Cuando programas, y tu pantalla sólo muestra código, una tipografía que esté especialmente diseñada para ser clara de leer, espaciada, y cuadrada, resulta extremadamente útil.
Aumentará nuestra productividad, y disminuirá nuestra fatiga mental y ocular. Además, y debido a que la mayoría de editores e IDE, permiten configurar la fuente que se usa para mostrar el código, su instalación es terriblemente sencilla.
Mi preferida es Dina Programming Font, aunque proggy fonts tambien tienen algunas variedades que me gustan.
En ambos casos son tipografías gratuitas, y que están disponible en varios formatos (TTF, FON, PCF, DFON), por lo que tanto si usamos Windows, como Linux u OS X, podremos usarlas sin ningún tipo de problema.
Gracias a jb de Landingshort por la fotografía.
Nunca me he parado muy en serio a tratar de escoger una fuente de ancho fijo. Yo creo que es como elegir una colonia: a partir del tercer o cuarto frasco, ya estás mareado y el criterio se ha ido a tomar por saco 😉
Tras unos segundos de vistazos entre las que venían con Debian, me quedé con DejaVu Sans Mono y es la que uso tanto en la consola como en los editores.