Siguiendo un poco con la tónica de encanto mecánico, hoy quiero hablaros de los displays de 7 segmentos.
Si te ocurre como a mi, y circunstancialmente creciste en los años 80, y te fascinaba la tecnología, probablemente sientas algo especial cuando ves una pantalla de 7 segmentos , o también seven-segment display (SSD).
Si además, te gustaba la programación de ordenadores, tendrás el concepto bastante asimilado, ya fuera redefiniendo caracteres gráficos con el Spectrum (UDG), o creando tus propios bitmaps para fuentes de texto en los PC.
Aunque el sistema se patentó en 1908, no fue hasta finales de los 70 que empezaría a popularizarse, de modo que en la época en que crecimos, eran la forma ideal de representar variada información numérica. No importa si se basaban en LCD, menos atractivo pero con un bajo consumo energético, o en los espectaculares LED con tonalidades de rojos, naranjas, amarillos, azules, y mi preferida, los verdes.
En su versión LED, me encandila su apariencia en la oscuridad, con esa tenue luminosidad que generan, y que al mismo tiempo los hace perfectamente legibles. Las variantes LCD, con sus afinados contrastes tienen también una belleza intrínseca.
Prueba de su utlidad, en pleno 2014, mi radio-despertador, los relojes digitales (de pulsera, pared y mesa), las calculadoras, el equipo de música, el horno microondas, el video DVD, y hasta varios indicadores del coche siguen usando esta tecnología.
El primer avance acaecido fue relativamente trivial. Esto es, añadir más segmentos, de modo que pudieran representarse más símbolos, donde con un total de 16, podía representarse el alfabeto anglosajón. después vendría el dot-matrix que permitía representar cualquier imagen de mapa de bits, hasta llegar a la representación vectorial de las pantallas de tinta electrónica.