Cuando leéis mis disertaciones sobre afeitado clásico, muchos os preguntaréis que es lo que me pasa para insistir tanto con él. Quizás en Inicio en el afeitado clásico, ya os diera algunos consejos, pero no os expliqué lo que me cautivó de esta disciplina.
Os comentaba en ¿Por qué nadie conoce el afeitado clásico?, los motivos por los que el AC es una disciplina desconocida. Yo no fui una excepción, recuerdo ver esas maquinillas que usaba mi abuelo, pero pensé que sería cosa del pasado, como las televisiones en blanco y negro.
Cuando profundicé en la relojería, que desde pequeño me apasionaba, gracias a toda la información y comunidades disponibles en internet, me llevaron a la escritura.
Por algún modo, hay cierta relación entre los amantes del motor, y los relojes; y entre los relojes y la escritura. De otra forma, parece existir esa sinergia también entre relojes y escritura con el afeitado.
El desembolso económico para empezar con el afeitado clásico, era mínimo. Con menos de 15€, me hice con una maquinilla Wilkinson Classic, una barra de jabón Lea, y una brocha Wilkinson. Esto me permitió empezar con un riesgo mínimo, y pese a la curva de aprendizaje existe, en seguida me hice una idea de lo que representaba.
Fundamentalmente era invertir más tiempo en el afeitado, a cambio de tener más control sobre él. Es decir, dirigirlo hacia donde uno quisiera. Además, la ventaja económica es algo que se percibía también de inmediato. O dicho de otro modo, con lo que te ahorrabas, podías invertirlo en otros productos nuevos, o más caros.
Poco a poco, es necesario invertir cada vez menos tiempo. Nunca es tan rápido como con una multi-hojas, pero casi.
El problema, es de acumulación. Productos que te has decidido a probar, y que luego no te convencen. Te da pena tirarlos, así que la única opción es regalarlos. Pero tienes que hacerlo a alguien que le pueda gustar, y con quien tengas confianza. Muchos se toman a mal que les regales un producto que está a medias, como si por haberse gastado la mitad, ya no valiera nada, cuando en realidad, vale exactamente la mitad que entero. Si no puedes regalarlo, te inventas otros usos, como echarte ese after-shave que no te apasiona al llegar a casa por la tarde, aunque no te hayas afeitado.
Y las brochas, que seguirían el mismo esquema. Por suerte las maquinillas, mangos, y cabezales, son muy duraderas, así que puedes intentar venderlas, o regalárselas a alguien para que pruebe el afeitado clásico. Definitivamente es una idea en la que estoy trabajando, similar al BookCrossing, y que en breve espero poderos dar más noticias.
Cuando hablo con compañeros que se plantean empezar con el afeitado tradicional, o bien con otros que ya lo practican, me dan siempre uno o varios de estos argumentos:
1) Descontentos con las multihojas: Consideran que si bien las multihoja ofrecen un afeitado rápido, son demasiado agresivas, y que puede causar desagradables irritaciones en la piel.
2) Ahorran dinero: Las maquinillas de varias hojas, ya sean desechables o no; tienen unos precios elevados, sobre todo, si optamos por esas que se anuncian en televisión o en Facebook. Por otro lado, espumas, y after-shaves modernos, con más de moda y diseño que de propiedades calmantes, tienen una duración bastante baja, y cuestan más bien caros, incluso si optamos por marca blanca.
3) Falta de control: En el afeitado clásico, tu tienes el control. Es como un coche sin ABS y sin control de tracción. Te permite graduar el nivel de apurado que deseas, y te obliga a conocer tu piel y tu barba. La combinación de diferentes productos (maquinillas, cuchillas, brochas, jabones, lociones, …), varían el resultado final, que además puede ser distinto de un hombre a otro. Así que lo que al final vale, es tu experiencia personal.
4) Mayor exclusividad: El mundo actual asocia exclusividad con precios altos, con la filosofía premium, y con niveles sociales envidiables. No obstante, la exclusividad no es eso en absoluto. El afeitado clásico es una disciplina desconocida, que requiere práctica y formación. Un proceso tras el cual descubrirás productos especializados, que sin ser caros, casi nadie conoce. En muchos casos, a pesar de llevar décadas entre nosotros.
el problema es que muchos de esos productos no son caros, pero si son dificiles de encontrar.
No Guti, no dejo de momento mi electric machine 😀
lo que si coincido contigo (bueno, en lo otro tambien) es que para quien se afeite con cuchilla, le rinde mas y le dara mas satisfacciones a la larga el afeitado clasico.
Ya sabes que las eléctricas también me gustan bianamaran. Incluso las desechables de dos hojas. Para mi, salvo las multihojas de multinacionales, que tienen más marketing que otra cosa, el resto son opciones válidas que dependen de cada uno.
Buen articulo. Después de mas de un año de pasar al afeitado clásico, no se me ocurre ninguna razón para volver a las multihojas. Si no sabes que hacer con los productos que ya no vas a usar, en cualquiera de los foros sobre el tema los acogerá alguien gustosamente. Un abrazo.
Gracias por tu testimonio Angel. Seguro que hace que alguien se anime a probarlo tras leerlo. En cuanto a las cosas sobrantes, mi idea era parecida al bookcrossing, poder hacer lotes que se regalasen, del estilo a una cuchilla de cada por ejemplo, y que sirviera para que otros pudieran probarlas.
Yo empecé con las eléctricas, una Braun que aguanta impertérrita y dos Philips, que por mucho que las anuncien como la pòlvora mojada, ni en la de gama media ni la tope de gama que se autolimpia en la base, con lociòn… consigo un afeitado satisfactorio, ojo, habrá a quien le den un resultado fantástico, pero no es mi caso, he de dar multitud de pasadas y termino con mi piel roja cual cangrejo de río en la cazuela.
He probado maquinillas multihoja de varias marcas, caras, recambios más aún y hasta con vibrador en el mango, cosa que me hizo dudar si estaban destinadas al rasurado… pero no facial exactamente.. finalmente me quedo con las wilkinson desechables, pero teniendo maquinilla de toda la vida y jabòn de barra de la Toja, en la vida me ha quedado la piel irritada.
Teniendo en el barrio una droguería de las de toda la vida y con un surtido más que envidiable de brochas de pelo de marta, lociones y jabones de marcas de toda la vida y maquinillas clásicas, después de leer tu artículo no descarto volver al sistema tradicional, como todo, fotografía, música, automòviles, relojes… no todo por ser más còmodo e inmediato es superior, con lo que prefiero invertir tiempo a gastarlo.
Al menos en cuanto al tema del afeitado no se en otras ciudades como estará la situaciòn, pero desde la moda de la barba ha resurgido en las peluquerías de toda la vida aquí en Bilbao el afeitado a navaja y en muchas otras recién insuguradas no les faltan clientes, sean estos barbudos o no.
En Barcelona ocurre lo mismo Julián. Han resurgido los barberos de toda la vida, lo cual me alegra mucho. En cuanto a afeitado clásico no puedo decir lo mismo, o no tengo tanta suerte. Droguerías familiares que han cerrado, o que han optado por ofrecer lo mismo que ofrecen todas.
Exactamente. Las cosas no por ser más inmediatas son mejores. Se trata de disfrutar nosotros mismos con el proceso, así que si me lo permites, te recomiendo que vuelvas al afeitado tradicional, al menos de vez en cuando, cuando te apetezca y sepas que lo vas a disfrutar. No como una obligación, sino como un placer. Una gran diferencia.
Es lo que me contabas con los Luch. Es menos preciso sí, pero tiene el encanto de ser mecánico, de ser manufactura, de ser algo de otra época que entendemos como funciona, y que sabemos manejar. Da igual si hay que ponerlo en hora una vez a la semana o cada dos semanas, o darle cuerda. O si en afeitarte tardas algo más. Es encontrar el momento que nos permita disfrutar de nosotros mismos, acompañados de lo que hacemos.
PD: Lo del vibrador me ha encantado 🙂
Qué razón en lo de la acumulación. Yo tengo un curioso número de hojas que «quemar». Pero como me dejo más veces barba que afeitándomela, me duran una barbaridad. Que de por sí, no sé por qué, pero me duran las hojas una barbaridad, aún cuando me da por afeitarme de forma clásica.
El caso es que hace tiempo que pienso también que como me de por afeitarme para gastar de lo que tengo no pillo más una multihojas. Me quedaré a lo sumo con la Gillette de aluminio de siempre con un estuche de 4-5 hojas dobles. Al final, es con la que mejor me afeito. Las de 3, 4, 5 hojas… psé, no digo que no me funcionen. Pero que es un sacacuartos de tres pares de narices y poco lo justifican, también.
Y como bonus, ahí tengo en una esquina del mueble donde las maquinillas y los dos o tres tarros de producto (en eso sí que no me vuelvo loco, el Flöid, el jabón, la barrita por si algún cortecito o grano (de higos a brevas)… la maquinilla clásica que esa fue hasta de mi abuelo para las hojas de doble filo (la que usan los gangsters y no precisamente «para afeitar», para entendernos). Por si me da el venate de probar a afeitarme o dejarme la cara como un cromo.
En eléctrica llevo años que me vale una Braun y Gillette pequeñita que va con una pila AA con base organizadora y tres peines. Me vale para mantener barba, retocar un poco patillas… pero también venía con otro accesorio que se monta con un recambio multihojas de 4 filos, que si con goma para levantar pelos (yo diría que es para acumular mierda, pero no me hagáis mucho caso que seguro que no lo diseñaron para eso que al final hace), la cinta con algo de jaboncillo para que las cuchillas deslicen por la piel, la otra tirilla después para calmar y desinfectar si lo otro ha fallado… y otro filo para retocar porque al final el tinglado no ha servido pa’ ná.
En fin, que ahora que llevo una temporada que me ha dado por cambiar un poco de barba a patillas y si acaso bigote (o incluso mostacho), a ver si voy quemando hojas, que al menos 2 maquinillas con sus 1-2 estuches de recambios se jubilan. Y me quedaré con lo esencial, la de siempre, «la abuela» por si me da por probarla (y si no ahí la tengo, por cariño… la tuvo guardada también mi padre toda la vida, no voy a ser yo el que cambie la costumbre) y la pequeña eléctrica mientras funcione.
Pues de nuevo coincidimos con lo del afeitado Alejandro. Yo también tiendo a acumular material, y creo que te gano. No es algo que me guste, son cosas que usas una vez al mes, y que te están ocupando espacio, pero es el problema que tiene cuando te gusta experimentar y probar cosas nuevas.
Siempre pensé que sería buena opción vender las cuchillas sueltas, o los jabones o after-shaves en frascos diminutos para probarlos. Luego si te gustan, te compras el de litro, jeje.
Y eso que yo a veces con el agua calentita a la barbita y ya paso la cuchilla (sabiendo que cortan bien claro). A lo bruto. xD
Pero me duran muchísimo las cuchillas, o mi barba, que tampoco es que sea de las más duras, y mi piel tampoco son tan pejigueras. De una Mach III Turbo tengo que terminar de quemar 2 cuchillas que quedan, y viendo precios de recambios no pienso renovar. La jubilaré.
La otra no recuerdo cuantos «turbo» tiene en en nombre pero es de las de 4 o 5 hojas, más la de perfilar, las dos o tres cintas y la goma… que como costaba menos que los recambios de la otra con 2 cajas de 4-5 recambios, pues ahí están. El mango da saquito cogerlo, porque la goma que lo recubre está empezando a pudrirse. Veremos a ver si no la jubilo antes y las cuchillas las regalo o reciclo directamente. Porque tampoco valen por el diseño de enganche con el accesorio de la maquinilla eléctrica de Braun (aunque la cuchilla en sí es idéntica).
La otra es la Gillette de siempre, la de aluminio con los recambios de doble hoja basculante y ya. Que creo que con esa me quedaré de las de este tipo mientras haya recambios. De sobras para mí, y mejor que recurrir a desechables.
La otra es la clásica. Que ya vi que es una Gillette «Made in USA», con el logo antiguo. Será de los 70 o así. Cabezal con abertura en mariposa y con 9 niveles de graduación de ángulo y exposición del filo de la hoja. No me atrevería a asegurar qué tipo de peine es. Es casi liso y ligeramente estriado antes de donde ya llegaría la hoja dispuesta a cortar el pelo. Creo que es de tipo cerrado. Por un lado ajusta y alinea bien la hoja, por el otro no tanto, o la hoja que lleva ahí puesta a saber cuántas décadas está deformada. La maquinilla parece estar bien, quizás sea la hoja.
No confiaba que estuviera en muy buen estado porque estaba hasta mate todo lo metálico. Pero oye, la he abierto, va todo, le pegué un remojón con jabón y cepillo de las uñas, y ha vuelto a recuperar mucho lustre y brillo. Está prácticamente perfecta, pero con solera. xD
Voy a informarme un poco más, y si veo más o menos claro un día de estos le pillo por ahí cuchillas nuevas y la voy probando. Viéndola al 1 ó 2 de ajuste, me atrevo. Del 3 para arriba ya da miedito… xD
Espero que la pruebes y nos vayas contando. Y si necesitas consejo, ¡ya sabes!