En la receta de tostadas de paté a la pimienta mencionaba que casi todo lo que compramos tiene azúcar y sal añadida. Aunque parezca un contrasentido, en algunos casos la receta más tradicional ha mezclado esos ingredientes. Es el caso del tomate frito, que yo nunca lo hubiera dicho, pero casi siempre se ha preparado con algo de sal para darle sabor, y algo de azúcar para quitar la acidez.
Si revisamos los ingredientes de los productos que encontramos en cualquier lineal de un supermercado nos llevaremos bastantes sorpresas. He hecho una pequeña selección, escogiendo categorías que suelo consumir, pero centrándome en marcas de ámbito multinacional, no sólo porque me den más rabia, sino que debido a su capacidad financiera y su distribución global, el impacto de sus decisiones tiene un mayor alcance.
Barritas Choco Krispies Kellogg’s
Unas «saludables» barritas de cereales, que además de azúcar, algo que se explica al ser dulces, tienen sal.
Bollycao Panrico
Todos esperamos que un Bollycao (Panrico), como ejemplo de la bollería industrial, contenga azúcar a mansalva. Sorprendente es, que entre otras cosas, también tenga sal. ¿Sal en un producto dulce?
Ketchup Heinz
El ketchup Heinz, propiedad de Kraft, contiene sal, que es lógico. Pero, ¿por qué también azúcar?
Mayonesa Hellmann’s
La popular mayonesa del grupo Unilever, Hellman’s, además de sal, contiene azúcar.
Mini Cornetto Frigo
Repetimos con Unilever, ahora con Frigo, el caso opuesto a la mayonesa. Un producto que es dulce, pero al que también le agregan sal.
Pan blanco Bimbo
La pan de molde blanco de Bimbo usa sal, algo tradicional en la receta de los panes. ¿Para qué necesita el azúcar?
Pizza 4 quesos Buitoni
Las pizzas Buitoni de Nestle llevan sal, comprensible. ¿Por qué azúcar sin no son dulces?
Yo desde el 20 de Marzo no tomo nada de azúcar ni de sal, ni nada que lleve trigo ni carnes y mucho menos grasas y ya llevo casi 50 kilos perdidos. Tuve que plantarme y cambiar la forma de comer lo malo es que solo lo hacemos cuando vemos peligrar la vida y no antes.
Es gracioso lo de muchos alimentos procesados y lo muestras muy acertadamente en el artículo Javier que mezclan la sal con el azúcar, no se si es para potenciar los sabores con estos dos productos tan abundantes y sobre todo baratos.
Que gran pregunta… Y es una de las que muchas veces me hago, el por qué le ponen a todo sal y/o azúcar.
A mí no me gusta la sal, siempre que puedo preparar comida, la hago sin sal, la sal en las comidas me molesta mucho. No entiendo lo de meterle sal a todo, y más a ún sal en abundancia como muchos alimentos procesados llevan.
Lo de azúcar tiene su explicación ya bien conocida -por el tema de la coca-cola, precisamente-: es adictivo para el cerebro, y hace que un producto que no te gustaría y no lo comerías, te guste.
Como señala unfulano, uno de los modus operandi de la industria alimentaria es hacer que los alimentos sean adictivos para que los consumas más. Yo diría que la mezcla de azúcar y sal va por ahí.
¿La comida industrial que compramos en supermercados y similares es barata? Yo diría que no, que es tirando a cara.
Hablemos, por ejemplo, de un desayuno típico: café y unas tostadas con queso. Centrémonos en el queso: lo habitual es comprar en un supermercado una tarrina de este queso por un precio entre 1 y 2 EUR; y si buscas, por debajo de 1 EUR. Hablamos de un producto industrial al que en algunos casos se le ha añadido, ¡oh sorpresa!, azúcar.
Hace una semanas compré un queso fresco ‘de pueblo’. Llevaba horas conduciendo y paré en un bar al lado de la carretera para estirar las piernas, beber un café y despabilarme un poco. Vi que en establecimiento tenían ese queso fresco y finalmente cedí a la tentación y me compré uno. Lo hice a pesar de que el precio no era bajo – unos 6 EUR -, era un queso grande, que los dueños del negocio se negaron a venderme al peso una mitad y que temía que no pudiese consumirlo todo antes de que se estropease.
Ese queso fue toda una delicia de la que disfruté unas dos semanas y, por fortuna, lo di consumido antes de que se estropease.
Y si te lo paras a pensar un poco, ese queso barato que compras en el súper es caro. Ofrece menos cantidad y mucha menos calidad. Lo mismo se puede decir de un queso fresco industrial [1]. La ‘trampa’ está en la facilidad de adquisición: dado que el precio de una unidad – que no unitario – es mucho menor, estás más predispuesto a comprar ese queso industrial que uno de calidad; los 6 EUR antes mencionados tiran, de entrada, atrás.
Por otra parte, la distribución juega un papel importante: ese queso que compré no lo vas a encontrar en prácticamente ningún supermercado. Es más, no sé dónde comprarlo de nuevo, si es que estuviese dispuesto a consumir tiempo en desplazarme a un lugar donde lo vendiesen.
Así nos engaña – y nos dejamos engañar – por la gran industria alimentaria que, no olvidemos algo obvio, va a lo suyo: ganar dinero. Nuestra salud le importa una higa, salvo que puedan hacer caja con ello.
[1] https://elcomidista.elpais.com/elcomidista/2019/05/29/articulo/1559149794_034688.html
El azúcar, además de los demonios que les pintan (siempre sin mencionar mucho que será ante excesos, y no sólo de consumo, que no mover el culo un poco a la altura de lo que se mete por pico, amén de analizarse por los que realmente saben el metabolismo de cada uno, también influye), ya se ha mencionado: en algunas recetas, es un corrector de acidez como en el tomate frigo o un sofrito en el que se usa mucho tomate. Y ahí no es ninguna locura ni exceso en una receta casera, se echa un pellizco de azúcar, semejante al que se le añada de sal. Eso para al final una cantidad cocinada que da para varias raciones, tampoco es gran cosa, porque si es para uno (y que quede para otra ración) pues la cantidad añadida es menor aún, lógico. Quizás ni 3-4 gramos de azúcar que se añade, y si llega.
Pero en la industria que se le critica, es que también aparte de que lo usarán por cómo influya en el sabor, para enviciar más a los más chuchones y chuchonas, el azúcar es un buen conservante bastante natural.
Ahora nos podemos preguntar también que en muchos productos, si de por sí añaden hasta dos, tres o cuatro conservantes sintetizados y quizás hasta inocuos para el sabor, tipo E-XXX… ¿para qué narices añaden a la receta semejante cantidad de azúcar??? En dulces incluso aunque añadan edulcorantes menos calóricos, también: azúcar.
En el ketchup igual acierto: primero es una receta sobre tomate que conlleva que es muy dulce. El azúcar que aporte el mismo tomate no es suficiente, y le añaden más. Es lo que hay, la receta es así. Y de paso… hace de conservante para que la salsa dure bastante tiempo una vez desprecintado el envase. También reduce la acidez del vinagre añadido, que de cara a los que le repita fácilmente aún tras horas (como se hace con el tomate frito o sofritos con tomate). Al menos, en el buen ejemplo de Heinz (mi favorito de los ketchups industriales por cierto, aunque lo pruebo muy de higos a brevas), no añaden más edulcorantes ni conservantes industriales. Entonces que tengan el azúcar de la misma receta, pues no me preocupa la verdad. Si por el azúcar añadida me resultara desagradable por demasiado dulzón, con no consumirlo entero ni volverlo a comprar, me bastaría.
Alejandro, sí es cierto que ciertas salsas o recetas llevan azúcar per se; el tomate frito es un ejemplo más inmediato que le viene a la cabeza a cualquiera que se defienda en la cocina.
Otra cosa es que al comer un ‘inocente’ yoghourt de fresa o limón te estés metiendo entre pecho y espalda más de 10 gramos de aźucar [1]. De acuerdo a las recomendaciones la de Organización Mundial de la Salud, un adulto ‘medio’ no debería consumir al día más de 25 gramos de azúcar ‘libre’ [2]; así, al comer dicho yoghourt ese adulto puede estar consumiendo la mitad del máximo recomendado diario de azúcar ‘libre’.
Si no me parece de recibo lo que la industria alimentaria hace con los yoghourts, tampoco me lo parece con alimentos como pan, pizzas o salsas mayonesa.
Cualquier persona mínimamente informada sabe que al comer un pastel, chocolate o ciertos postres que está cometiendo un exceso. En cambio, en el día a día es más difícil ser consciente que son también excesos una merienda en la que haya de pan molde o ese primer plato del menú de día que consiste en una ensaladilla rusa. Excesos probablemente menores que un pastel, cierto, pero excesos a fin de cuentas que, además, se acumulan poco a poco e inadvertidamente hasta sumar un total de azúcar grande.
[1] https://elpais.com/elpais/2018/09/18/ciencia/1537304180_209500.html
[2] https://www.sinazucar.org/azucar-libre/
Es evidente que los «E’s» y conservantes han aportado mucho en favor de la salubridad de la dieta. Que hoy en día nadie se muera por comer un producto que nos traen de no se dónde y fabricado hace meses es un gran paso. También han hecho mucho por ello las conservas, y los envasados con atmósferas protectoras. Conozco gente que vive en países «en vías de desarrollo» y las diarreas que pillan alli por la alimentación están a la orden del día, no hablemos ya de la de problemas que nos evitamos con una comida segura y que, además, se puede transportar con seguridad (siempre y cuando se cumpla la cadena de frío en los productos frescos, que esto no siempre se hace, pero en fin, yo recuerdo en el pueblo el pescadero, te llegaba con un todo-terreno con el pescado y hielo que se iba deshaciendo por el camino; si tenías suerte no te pasaba nada, y si no pues las almejas o lo que fuera que te hubieras comprado podrían darte un buen disgusto).
Pero no creo que ese sea el tema. Estamos hablando de productos a los que «gratuitamente» se les añade sal o azúcar de manera innecesaria, y las razones solo pueden ser dos (dado lo avanzado que, afortunadamente, en esta materia está la industria): el sabor y la adicción. Que te sepa mejor, y que consumas más.
También es verdad que la industria alimentaria, aún a pesar de haber muchas marcas, la gran mayoría están en manos de unas pocas y poderosas multinacionales (Nestlé, Unilever, y similares). Y esto no beneficia a nadie.
Creo que entre todos finalmente habéis llegado a la conclusión que yo pretendía, y que resume muy bien unfulano. De manera que gracias a un relojista, Alejandro y Pepe Casio. En efecto la sal es un potenciador del sabor natural, también conservante y lleva usándose muchos años en la cocina. El azúcar es muy nutritivo, y además, un chute para nuestro cerebro. Combinando ambos tenemos sabor agradable y sabroso, y además satisfacción de comer. Algo que no tendría ningún problema si no fuera porque todos los productos acaban abusando de ello, y entonces nuestra dieta y nuestra salud se desequilibra.
Nos llevan a que nos apetezca comer y en grandes cantidades gracias a su formulación, pero esta conlleva que sea poco saludable y demasiado calórico para nosotros. La bomba está creada, y eso con solamente dos ingredientes ancestrales, azúcar y sal. Ahora parémonos a pensar lo que consigue el mágico glutamato monosódico y otros aditivos también autorizados.
Como dice Alejandro, una pizca de sal o azucar sirven para aumentar el sabor salado o dulce, respectivamente. Lo que realmente me molesta de estos aditivos en las comidas, es cuando los inyectan en comidas baja en grasa o calorias, para contrarrestar la pérdida de sabor, y no mencionan la sal y el azúcar «extra» que probablemente deshacen todo beneficio del producto «light»
Buenas a todos.
No expondré mucho más de lo ya citado por todos, porque ha quedado muy bien resumido por cada uno.
Yo llevo tiempo,dándole vueltas y buscando también distintos motivos a esto otro:
Porque también casi TODO lleva lactosa??
Cereales, embutidos,y un sinfín de productos que yo no relaciono o nose asociarlo a la leche.
Ponen:puede contener trazas de leche.
Que pinta el jamón serrano,el que viene envasado,con la leche?
Porque les interesa tanto la lactosa,que la consumamos con todo?
Saludos
Es algo que me molesta muchísimo Kabe. Cuando buscas algo bajo en calorías es porque estás dispuesto a renunciar a parte de su sabor a cambio de que sea más saludable y engorde menos. Que contrarresten las calorías añadiendo ingredientes como la sal o el azúcar (entre otros), lo hace todavía peor. Tendemos a asociar «Light» con saludable, pero desgraciadamente no es así.
Lo de la lactosa ni me lo había planteado Pedro. Es la idea perfecta para la continuación de este post, a ver si después de vacaciones tengo más tiempo. Parece ser que la lactosa es un buen conservante y que como aditivo, aporta cremosidad al producto, de ahí su uso. Sin embargo, con tanto intolerante y alérgico a la lactosa, ¿no será contraproducente para las ventas?
Quiero decir que nuevamente como consumidores tenemos mucho que decir, si no compramos esos productos, pues ya se buscarán las marcas sus alternativas para darnos lo que queremos. El problema es el de siempre, se reivindica poco, se denuncia poco, y se divulga poco. Al final me leen cuatro personas (es un decir), la mayoría de ellas comprometidas, ¿pero qué hacemos con los 40 millones de personas restantes? Si ellos no dicen nada, si siguen comprando lo mismo, los fabricantes seguirán igual de contentos, ahorrando en ingredientes a cambio de potenciadores de sabores.
Supongo que quieren «jugar» con los sabores, pero muchas veces no tiene ningún sentido, por ejemplo las botanas fritas (marca tostitos para ser exactos), siempre pensé que tenían sal y chile para darles saber, pues además contienen azúcar, para qué???, buena pregunta.
Ese es el problema Manuel, contienen sal tantas cosas que no nos lo imaginamos, lo mismo con el azúcar como bien dices.
Pedro, llevar trazas de lactosa no significa que lleve lactosa, significa que en esa misma fabrica hacen otros productos que la llevan y en la maquinaria pueden quedar restos ( trazas) y pasárselos al otro producto. Por ejemplo el jamón cocido se hierve en leche para que se quede tan blando. Pero dejando esto a un lado y leyendo la respuesta de Guti:¿ Os habéis parado a pensar en el dineral que mueve la industria de los gordos, los diabéticos, los alérgicos, etc?. Si eres intolerante a la lactosa y lo que te gusta lleva trazas de lactosa (por seguir con el ejemplo) pagarás los que sea por otro producto que no la lleve. El azúcar oficialmente es un conservante natural, pero es adictivo y a la larga te hace resistente a la insulina y por ello diabético… Moraleja: Comprar productos cuanto menos elaborados mejor. Si quieres tomate frito fríelo tú y si quieres jamón asado ásalo tú. Pero claro, se aprovechan de nuestras vidas ajetreadas…
No solo eso que mencionas sobre los productos ligth, guti, sino que la gente acaba comiendo mas, por ser light.
Supongo que gran parte de la explicación es ese negocio extra Jose Carlos.
Sí, claro. Comes más pensando que engordan menos y son más saludables, pero en realidad no. Nos engañan camuflando cosas Kabe.
Lo de las trazas de lactosa como advertencia es por lo que comenta Jose Carlos. Quieras que no, es un aviso precisamente, para los intolerantes a la lactosa (vamos, a la leche y sucedáneos, que pueden llevar perfectamente como parte de la receta otros productos fabricados en el mismo sitio, pero a un intolerante ya se sabe la que le puede liar con que simplemente esté eso presente mínimamente). Si no eres intolerantes, pues ni te enteras, igual que te lo metes entre pecho y espalda, ya saldrá xD.
Y el azúcar, insisto… puede estar añadido no por dar sabor ni dulzor, si no como otro conservante menos industrial. Porque si igual meten más sal, el producto ya se pasa de salado, resulta rabioso de sabroso. Y quizás un poco de azúcar ni se nota, y aporta conservante sin tener que abusar de los «E-» y otros sintetizados.
Mi duda está eso sí en productos que tienen su punto de sal, de azúcar para el sabor o no y ambos como conservantes, pero luego además y sin ser un producto dulce, tienen un montón de conservantes artificiales de letritas y números. Ahí sí que se me escapa la razón, porque con tanto conservante, quizás no nocivos de por sí ni tampoco tan calóricos, ¿para que meter azúcar? ¿Y en un dulce industrial que ya de por sí el azúcar es uno de sus ingredientes principales y aquí sí que influyente en su sabor? Si con tanta azúcar y hasta algún punto de sal ya tiene conservante, ¿para qué semejante «sopón» de letritas y números de conservantes?
Gracias por las explicaciones sobre la lactosa
José Carlos.
Pero sigo teniendo dudas:
También el fuet, chorizo,y demás han de hervirlo con leche para presentar el producto como lo vemos en tiendas?Sobrasada?ect…
Recuerdo de niño en los pueblos cuando se hacían matanzas,no recuerdo haber visto realizarlo con leche,todo lo que sacaban de ahí.
Será por eso,que me desconfía pensar que tengan otros intereses,ajenos a calidad y salud de los productos que consumimos.
Ojalá sean intereses que no hagan repercusiones sobre la salud a largo plazo
Creo que todo lo que sea potenciar sabores y generarnos adicción, en suma, las cualidades que hacen que ese producto guste más, son las que se esfuerzan por lograr, venden más. Si hacen falta E para conservar, pues los ponen, y luego claro, sal y azúcar a tope para que sea más «sabroso» y placentero.
Pedro, yo me imagino que es porque en esa planta, también producen cosas que llevan leche, y pueden quedar rastros. Por ejemplo Casa Tarradellas hace fuet y chorizo. Pero también hacen pizzas que llevan leche, de ahí es donde podría venir la contaminación.
En concreto en el fuet, lo blanco de la tripa es la leche fermentada por los lactobacilos, digamos que una especie de yogur que es lo que le da ese sabor tan característico que lo diferencia del salchichón. Por eso el fuet es bueno para la flora intestinal. Pero aparte de esta anécdota, por supuesto que lleváis razón en que todo obedece a un fin, en su mayoría económico, para el fabricante y para la industria paralela ( no olvidéis también la farmacéutica). Pensad que parte de culpa también la tiene el gobierno con las leyes que redacta para la industria en general y en este caso la alimentaria. Con un porcentaje mínimo ya se puede denominar un producto de una manera. Me explico: Mirad por ejemplo el «zumo» . Si es a partir de concentrado, con un cincuenta por ciento ya se puede llamar zumo, el otro cincuenta es agua. Mirad el paté de pato, ciervo, etc, lleva una parte mínima de ese animal y el resto, hasta poco más del cincuenta por ciento es cerdo y el resto féculas, almidones, azúcar y demás E’s, pero se vende como paté de pato, etc. Antes el sabor a carne se potenciaba echando más carne, ahora echando glutamato y reduciendo carne. Pero la ley los ampara. Y llegamos a lo de siempre: Unos cada vez más ricos y otros cada vez más pobres en dinero y en salud.
Quizás lo más preocupante sea lo que dices al final. Que la ley les ampara, Jose Carlos. El glutamato es muy polémico, se dice que puede hacer que se te despierte el apetito, algo que puede ser grave para la salud. Pero mientras que los estamentos públicos no tomen cartas en el asunto, ahí seguirá. Evidentemente el glutamato debe ser más barato que la carne.