Computer Chronicles, emitida en algunas países de habla hispana como «Cronicas de la Computación«, aunque no llegó a España, fue una serie de televisión estadounidense de media hora de duración que Public Broadcasting Service (PBS) mantuvo en antena entre 1983 y 2002, en la cual se documentaba y divulgaba el auge del ordenador personal desde su infancia hasta el inmenso mercado de inicios del siglo XXI. Durante esos 14 años en antena, se crearon 83 episodios, contando con presentadores tan eminentes como Gary Kildall, e invitados aún más eminentes del nivel de Phil Katz o Philippe Kahn.
Pese a toda esa relevancia y lo fan que soy de la retroinformática, no conocí este programa hasta fechas muy recientes. Si os gusta el tema, os recomiendo que os paséis por el canal The Computer Chronicles en Youtube.
Podría hablar de capítulos memorables como el de la compresión (PkZIP y Stacker), el Shareware o el de la multitarea, pero eso estaría fuera de lugar en este artículo sobre relojería.
La informática como disciplina científica y tecnológica en los años 80, tenía a su alrededor un elenco de eminencias que la impulsaban. Era un campo más alejado que de la gente de a pie que ahora, y más cercana a los frikis o geeks del momento. Aunque tocando otras disciplinas, todos recordaréis a Carl Sagan, el creador la serie televisiva Cosmos: Un viaje personal de 1980, emitida precisamente también por el PBS, y que siempre iba acompañado de su fiel Seiko Digital Solar.
La gran mayoría de los participantes de «Computer Chronicles» iban acompañados de variopintos relojes digitales, piezas de muñeca que representaban el futuro de la monitorización, y lo más cerca que se podía estar en aquella década de los 80 de los wearable. Se trataba de relojes que como hoy en día, definían la personalidad y los gustos de su portador. Reflejaban su apuesta por la tecnología y el futuro, y especialmente al principio, también su estatus social pudiendo permitirse una tecnología que económicamente no estaba al alcance de cualquiera.
En el artículo de Casio de modernillos os recopilaba algunos anuncios de la época donde se mostraba que los relojes digitales eran prestigiososo porque eran avanzados. Un comandante de avión llevaría un reloj digital en vez de un Rolex. ¡Qué vueltas da la vida! Porque hemos vuelto a donde estábamos antes de eso. Ahora o llevan Rolex, o llevan un sucesor de aquellos relojes LCD, los smartwatches.
Y es ahí donde entro de lleno en mi reflexión, porque tras haber estado durante unas pocas semanas revisando casi todos los episodios de The Computer Chronicles, me he dado cuenta como un reloj digital como aquellos que acompañaban a los protagonistas hoy en día es algo en desuso, algo obsoleto. Dudo que ninguna de esas personalidades siga llevando hoy en día un reloj digital. No me los puedo imaginar de eso modo, salvo por el mismo motivo que nos empuja a nosotros a los viejos incondicionales que quedamos, la nostalgia.
Si eres de la vieja escuela, de las generaciones antiguas, probablemente seguirás siendo fiel a un reloj analógico. Si eres de las nuevas, o mirarás la hora en el móvil, o tendrás un smartwatch o una smartband. No es nada nuevo, ya llegamos a esas conclusiones en ¿Cuánta gente usa reloj?.
Sin embargo como homenaje al programa, a la retroinformática, y por supuesto a los relojes digitales, aquí os dejo algunos de los fotogramas. Están ordenados cronológicamente, lo que os permitirá apreciar cierta evolución. Tendréis que disculpar la calidad y la resolución de las imágenes, pero el VHS-Rip no da para más.
Efectivamennte, hoy día sería impensable que este perfil de señores de chaqueta y corbata optara por un reloj digital; en su momento esta tecnología -e incluso el plástico como material-, eran una novedad y representaban una visión de futuro y progreso. El problema tal vez estuvo en que esta tecnología no evolucionó lo suficiente con los años y se acabó devaluando su imágen a la par que se generalizaban las versiones económicas de resina, seguramente pesó mucho más lo segundo que lo primero. Al smartwatch en cambio se le perdona hoy su falta de formalidad por su capacidad de sustituir al teléfono móvil.
Bueno, tal vez el smartwatch es la evolución de esos relojes digitales. Han ampliado funciones y su tecnología es la del momento.
En un futuro evolucionarán a baterías de larga duración con base orgánica. Y los actuales quedarán como un reflejo de esa evolución.
También estuve pensando sobre eso en su momento Jostma. Es cierto que hoy en día se acepta que un smartwatch no sea elegante, especialmente son gigantescos porque la tecnología actual no permite reducir su tamaño sin eliminarle prestaciones. Creo que cuando los relojes digitales conquistaron las muñecas era justo lo contrario, se valoraban los relojes delgados, y un digital, sin ningún elemento móvil podía ser mucho más plano.
Yo también lo pienso Sergio. Los smartwatches son la evolución, o al menos los sucesores de los relojes digitales. Honestamente pienso que aún no están listos para un uso masivo, pero al tiempo que avanza la tecnología no creo que tengamos que esperar demasiado para que eso suceda.
En papel con el canutillo de plástico, qué recuerdos… Fíjate que lo tenía totalmente olvidado 😀 Y la tipografía, muy de la época. Solo falta el Space Invaders 🙂
Que buena entrada del blog. La verdad hay que ver como cambian los tiempos. No conocía esta serie documental. Y es interesante ver el cambio que ha habido en el uso de los relojes digitales.
Saludos Guti.
Canal de YouTube recomendable para quienes ya llevamos unos años en esto de la informática y estamos un poco de vuelta de todo. Mirar al pasado nos lleva a tiempos en los que sabíamos menos y teniamos más ilusión por esto de «picar teclas», como me dice un buen amigo que no es del ramo.
En cuanto a la decadencia de los digitales, parece que fue una moda que duró no pocos años. Eran años en los que la tecnología de cuarzo se abría paso y que empezó a decaer en cuanto alcanzó su madurez y las novedades eran cada vez menos, tanto en calidad como en cantidad. En los años en los que se emitía «The Computer Chronicles» ya había llovido mucho desde que el Pulsar del ex-presidente Gerald Ford era una de las cumbres de la relojería.
Por las razones que sea, los fabricantes que han seguido comercializando relojes digitales han descartado el nicho de los relojes elegantes, esto es, con aspecto tirando a clásico, con caja de metal, buenos cristales, etc. El Seiko de Carl Sagan resiste, al menos en el aspecto estético, muy bien el paso del tiempo; por cierto, mi padre, qepd, tenía un modelo, también de Seiko, similar pero que no era de carga solar.
[1] https://e00-marca.uecdn.es/assets/multimedia/imagenes/2020/03/18/15845580597467.jpg
Gracias a los Smartwatches he podido recordar aquella esfera mixta que llevaba en mi Casio AW5 a finales de los 80 con digital y analógico. Que sí, que es más elegante que la gente vea las agujitas y para un vistazo rápido al reloj, pero en ocasiones necesitas saber la hora exacta que es, así que para mí es vital llevar ambas a la vez. Ante la dificultad de encontrar otro AW5 y además tener que renunciar a prestaciones más modernas, esta es la mejor opción..
El Space Invaders salió en algún programa Droiddrika, no podía faltar.
Los relojes digitales fueron tremendos Gerardo, incluso los altos ejecutivos los llevaban. Algo muy parecido a lo que ocurre ahora con los smarts.
Aún me estoy poniendo al día con todos los programas un relojista, pero para los que nos gusta la retro-informática son muy interesantes. Yo creo que los digitales se quedaron estancados en cuanto a funcionalidad. Llegó un momento en el que no se le podían meter más funciones de las que ya existían: calculadora, mando a distancia, termómetro… Evidentemente el sueño era tener todo junto, pero creo que eso por motivos de espacio era imposible. Así que las marcas se centraron en abaratar los precios para así hacerlos más populares. Irónicamente tendrían que pasar 40 años para que el salto tecnológico llegara, ahora con los relojes conectados.
Es otra de las ventajas de la tecnología Alejandro. Es verdad que la sensación no es la misma, pero es mucho mejor que nada.
En este vaivén de lo analógico a lo digital, me cansó lo digital y me pase a los relojes analógicos cuando se convirtieron en cronógrafos, les añadieron esferas, la esfera que indicaba las fases de la Luna y las otras del cronómetro, cansado de tanta esfera volvi al digital pero por que veía mejor la hora en números y con la pantalla retroiluminada, me hice con un simple reloj que valia tanto como ponerle la pila, acabó por dejar de funcionar, me era muy útil. Cansado de cambiar la pila a los analógicos, cada vez que te lo habrían te rayaban la tapa por la impericia en alguna relojería, como me pasó por no querer usar unas tenazas especiales que abren la tapa, y llegada la pandemia, dejé los relojes de cuarzo y me pase a los automáticos, ahora me cautivan los que se les ven las tripas, los skeleton. Estamos entre lo barroco de lo clásico y lo minimalista de lo digital, como decía un conocido anuncio «algún día los relojes se harán así»
Bienvenido F.Duran. Esos cambios y ese aprendizaje yo lo llamo evolución. Los relojes nos ayudan a descubrirnos a nosotros mismos y nuestros relojes.
Mi padre, qepd, nacido en 1934, vivió fascinado de los digitales y en menor medida, de los analogicos de cuarzo. Despreciaba sus automaticos/de cuerda, que nunca lo vi usarlos, y cada 2 o 3 meses llegaba con alguna novedad de Casio: relojes con control remoto, termometro, medidor de latidos.
Hola: He caído por aquí y con vuestro permiso aportaré mi visión de este asunto.
Creo que la caída de los digitales era inevitable. Tuvieron su auge, pero no tenían posibilidades de sobrevivir.
Por una parte, la industria relojera tradicional estaba aún con la crisis del cambio al cuarzo, y estaban más que entretenidos en intentar salvar los muebles carecían de experiencia y know how y no entraron muy a fondo.
La relojería de alta gama no necesitaba del cuarzo, ni de digitales, tenía y tiene un público fiel que prefiere analógicos y mecánicos, y que además crece día día.
Además, el reloj digital como instrumento de medida del tiempo de uso cotidiano, no presenta ventajas respecto al analógico, y salvo en algunos sectores como la cronografía, ciertos deportes, y actividades científicas, todas minoritarias no aportaba nada como instrumento.
Y al contrario, es mucho más fácil leer la hora en un analógico, el cerebro no tiene que “traducir” la información. Y los diversos gadgets que se le añadieron, eran difíciles, si no imposibles de manejar, más bien era una carrera hacia quien puede meter más elefantes en un seiscientos.
Sin olvidar que en muchas situaciones y circunstancias se precisa de un reloj mecánico, lógicamente analógico, como en navegación, aviación, exploración, y actividades extremas, pues son mucho más resistentes que los digitales y no precisan de fuente de energía eléctrica para funcionar.
Por último, algo que para mí tiene una gran importancia y que apenas se menciona: la estética. Las modas pasan, ya se sabe, y su imagen de modernidad, exclusividad y prestigio, pronto pasaron en cuanto se popularizaron y se abarataron, siendo un artículo de uso más que corriente, y que además ofrece muy pocas posibilidades visuales creativas.
En cambio, los analógicos tienen un inmenso campo en la estética, pudiendo cambiar al hilo de las corrientes de moda dominantes, siendo más grandes, más pequeños, claros, oscuros, de esfera limpia o recargada, variedad de colores y grafías, en fin todo un mundo para un objeto que es la única joya que puede lucir un hombre si quiere ser elegante, distinguido, y distinguirse.
La prueba de la importancia de la estética la tenemos en la actualidad, pues hoy con los móviles son innecesarios, pero están en auge, y para más abundamiento, los mecánicos arrasan hoy en día, porque son símbolo de estatus, sirven como ornamento, y comparado con los años de los digitales, hay diseños altamente atractivos para todos los gustos. Yo diría que ya el que den la hora es lo de menos.
Para otro día dejo lo de los smartwatches, algo que pienso que llevará el mismo camino que los digitales antaño.
Saludos
Fue una época sensacional Kabe. No sólo en relojes, sino en cuanto a electrónica de consumo general. Cada año se sucedían avances reales en relojes digitales, aparatos de vídeo, ordenadores…
Tienes muchos argumentos que son bien fundamentados Caito, pero uno que no. Un reloj mecánico es mucho menos resistente a cosas extremas que uno digital. Es bien fácil de entender, un mecánico tiene piezas móviles y mecánicas.
En cuanto al resto, totalmente de acuerdo. Creo que un digital fue en gran parte la moda de tener multitud de funciones que nadie usaba pero que todos querían tener. No me parece muy diferente a un smartphone actual, donde todos quieren 5G o una cámara de 100 MP, pese a que no le van a sacar partido.
Por cierto, encantado de tenerte por aquí.
Bueno, quizás tengamos razón los dos. Sí que puede parecer que por las partes móviles pueden llegar un buen número de averías, pero la fuerza necesaria para que la maquinaria de un reloj, bien sea de cuarzo o mecánico, puede dañar igualmente a un digital. Posiblemente más a un mecánico de los normalmente utilizados, pero cuando se trata de hacer un reloj resistente, se recurre a mecánicos y digitales de cuarzo. Las pantallas de cuarzo no soportan bien la presión ni las temperaturas extremas, razón por la cual tanto astronautas como submarinistas utilizan principalmente mecánicos y cuarzos analógicos. Un digital te pude servir para buceo de poca inmersión, y poco más. Y luego está el riesgo de que la batería se descargue (lo hace por temperaturas extremas).
Sí que en los relojes, como decía antes, que se suelen llevar por el ciudadano medio, un digital sobrevivirá a más eventos a los que esté sometido, los propios de la vida diaria, pues no todos los días se sube uno al Everest o baja a la fosa de las Marianas, pero de cierto nivel hacia arriba, es al contrario. Pero no podemos olvidar que son minoría, y que la mayoría del personal luce relojes de precio medio-bajo, en los que tu planteamiento tiene todo el sentido..
Estaba intentado encontrar un vídeo dónde un reloj Seiko 5 de menos de 200€ es lanzado al fuego, recuperado con el cristal astillado y seguía funcionando.
Puede que también la industria, al carecer de mercado, no haya invertido mucho en digitales, que algo tendrá que ver.
Y yo, si mañana me fuera al Amazonas o a Alaska, llevaría un mecánico sin dudarlo.
Pero me van a esperar sentados, el cuerpo ya no me da para conquistar imperios ni realizar hazañas portentosas (en realidad para eso creo que no me dio nunca).
Un saludo
No sé si llamaría a esas novedades de Casio «avances reales», Guti. Por algo se fueron cayendo por la borda y nos fuimos quedando con las característica útiles: alarma, cronometro, cuenta regresiva y fecha.
Esto siempre es así Caito, cuando se plantean argumentos fundados, todas las partes tendrán razón. Por ejemplo coincido contigo en que los LCD no resisten bien las temperaturas extremas, pero también que una vez que se normaliza ésta vuelven a su funcionamiento normal. Por eso el Casio DW-5600, un digital es el reloj más usado en el espacio (por más que el Moonwatch tenga más fama por ser de los pocos que fueron a la Luna).
La congelación de la industria es algo que se ve, ya empezando a nivel de diseño donde salvo por micromarcas apenas se aporta nada interesante. Veo mucha repetición en reeditar las viejas glorias, y poca en innovar de verdad.
Tienes razón Kabe. Para la mayoría sólo unas pocas fueron útiles, eran más bien un argumento de venta. Pero tampoco hay que descartar esos usos especializados donde han sido de utilidad, por más que tu o yo no las usemos.