Hace no mucho os hablaba de los defectos de forma en el enunciado de la Práctica fundamentos de la programación de la UPF. El caso de hoy, me indigna aún más, pues proviene de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD).
Se localiza en la Guía Documento Seguridad, ni más ni menos que la documentación, y la plantilla de documento que se pone a disposición de los interesados, para cumplir con las normativas de seguridad y privacidad que la agencia establece, y que de momento, son de obligado cumplimiento para el tratamiento de datos personales. Como en el caso de la Universitat Pompeu Fabra, no sólo es un problema de imagen que demuestra que nuestros impuestos no se invierten de la forma óptima, sino que además, irradia poca confianza y seriedad.
No tenemos más que abrir el documento que han bautizado como Guía modelo del Documento de Seguridad (formato editable), para encontrarnos que en el índice del mismo, es decir, después de las secciones de cabecera, figura el índice de contenidos. Es Word el que ya nos advierte con un subrayado de color azul que algo pasa. Efectivamente, espaciados doblados, signos de puntuación mal colocados. Tal vez una nimiedad, pero de una guisa, que demuestra que nadie se ha revisado el documento, o no al menos con el énfasis necesario.
Es un problema que se repite con frecuencia a lo largo del texto, sumado a tildes que faltan, comas omitidas, y un variado elenco de errores. ¿Quién habrá sido el responsable? Pues veamos su autoría en los metadatos…
¿Cómo? ¿Un documento oficial que ha creado Enky? Si más parece un nick de un RPG que un documentalista profesional… Para más inri, quién lo ha revisado es un tal MNTEFDM. ¡Al menos alguien lo revisó, a saber como estaba al principio!
Lo malo, es que estos errores, se han propagado también a la versión final, es decir, la no-editable, y que distribuyen en formato PDF…
Pues Javi, en todas partes se cuecen habas. Imaginate si Ustedes están así, imaginate como estamos en estas latitudes (latinoamerica), yo encuentro cada error de redacción en los diarios escritos, inclusive. Hay que tragar grueso y padecer verguenza ajena; pues te aseguro que los que cometen esos «horrores» ortográficos no les da ni frío ni calor.
Saludos,
Patricia Miranda
Lo explicas perfectamente Silvia Patricia Miranda Campos. Son horrores ortográficos, a cuyos autores les resbala. La prueba son las lecturas que hay en este artículo, y ningún comentario por parte de los responsables.
Si los medios profesionales, o los organismos oficiales, no son capaces de escribir correctamente, ¿cómo van a conseguir que la gente normal lo haga?