética, Pedro y yo podremos seguir leyendo.
Jaja. Si eso ocurre Jose Carlos, muchos nos pelearemos por tus libros y los de Pedro L.
Jajaja,muy buen apunte Jose Carlos.
Si que es un problema,la lectura entre los más jovenes y añadir que un problema de las tecnologías que se nos puede haber pasado,es que entre lo poco que leen se añade que solo escriben en medios electrónicos abreviando numerosas palabras y escribiendo de forma muy rápida,con lo que eso conlleva.
La lectúra es esencial para el ejercicio mental y para que no se nos olviden palabras y comprensión de lo que se lee.
Un peligro de hoy en dia es ese,precisamente,el abuso de las tecnologías.No hay termino medio.
Buen Domingo a todos.
Feliz domingo a ti también Pedro L. Es extraño, ahora que puedes leer casi cualquier cosa, incluso sin pagar, que se lea tan poco. Si en nuestra época hubiera habido estos medios…
Lo que quiero decir, que tal vez no me haya explicado bien, es que no sé cómo alguien puede decir preferir libros en papel, y no va por ahí con un bloc de notas en lugar de un smartphone, porque al final al cabo del día ¡no habrá hecho más que leer en un medio electrónico!
Es incongruente. Es como decir que no me gustan las pelirrojas pero me caso con una, o que no me gustan los pantalones de peto pero todos me los compro así.
Ahora bien, si lo que gusta es el libro «como arte», como puede gustar un cuadro o un reloj, entonces entiendo que sean tantas las ventas de libros físicos y tan pocos los lectores, porque en ese caso da igual el libro que sea y da igual su contenido o su temática. En ese caso lo que importa es que el autor – como el pintor en el cuadro – sea famoso, famosete o famosillo. Y así es que esos autores venden tanto.
Nos puede condicionar el bolsillo, el espacio y el gusto por el orden en casa.
Pero yo, sigo prefiriendo el libro al otro extremo, sólo lo electrónico. Gratuidad y practicidad puntual aparte cuando beneficia al segundo.
Pero cuando un libro nos gusta de verdad, sea de historias, como de hisotoria o de consulta, de divulgación… yo no consigo ver como sustituto de TU libro, no sólo del autor ni de plataformas ni un soporte que lo contiene en unos y ceros, si no TU EJEMPLAR, porque has pagado por él, que ES TANGIBLE, con simplemente su versión digital.
Lo mismo con la música, o con la radio on-line o a través del móvil con su correspondiente aplicación.
La alternativa siempre es buena. Y por decisión, egoísmo o preferencia mayoritaria en este mundo, lo tangible es lo que da valor o gran parte del mismo. Y si es mentira, que quienes lo defiendan den ejemplo no persiguiendo sus tangibles, o según qué cantidades de los mismos a cambio por colocar y vender unos y ceros, algo que si un día no tienes por razones mil ordenador, o un móvil de los habituales hoy, o que se te casca un disco duro estupendo y hasta nuevecito, con o sin copias de seguridad… cosas probables que pasen, aunque sea durante un período de tiempo. Más probables que perder todo en un desafortunado incendio.
Las alternativas son buenas. Y si algunas de las que han ido saliendo en los últimos tiempos no han logrado ni terminado de matar «a la más que superada» a la que suplía, es por algo. O incluso por un plural de factores.
Y por sostenibilidad, creo que es mucho más fácil controlar no abusar de la deforestación y de que se recicle el mayor papel posible, que tanto más chisme, con o sin coltán, con más baterías y sus riesgos, elementos que requieren que hay que extraer, su caducidad…
Creo que entiendo lo que quieres decir Alejandro. Un objeto físico, puede transmitir un valor. Por ejemplo mi ejemplar de «A contrarreloj» en papel, podría prestárselo a alguien. Ese alguien, sólo por tener el objeto físico, tendría una parte de mi. Algo que le he cedido. Es interesante el argumento.