En Pedir tiempo enfocaba el aspecto de necesitar tiempo entorno a un contexto filosófico y emocional. Un condicionante a la hora de tomar decisiones. Hoy me gustaría hablar un poco de esa sensación física de no tener tiempo. De las prisas, del ir corriendo a todos los sitios y de pensar que no tenemos tiempo para todo.
Vivimos en un mundo acelerado, nos hemos hecho cargo de tantas obligaciones que no tenemos apenas tiempo para lo más importante: nosotros mismos. No me avergüenza admitir que yo también era así, y de hecho, aún lo sigo siendo bastante. Sin embargo, he descubierto como los relojes mecánicos me han ayudado a suavizarlo.
Un reloj mecánico es impreciso por naturaleza. Mientras que en uno de pila o cuarzo, tendremos un adelanto o un atraso de unos pocos segundos al mes, en un reloj mecánico esos pocos segundos lo serán al día. Fácilmente llevaremos un desfase de uno o dos minutos al terminar la semana. Puede que sean las 17:46 y nuestro reloj marque las 17:48, o las 17:45. Siempre he sido un obseso de la precisión en los relojes, pero… ¿Tanto importa que tengamos las 17:45 y sean las 17:46? ¿Pasa algo si llegamos un minuto tarde al trabajo? ¿Si salimos 4 minutos después de nuestra hora de salida? ¿Si llegamos con 2 minutos de retraso a nuestra cita? ¿O si por el contrario llegamos 2 minutos antes y somos nosotros los que debemos esperar?
Pues lo cierto es que no ocurre absolutamente nada. Habremos perdido o ganado un par de minutos, nada más. Aunque bueno, una cosa si que ocurre. ¿Sabéis cuál? Que entonces empezaremos a librarnos del ancla del tiempo. De correr, de las prisas. Porque si por nuestro reloj puede que perdamos ese tren, tendremos que esperar al siguiente. O bien al contrario, cogeremos el anterior. Nuestros hábitos cambiarán, veremos a nueva gente, y será una sorpresa si tomamos el tren de siempre, el de antes o el de después. Con esa incertidumbre dejaremos de correr, puesto que cabe la posibilidad que ese tren aún no haya llegado o ya se haya marchado.
Pasada esa fase, la de dejar las prisas un poco de lado, empezaremos a tener algo de tiempo para nosotros. Aunque solamente sean esos 2 minutos de más. Solamente ese par de minutos pueden darnos una enorme tranquilidad y una gran paz. Tal vez nos demuestren también que es posible ganar otro par de minutos, que entonces ya sean 4. Cuatro minutos que podremos invertir ya en nosotros, pero también en las cosas y en las personas que nos importan.
El sosiego mental que obtengamos nos ayudará a ser más productivos, a estar menos ofuscados. Entonces esos 4 minutos, puede que nos cundan como 8 o 10. En apenas un par de cambios, hemos pasado de no tener nada de tiempo, a ya 10 minutos. Y las cosas pueden seguir así, mejorando. Es algo que depende de nosotros, y en lo que nos ha ayudado el reloj mecánico.
Obviamente continuaremos teniendo obligaciones: el trabajo, nuestros compromisos, familia, pareja, hijos, amigos… No obstante, las disfrutaremos con más calma, con mayor plenitud.
A mí sí me importa una cierta puntualidad. No es que le de gran importancia a un ligero retraso en caso de ser yo el que espere. Pero si por regla general yo procuro llegar con algunos minutos de antelación, no sé por qué los demás, incluso quienes más exigen, no pueden hacerlo. Es sencillo: porque no quieren, y siempre presuponen que hacer perder ese tiempo al otro a ellos no les cuesta.
Pero mi reloj, que vaya más o menos al minuto en hora al día, sí me importa. No que un buen día me de cuenta que de uno a otro o a tres a la mínima va con casi 5 de diferencia o más.
Y como por esa parte de la sociedad que tanto exige sí lo piensa, claro que a mí me importa entrar a trabajar en torno a unos 3 minutos de horquilla a la hora en punto a mi trabajo, y con la misma horquilla estar a la hora de salida fichando y saliendo con la tarea hecha. Claro que me importa: mi tiempo es mío, y mi tiempo dispuesto, vendido «y negociado y acordado» a cambio del vil metal que me permita (mal) vivir al mes según todo cálculo de la otra parte, está bien claro en el contrato. Como también está en contrato o en convenios propios o generales que para necesidad extraordinaria de la empresa, fuera de los 3 días de antelación, se debe poder negociar con el trabajador y sin obligación del mismo. Es sencillo, si lo sucedido no ha sido tampoco por una responsabilidad suya, su tiempo es suyo, está fuera del contrato.
En otro tipo de sociedad, bien sin dinero, o que no fuera el fin (ni la necesidad velada como antaño lo era cazar y cosechar a diario para comer), igual no importarían esos 4 minutos de más. O incluso en esta misma en esas empresas y con gente que igual que un día te quedas tiempo de más, luego otro día si la cosa está despejada te dices «largaos ya a casa que ya está hoy todo vendido, tomas la tarde-mañana libre».
Flexibilidad sí, pero también como y con quién yo decida y por qué. Disponibilidad total según siempre terceros, no, que eso yo al revés no lo hago nunca y menos con los abuso de desfase que algunos se otorgan, es un gesto de poquísimo respeto y de mucho egocentrismo (por tanto, egoísmo). Pero en ambos casos, que mi reloj vaya más o menos al minuto. Y si es con un desfase de pocos segundos, pues mejor. Me gusta cuando da la hora en punto un reloj radiocontrolado, o de servicio de transportes, las señales horarias en la radio, que si miro el reloj esté en la hora en punto al minuto. El reloj que mida bien, que ya me gestiono mi tiempo yo.
En esto es lo mismo que domiciliar según qué pagos. Hace años, cuando pusieron la domiciliación de impuestos municipales y demás, pues probé. Total, si de todas formas te obligan a tener una cuenta en el banco, pues bueno. Hasta que al año siguiente me di cuenta que el Ayuntamiento en vez de cobrar vencido el año desde el pago en la primera mitad de plazo para el mismo en el ejercicio anterior, pues cargaron el sello del coche que tenía por entonces en los primeros días de enero. Pues cancelé la domiciliación y que me volvieran a enviar primero el recibo de pago a casa, está claro… poca forma y no digamos jaleo tenemos de exigir a nuestros políticos por su gestión o promesas incumplidas, movimientos cuanto menos cuestionables abusando de tener la sartén por el mango, ¿y no me indicaban en ningún lado que me harían pagar «por mi comodidad» con hasta 4 ó 5 meses de antelación respecto a lo que puede hacer cualquier ciudadano? Y encima, cuando aún tenía esos meses cubiertos con el sello anterior… puesss, ¿qué dice la Ley? ¿Qué todos somos iguales como ciudadanos, no? Pues pirulas, a mí ni una. Si para todos la norma general es que ese tipo de impuestos son desde 1 de abril hasta 30 de mayo o de junio, pues antes del 1 de abril yo no quiero algo de adelanto a mi cargo, que para algo he cumplido como todos antes.
En mi caso estoy de acuerdo contigo, nuestro tiempo y el de los demás es algo muy importante Alejandro. Sin embargo, no me importa tanto entrar 3 minutos antes a trabajar o salir 3 minutos más tarde. Lo de los impuestos, eso si que ya es descarado. Hablamos de muchos meses de anticipación, no de minutos. Y bueno, al final uno se da cuenta de que para cobrar, todos son muy listos.
Bueno, yo trabajo en Ayuntamiento aquí en mi ciudad Mérida, Yucatán y tengo 22 años laborando en mantenimiento eléctrico de toda la ciudad y siempre he llegado 10 minutos antes a mi trabajo, creo que esto habla bien de uno, pero GUTI se refería a que no debemos estar estresados por el tiempo, si alguna vez he llegado tarde, no importa, mi jefe me conoce y sabe que eso no es frecuente en mí.
Ahora en relación a la exactitud de los relojes, eso para mí no importa, lo que si me importa es que mis relojes estén limpios y cuidados, porque los veo como obras de ingeniería y tecnología extraordinarias. La marca y calidad del reloj dan la exactitud. Por eso amo los Casios (sin dejar a un lado las otras marcas), por lo que dan por el dinero que pagas por uno de sus relojes.
Saludos a todos.
GUTI gracias por seguir escribiendo tus artículos mi amigo.
Buenas tardes D. Javier, D. Alejandro y D. Ricardo. También, a todos los lectores de la bitácora.
Más que hablar de uno mismo, he dado mi tiempo a los demás siempre que he podido y ha sido útil (creo que también a la vez me lo daba a mi mismo); hay que hablar del tiempo como entidad que nos sobrepasa y lo disfrutamos. Soy puntual, aunque tiendo a llegar siempre el primero y salir el último, al menos en mi trabajo (bueno en los bares también ja ja ja ja).
Carpe diem «amigos». (Vivir el momento).
D. Javier como dice Sabina «que el calendario no venga con prisas»; preciosa canción dedicada a una Mexicana histórica que fue y será (DEP) Chavela Vargas. Como bien dices los mecánicos no son precisos, son más caros, delicados y desfasados, pero como siempre decimos tienen algo mágico.
Buenas tardes amigos.
Supongo que todos los que amamos los relojes, valoramos la precisión y la exactitud Ricardo. No porque estemos esclavizados a ella, sino por ser una demostración de ingeniería. Yo soy como tu, suelo llegar algo antes al trabajo e irme algo después. No me importa «regalar» 20 minutos la mayoría de días, del mismo modo que tampoco me importa «robar» 10 minutos un día que salga antes.
Has captado lo que quiero decir, se trata de no ir siempre corriendo, de tomar las cosas con calma y disfrutar de todo. Porque un minuto más o un minuto menos, no cambia demasiado las cosas. Como ejemplo si pierdes un avión, no es por llegar un minuto tarde, es porque no has llegado con las 2 horas que requeren.
Gracias a ti por leerme y seguir disfrutando. Un placer tus participaciones.
Efectivamente Sergi, que el calendario no venga con prisas. Porque esas prisas, no están en el calendario en si mismos, sino en nosotros. En nuestras ganas de correr quién sabe a dónde ni porque motivo.
En algunas cosas estoy de acuerdo, pero en otras no tanto. Cuando antes casi todo el mundo usaba relojes mecánicos, la exactitud o precisión ciertamente no era tan importante, todo el mundo iba un minuto arriba o abajo, o incluso más. Ahora, si llevas un reloj mal ajustado o un mecánico, siempre estás a deshora mientras que el resto, con sus relojes super-precisos y ajustables vía internet o incluso satélite, van siempre al segundo exacto.
Lo pondré con ejemplos prácticos extraidos de tus propias preguntas, para que se entienda mejor:
¿Tanto importa que tengamos las 17:45 y sean las 17:46? – Pues sí. La misa que escucho empieza a las 19:30, hora de reloj estrictamente ajustado. Escucharla un minuto más es escucharla haberla empezado. Como este podría poner muchos otros ejemplos donde la precisión es importante, la hora de inicios de sorteos, la hora de inicio de tu programa favorito de radio…
¿Si salimos 4 minutos después de nuestra hora de salida? – 4 minutos al día son 28 minutos a la semana, al mes son 120 minutos. Al mes son 2 horas. Haga usted cuentas si quiere regalarle a su patrón o estar en la fábrica trabajando gratis 2 horas al mes, 24 horas al año. Dos días de trabajo sin cobrar.
¿Si llegamos con 2 minutos de retraso a nuestra cita? – Depende de lo importante que sea la cita. En algunos aspectos dos minutos puede causar muy mala impresión, lo mismo si llegas mucho tiempo antes.
Por eso (y por muchas cosas más) un reloj mecánico no es útil en el día a día para la mayoría de los currantes y gente sencilla, y por eso quienes los tienen, suelen tirar del móvil para ver la hora. Por otro lado, me parece una estupidez teniendo fabulosos relojes muy precisos a muy bien precio, que alguien sufra los inconvenientes de un reloj mecánico (que son muchos). Es como darte un buen BMW Serie 5 con un motor robusto, y negarte en aras de no se qué razonamientos, para preferir seguir viajando en un peligroso, ineficiente y cansino biciclo.
Objetivamente tienes razón con tus argumentos ET. Pero, ¿vale la pena estar toda la semana corriendo, pendiente del reloj y sin podernos relajar por no perder 28 minutos?
El algo que va más allá de la precisión de los relojes. Lo que intento plantear es que, obviamente es bueno que sean precisos. Pero creo que somos demasiado esclavos de su pendiente espada de Damocles. Al menos yo, prefiero estar la semana más o menos tranquilo, aunque disponga de media hora menos, que ir corriendo a todos los lados pendiente del segundero.
Con tu permiso, creo que lo enfocas de forma equivocada. No es cuestión que tengas que estar detrás del reloj o no, es cuestión de que si puedes fiarte de un reloj que es exacto (por ejemplo, para salir a tu hora), ¿para qué vas a usar una herramienta que está ampliamente superada y mejorada? Si total, salir vas a salir igual, sea a tu hora o no, del trabajo.
Y dicho esto, me parece perfecto, genial y por supuesto perfectamente lógico que alguien lleve un reloj mecánico por cariño, por gusto, o porque les agrada más esa filosofía. No tengo nada en contra de ello, ya ves, hay mecánicos que me gustan mucho. Lo mismo que quien lleva una pulsera con el nombre de su mujer/hermana/hija/novia, o quien lleva un colgante con la foto de sus padres o sus hijos. Es un adorno, bonito e incluso, en materia de relojes, incluso inexplicablemente caro y lujoso. Pero la relojería siempre fue otra cosa, de lo contrario estaríamos aún con clepsidras, o con relojes monoagujas todo el mundo. No se debe empeñar uno en esas cosas por simple empecinamiento, ni confundir el placer con la utilidad, o la satisfacción de llevarlo con la efectividad, cosa que creo que en ese tema se confunde demasiadas veces.
No creo que un reloj, por otra parte, te haga estar más o menos tranquilo en ese sentido. Seguro que la hora la sabes milimétricamente solamente al coger tu móvil. Si llevas un reloj mecánico, es por otras cuestiones, Guti, asumámoslo. De hecho, aunque lleves un mecánico contigo, tú llevas una pulsera de cuarzo. O sea, venga… 😀
Si me dijeras que sólo y únicamente llevas un reloj mecánico, que defiendes a ultranza esa filosofía, e incluso como la señora aquella de La Elegante ni siquiera usas teléfono móvil (ni lo llevas), pues vale, podría tener un pase, pero es que alguien que esté totalmente y siempre conectado con el mundo moderno eres tú precisamente. ¿Que no eres esclavo del reloj? Que te gusta estar dos o cinco minutos atrasado y no pasa nada? Claro, por supuesto, porque cuando necesitas saber la hora «real» y precisa, ya tienes a tu mano otra cosa. Me gustaría verte guiado sola y únicamente en todo y cada día por un reloj mecánico y por nada y solamente nada más, algo que no sería posible, partiendo que de hacerlo, tendrías que empezar cambiando de profesión, por de pronto.
Está bien desde el punto de vista nostálgico y tal, y mola decirlo, pero o sea…, no. No es realista.
Te va a sorprender ET, pero pocas veces he mirado la hora en la smartband. Esencialmente no uso su pantalla, la tengo para que controle los pasos y el sueño en background, y para que vibre cuando recibo un mensaje. Entonces, recurro al móvil para ver los detalles.
En mis relojes mecánicos, no suele ocurrirme que vayan más de 1 minuto adelantado o atrasado. Un minuto para mi es tolerable, y lo que hago es que si el reloj adelanta, lo pongo en hora 1 minuto atrás. Cuando ha adelantado un minuto, o me pongo otro, o lo vuelvo a poner en hora. Sorprendentemente algunos son muy precisos (para los estándares mecánicos de gama media), y esos 2 minutos de margen, me dan para 2 o 3 semanas sin preocuparme.
Te doy la razón en que cuando necesito el tiempo exacto, recurro a un reloj más preciso. Normalmente el del ordenador, porque absurdamente ni la smartband ni el teléfono móvil visualizan el segundero en la pantalla de inicio. No tener segundero, ya te induce a un error de hasta 1 minuto, por más preciso que sea su reloj interno. Hay que hace 3 clics para llegar. Me imagino que será una forma de ahorrar energía, pero que lo convierte también en un aparato poco práctico para eso.
En relojes de cuarzo, está claro. Aunque no sean radiocontrolados ni termocompensados, podemos estar sin prestarles atención hasta el cambio de hora semestral, y no desfasaremos más que los 2 minutos que los buenos mecánicos desfasan en 2 semanas.
De niño era un obseso de la precisión, ahora lo soy en el sentido que me gusta, pero no es obsesivo. ¿Cuántos de los que llevan un reloj de cuarzo normal lo llevan clavado? Digamos a menos de 10 segundos de desfase. Porque en mi caso, tengo un Duward con maquinaria Seiko que es casi COSC, un segundo de adelanto cada dos meses, pero el resto no son así.