Continuamos repasando el calzado clásico, en el día de hoy con los Pitillos Blucher con picados (4422).
De la mano de Grupo Pitillos, una compañía fundada en 1981 en Arnedo (La Rioja), coexistiendo por ejemplo con Fluchos, Flossy, Callaghan, Chiruca o Gorila. De hecho La Rioja, pasa por ser la segunda provincia de España con más concentración de industria zapatera, superada solamente por Alicante. Naturalmente, los Pitillos, son totalmente hechos en España, gracias a su taller propio de 8000 m2.
Quizás lo que más me gusta de la marca, es que apuestan por la personalidad, el estilo, y la elegancia. Es decir, dentro de que son unos zapatos de aire más bien clásico, tienen ciertos toques de originalidad, que lo hacen distintos a la mayoría.
Estos Pitillos Blucher, pertenecen a la gama Street RH, compuesta por un calzado enfocado al entorno urbano.
Los Bluchers, también conocidos como Derby, o Derbys, hacen referencia al mariscal de campo prusiano y duque de Wahlstadt, Gebhard Leberecht von Blücher (1742-1819), quien encargó la confección de zapatos de este tipo para sus soldados.
Como suele ser habitual, la presentación es sencilla. Una caja de cartón, sencilla y sobria, en donde nos encontramos con los zapatos envueltos en papel vegetal, y con un papel en su interior para evitar que se deformen estando almacenados. Cumple sin más.
Las etiquetas, cumplen con su cometido básico. Informan del fabricante, y la composición del zapato. Sabéis que me gustan aquellas que te agradecen la compra, y que te irradian con algo de la filosofía y valores diferenciales de la marca. Aportan buenas sensaciones, sin ni siquiera llegar a ver el producto.
Es cuando los observamos una vez abiertos, que comprobamos el amor por el detalle que promulga Pitillos. Un cuero muy bien terminado, unos cordones del mismo material con buenos acabados, y en general un mimo perceptible.
Una vez abiertos, nos encontramos ante unos zapatos robustos, que quizás no lo parezcan de un primer vistazo. Cuentan con una suela contundente, y el cuero es grueso, duro y resistente. Un producto duradero, fiable y de calidad, que es por tanto más apto para otoño o invierno, que para verano o primavera y que necesitará ser domado durante algunos días, para adaptarse completamente a nosotros.
Están disponibles en color negro, marrón y moka, en tallas que van desde la 39 hasta la 45. Es decir, si te gustan, no vas a tener ningún problema ni en cuanto a número, ni en cuanto al color.
Acostumbrados a zapatos más ligeros como los Fluchos Jordi, la sensación al caminar, se hace extraña. Sin embargo, rápidamente a los pocos pasos nos acostumbraremos. El agarre de la suela, es excelente. Algo normal debido a su herencia de zapato funcional.
El precio recomendado de venta es de 91€, que podemos conseguir en que en la tienda online oficial por 77€, con envío gratuito. Es un buen descuento, que convierte estos zapatos en un valor adecuado. Obviamente a esos 90€ oficiales, son algo caros, y por tanto con mucha mayor competencia. En cuanto a la tienda, hay que destacar que a diferencia de muchas otras, ofrece devoluciones gratuitas. O sea, que nos abonarán los gastos de envío en que incurramos al retornar nuestras compras. Independientemente de que sea un cambio, o una devolución.
Me parecen unos zapatos, que estéticamente son capaces gracias a la herencia clásica del siglo XVIII, resultan hoy en día originales, y en absoluto anticuados. Justo lo contrario. Su robustez, parece una buena garantía de su duración, por lo que aunque el precio sea algo caro, acabaremos amortizándolos fácilmente. No hay que olvidar su apuesta Made in Spain, un valor, que se nota.
De Pitillos lo único que no me gusta es el nombre, no se por qué ese nombre (supongo que alguna razón tendrá, obviamente).
La suela sí que es bonita, aunque se me hace raro ver hiladas en medio de ella, es un sitio inusual.
El foro como bien dices tiene estilo, se le nota calidad incluso en las fotos.
«forro» queria decir… en qué estaria pensando 😀
Estoy de acuerdo, la palabra pitillo, a mi también me sugiera otras cosas. Cigarrillo, o pantalón, pero no zapato. Tampoco puedo decir de dónde viene ese origen, pero no parece lo más acertado del mundo.