Todos sabéis que me encanta el término cibernética, es tan vanguardista y caduco a la vez, que me maravilla.
Por eso cuando me topé con el libro Ypsilon minus, escrito en los años 70 por Herbert W. Franke, tuve que comprarlo y leerlo.
Definía a Franke, como un profesor de estética cibernética en la universidad de Viena, labor que estuvo ejerciendo desde 1973 hasta 1997. Como cualquier pionero, debemos admirar su mérito dentro de esa disciplina, en una época previa a la eclosión tecnológica.
Respondiendo a la cuestión, ¿qué es la estética cibernética?, recordemos que la definición más clara de cibernética es: «la rama de las matemáticas que se encarga de los problemas de control, recursividad e información«, mientras que etimológicamente entendemos por estética: «sensación y percepción«; de manera que la estética cibernética, vendría a ser la creación de percepciones sensoriales, utilizando algoritmos, típicamente computerizados, es decir, lo que hoy todos conocemos como arte digital, o arte por ordenador.