Recientemente me descubrieron el No te salves, escrito por Mario Benedetti, que aunque tiene una forma que me encanta, creo que donde de verdad destaca es en sintetizar tanto en tan poco.
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
Mario Benedetti es mi autor favorito. Quizás por qué no tengo tanto tiempo para poder leer. Y este poema suyo, es como un ensayo antropológico del común de la gente. Y cuando lo leí. Me cayó como agua fría a la espalda.
No te salves…
No te quedes conmigo.
Puede el, perfectamente resumir mi vida, en una cuarta…