Continuamos divulgando el afeitado clásico, hoy con lo que casi sería un monográfico de Laboratorios Myrsol. Myrsol es una de mis empresas favoritas en cuanto a productos de afeitado clásico, una firma familiar, con solera y con una variedad de productos apta para todos los gustos. Tras el fallecimiento de su fundador Miquel Ricou Solé, la empresa continúa en manos de sus hijos, representada por Encarnación Ricou.
Hace algunos años os expliqué bastante al respecto sobre Myrsol, y en aquel momento, también sobre su popular Emulsión Myrsol, el primer producto que desarrolló Don Miguel, y que junto a su fiel maquinilla Wilkinson y el Plastic Shave le acompañaron en los afeitados diarios de buena parte de su vida. Si no tuvisteis ocasión de leerlo en su día, echadle un vistazo a Visita a Cosméticos Myrsol.
El primer protagonista de esta review es el Myrsol Metilsol, un producto que llevo utilizando desde hace un par de años, pero no había llegado a reseñarlo aquí. El segundo es Myrsol Antesol. En los dos casos, he escogido los clásicos envases grandes de cristal con un litro de capacidad, no sólo salen más económicos, sino que además tienen el encanto de los frascos de Varon-Dandy, otra de mis marcas favoritas junto a Floïd.
Myrsol Metilsol
Metilsol es un masaje para después del afeitado que está formulado con alumbre y timol, siendo de aplicación ideal en el caso de se produzcan pequeños cortes durante el afeitado.
La etiqueta frontal nos indica «After Shave Metilsol. Astringente refrescante excelente para después del afeitado»
En la parte trasera «Su uso continuado equilibra la función de las glándulas sebáceas, evitando la aparición de granitos e impurezas propias de la piel manteniendo el cutis en su mejor aspecto». Le siguen sus ingredientes: Alcohol denat (Alcohol desnaturalizado), Aqua (Agua), Potassium Alum (Mineral de alumbre), Thymol (Timol), Menthol (Mentol), Parfum (Perfume), Caramel (Caramelo).
El Metilsol de Myrsol me parece un producto funcional. El aroma apenas perdura, personalmente es agradable pero con falta de personalidad, como si fuera una mezcla de tomillo y lavanda mezclada con hidrocarburos.
Lo mejor de todo es su eficacia, como lleva alumbre en su composición, sus efectos astringentes o corta sangre se notan, permitiendo cerrar cortes pequeños o medianos de manera casi inmediata. Para cortes más grandes, será un buen primer paso, pero deberemos reforzarlo con piedra de alumbre. Su formulación incorpora tomillo, timol y alcohol, que son desinfectantes, éste último, tersando la piel y ayudando a cerrar poros y heridas. Debe estar en cualquier armario de todo aficionado al afeitado clásico, si bien tal vez no como de aplicación diaria, si para ser usado en caso de cortes. Si no lo has probado, te lo recomiendo encarecidamente.
Se ofrece en las tres posibilidades de formato de Myrsol, todos ellos disponibles en Gifts & Care:
– 1l frasco de cristal (25,50€).
– 200ml frasco de plástico (12,95€).
– 180ml frasco de cristal grabado (12,95€).
Myrsol Antesol
Myrsol Antesol es un producto bastante peculiar, un poco como la conocida emulsión, puesto que se puede utilizar como pre-afeitado, que sería para lo que está diseñado, pero también como post-afeitado.
La etiqueta, con un innegable toque retro nos indica: «Masaje Antesol. Para antes y después del afeitado».
La parte trasera se explican solamente los ingredientes, aunque los frascos pequeños dan más información: «Para lograr afeitarse sin molestias sea el afeitado con crema espumosa o crema sin brocha. Antes del afeitado échese un poco de masaje en el hueco de la mano y humedézcase la cara insistiendo en las partes más delicadas, luego se enjabona o se aplica la crema sin brocha y puede procederse al afeitado, que lo obtendrá sin ninguna molestia por delicado que sea su cutis, si se tiene costumbre de apurar, vuélvase ha echar unas gotas de Antesol MYRSOL». Obviando la falta de ortografía en «vuélvase ha echar», le siguen sus ingredientes: Alcohol denat (Alcohol desnaturalizado), Aqua (Agua), Sorbitol (Sorbitol), Allantoin (Alantoína), Menthol (Mentol), Parfum (Perfume).
Como decía hay gente que lo utiliza para después del afeitado, en ese caso, a mi al menos, no me ha parecido nada del otro mundo. Su aroma es bastante discreto y poco atractivo, no huele mal, pero no es como Floïd. El toque de mentol está equilibrado, pero la sensación final, sin ser mala no es extraordinaria.
Usado antes del afeitado la cosa cambia, tersa ligeramente la piel, y como la alantoína tiene efectos calmantes, el afeitado es más suave. Sin embargo, no llega al nivel de eficacia de la Emulsión Myrsol. Ese es el motivo por el que muchos sugieren usarlo a la portuguesa, es decir, mezclando Antesol y la Emulsión en la mano y luego extenderla por la cara. El efecto es increíble, porque se combina la emulsión que hace que la piel deslice y el pelo se ablande, con el Antesol, que al tersar la piel y la barba facilita notablemente la tarea.
Se vende en diferentes presentaciones y tamaños:
– 1l frasco de cristal (25,50€).
– 200ml frasco de plástico (13,50€).
– 180ml frasco de cristal grabado (13,50€).
Evidentemente los envases de litro son un gran atractivo, resultando cuatro veces más económicos que los pequeños. Quizás con las manos húmedas no sean el formato ideal, pero siempre puedes hacerte con un pulverizador de plástico, o usarlo para rellenar la bonita botella modernista de cristal que tiene Myrsol de 180ml. Continuando con la buena impresión de esta marca, espero poder reseñar en breve más productos, en especial el Myrsol Blue, Myrsol F/Extra, Myrsol Plastic Shave y la colonia Myrsol Blue.
Muy buena review, pero, ¿afeitarse dos veces al día? O_o Y a mí que me parecía mucho dos veces al mes, jajajaja!
Pues sí, hay gente que se afeita dos veces al día yotambienestoyenamoradodeingridsjoberg, aunque tampoco es mi caso. Con dos veces a la semana tengo suficiente.
Es que deben estar mas tiempo afeitándose que viviendo 😀
Supongo que como en casi todo, también debe haber gente que vive por y para el afeitado. Para ellos será un hobby en el que desean invertir todo el tiempo que sea posible, y esa es la excusa perfecta.
Sí, supongo, como hay chavalas que viven para pintarse las uñas o los ojos…