Mientras paseaba por la calle, como suelo hacer, fijándome en los relojes que lleva la gente en su muñeca, me llamó la atención observar la cantidad de usuarios que han decidido vestir su smartwatch con una correa de cuero. Algo que desde que era niño es para mi un contrasentido.
En los años 80, un reloj digital era la tecnología del futuro: repleto de funciones, preciso y asequible. Por eso el hecho de que estos digitales reemplazaran las correas de piel habituales en los mecánicos por la reconocible resina negra me pareció todo un avance. No conocía el término vegano por entonces y realmente no estaba totalmente en contra del sacrificio animal, pero sí que veía con buenos ojos que en aquellos casos en los que fuera innecesario se evitase. De nuevo el futuro no sólo nos iba a traer tecnología y avances, sino también el cuidado de nuestro entorno y el bienestar animal, al menos relativamente.
Hay que recordar que el calzado deportivo empezaba a implantarse en la sociedad, no sólo para hacer deporte, sino para el día a día, lo que ahora se llama moda casual y que impulsamos los escolares de aquellos años. Unos zapatos que sin ser superiores en todo a los convencionales, sí que tenían algunas ventajas, una de ellas su precio mucho más asequible. De la misma manera, las deportivas eran el futuro: mayor comodidad, mayor ligereza, pisada más suave, y precio más económico. A la hora de la verdad, duraban unos pocos años como mucho, no se le podía cambiar la suela, y si se rompían no se podían coser; una situación comparable a la de los relojes de resina.
Cuando a principios de los 90 vi un Casio TGW-100, el hermano mayor del precioso TGW-10 pero montado sobre una caja de acero, me cautivó. Era elegante, todavía más bonito, y debido a la sólida caja, muchísimo más duradero. Longevo, salvo por la limitada correa de resina, que tanto ayer, como hoy, tienen fecha de caducidad. Así que no era extraño encontrarlo con correas aftermarket, desde brazaletes de acero de otros modelos, hasta otras correas de resina o incluso de piel.
Fue la primera vez que recuerdo ver un digital con una correa de cuero, y aquello empezó a despertar mi rechazo a esa mezcla. Mucho después de eso me enteraría que los relojes Eletronika solían venderse sin correa para que así su propietario le montase la que más le gustara, una decisión que usualmente acababa también en el cuero. Las correas textiles tardarían muchos años más en llegar a la vida civil.
Con los relojes digitales convertidos en una «commodity», lo normal era tirarlos a la basura (no a un contenedor especial) cuando se rompía la correa, todo ello pese a que al reloj le quedasen muchísimos años de pila. Luego llegaría su lento, pero progresivo declive, así que empecé a olvidarme de la contradicción que representaba para mi el llevar un reloj tecnológico con una pulsera de base animal.
Hasta que llegaron los smartwatches y pude ver como ahora, con el pretexto de la personalización, muchos vuelven a optar por correas de cuero como ocurriera en los 80. Y lo que es peor, algunos modelos como los Apple Watch, saliendo de fábrica con ese tipo de correa.
En 2022 un smartwatch representa el máximo exponente tecnológico en la muñeca, por más que algunos sigamos admirando los relojes tradicionales o que pensemos que la tecnología smart y conectada aún no está madura. Por eso, emparejarlos con una correa de cuero me parece un atraso. Buscar la elegancia y el clasicismo en un aparato que ni lo tiene ni lo pretende. Es como pretender tener un automóvil eléctrico que plagado de cromados imite los modelos estadounidenses de la década de los 50. No pega ni con cola.
La edad me ha suavizado, y aunque aún conservo algunos de mis rasgos contestatarios de entonces, asumo que una correa de piel pueda encajar bien en un reloj de vestir, preferiblemente si es mecánico, son cosas que aúnan una misma época. Lo mismo que considero que un calzado clásico debe ser de cuero.
Queda claro, es un intento errado de dotar a estos dispositivos de una apariencia más convencional, en el caso del cuero no se consigue por las razones expuestas, pero diría que con armis tampoco, ya que visualmente les delata su formato -en el caso de Apple y sus clones-, y en general sus pantallas apagadas o atenuadas; y es que no le veo mucho sentido utilizar un brazalete, de un material duradero, cuando la tecnología que implementan los smartwatches tiene una vida inferior a la de un reloj digital al uso: ya sea porque sus funciones han quedado obsoletas frente a modelos superiores, o simplemente, porque el rendimiento de su pequeña batería ha quedado mermado con el constante trasiego de carga y descarga.
Muy interesante artículo Guti. Hace años que soy fiel al f-91w, no necesito más. En cuanto se rompe su correa original, la reemplazo por un armis de acero, proveniente de un Casio que tuve y que ya la he montado en varios f-91w. Soy consciente que para muchos ojos, el contraste resina/acero puede parecer «cutre», pero para mí es duradero y funcional. Además, en ocasiones, ese punto chabacano puede ser hasta divertido. Que pasen un buen día.
Buenas tardes amigos.
Pues la verdad que yo los smart watch no los veo relojes, en el sentido de que su principal función no es dar la hora sino generar un vinculo con el teléfono. Pero que igual me equivoco; así de la misma manera que un horno microondas no es un reloj de sobremesa, ni la televisión un reloj de pared.
Yo recuerdo haber visto un Casio F-91W o similar con una correa de cuero color marrón: más feo que abofetear a tu madre con un calcetín sudado.
No obstante no se puede generalizar. Yo he visto a gente con smartwatches cuyas correas son de material textil, hechas de metal o piel – símil o de verdad – y desde el punto de vista estético el resultado era atractivo.
El reloj de cuarzo acabó desplazando a los relojes mecánicos y pasó a ser el nuevo reloj de facto. Ahora parece que estamos asistiendo a un proceso parecido: el smartwatch desplaza a reloj de cuarzo y pasa a ser el nuevo reloj de facto.
A mi modo de ver el que los usuarios de a pie adopten los materiales habituales en las correas los relojes de anteriores generaciones sugiere que éstos están interiorizando que el nuevo reloj es el smartwatch.
¿Por qué lo veo así?
El smartwatch ya no se percibe tanto como ese sofisticado dispositivo tecnológicamente avanzado que llevas en tu muñeca; ahora la fascinación por lo novedad ha desaperecido y el smartwatch se percibe como el reloj de toda la vida que ha sido puesto al día.
De ahí el cambio de material en las correas. Los plásticos y las resinas representan el futuro, en contraposición al metal, cuero y materiales textiles, que representan el día a día.
Correcto Jostma. Su formato les delata, y el armis no les encaja. Aunque admito que las milanesas negras que suelo llevar en las smartbands no desentonan tanto. Tienes razón en que son productos con fecha de caducidad, pero también que con el tiempo, se supone que la tecnología se estabilizará, y quedarán siendo lo que hoy es un ordenador portátil. Un equipo que fácilmente podrá durar 5 o 10 años… Veremos qué pasa cuando eso ocurra, aunque creo que antes de eso llegará el momento en que subirán de precio los relojes inteligentes y bajarán los inteligentes. Será algo parecido a lo que vimos con la relojería digital.
Me viene también el pensamiento de esa época. No se encontraban correas de resina de recambio, y en muchos Casio, ya por entonces eran propietarias. Así que los que no tenían la inventiva de adaptarle un armis, tiraban el reloj, o lo usaban como reloj de bolsillo.
Yo soy de esos a los que les parece cutre Xiquet de l’horta, pero admito que es la forma de alargarle la vida sin problemas. Hay correas chinas por menos de un euro, pero son pésimas. Las de calidad, de marca Diloy o cualquier otra, rondan los 5€, algo que tampoco compensa. Ojalá hubiera recambios por unos 3€.
Yo creo que te equivocas Sergio, aunque nos pasa a muchos de la vieja escuela. Por ejemplo un microondas no es un horno, pero para muchos sí, especialmente si tienen «función» horno.
Con los relojes inteligentes ocurre otro tanto, no son relojes, más bien una extensión del teléfono. Pero tampoco los relojes digitales eran relojes solamente (despertador, alarma, cronógrafo…). Creo que con el tiempo es inevitable que los smarts se impongan, aunque si ocurre lo mismo que con los digitales, está claro que será algo también efímero.
Me gusta mucho ese argumento un relojista. Corrobora lo que se ha normalizado un smartwatch. Cuando se le pone una correa que imita a la de un reloj convencional significa que la sociedad lo ha integrado como si fueran lo mismo. Que un smartwatch es un reloj, o una extensión del mismo.
En mi caso prefiero ponerle el armis y olvidarme de cambiar correas. Lo que si pienso que compensa es la calidad del reloj. Llevo catorce años el F-91w en mi muñeca, nunca le he cambiado la pila, eso sí, solo utilizo los botones cuando hay cambios de hora, tanto la luz como el cronómetro son prescindibles para mí. Nunca adquirí un producto que diese tanto por tan poco.
Xiquet de l’horta en el pasado era más de W-59, pero en cuanto descubrí el F-91W, me enamoré de él. No por sus prestaciones, sino por su diseño, me encanta ese frontal. Y ciertamente el F-84W tiene más historia, pero el F-91 es mi favorito. Como tu, apenas uso los botones, en mi caso con algún uso puntual de luz, pero muy contado. Y sí, tiene ya 8 años, y sigue con la pila de origen. Una maravilla que me hace preguntarme que si todo eso era posible en 1989 e incluso antes con sus predecesores, ¿por qué parece que ahora no se puede mejorar?
Si no lo viste en su momento puedes pasar un rato entretenido con el Simulador de Casio F-91W
Estoy de acuerdo contigo, también me parece que las correas de cuero no van bien con relojes tecnológicos o SmartWatchs.
De niño recuerdo que solo tuve un reloj con correa de cuero y descubrí, por las malas, que no servían para nadar ni para usar en ambientes húmedos. Y lo siento porque fue un regalo, si no recuerdo mal, de Comunión.
Saludos Guti.
Yo en el pasado era de los Data Bank, flipaba usándolo como agenda telefónica. El w-59 tenía su cosa, pero creo que no ha envejecido bien. Sin embargo, el F-91w es un producto redondo en todos sus aspectos. Tal vez sea por su popularidad, pero con más de tres décadas aún se ve actual.Es un reloj que más no se puede mejorar, es lo que es y para lo que es. Casio creo que no evoluciona porque aún puede estirar el chicle de lo que sabe hacer, y encima lo hace bien. Su conservadurismo se debe a que siempre que ha intentado meterse en otros menesteres le ha salido mal, y es que ha llegado tarde. En los noventa quiso meterse en el tema del audio, con radiocasetes y walkman pero llegó tarde y ya le habían comido la tostada. Luego en los dos mil, en el mundo de las cámaras digitales y le pasó exactamente igual. Ahora ha vuelto a perder el tren en el mundo smartwatch. Casio se ha quedado estancada en los relojes digitales. Ni siquiera los mecánicos le han dado buenos resultados. Un reloj mecánico Casio, siempre será un Casio. Por muy caro que sea, la gente lo asociará como un reloj medio barato y comprará por el mismo precio otro de una marca más prestigiosa aunque sea de gama más baja. Algo similar a lo que ocurre con los automóviles, los topes de gama de marcas generalistas nunca tienen éxito porque la gente prefiere gastar el mismo dinero en un modelo básico de marca premium que en una alta gama de marca generalista. Buenas noches.
¡Qué tiempos aquellos con la comunión Gerardo! Justamente en la Charla con Sergi de Youtube hablábamos de que los niños ya no hacen la comunión, así que es una forma que perdemos de regalar relojes.
Me encantaban los Databank en la época Xiquet de l’horta, aunque estaban fuera de mis posibilidades, así que nunca tuve ninguno. Sí que me regalaron una agenda telefónica Casio, y aquello era el futuro. Una sensación increíble de ser protagonista de la evolución tecnológica, algo que hemos perdido.
En cuanto a Casio, ha perdido todos los trenes a los que se ha intentado subir, e incluso algunos a los que no se ha subido. Si yo fuera accionista de la marca me preocuparía, cuando quieran reaccionar no tendrán nada para hacerlo. Casio, al igual que ha pasado con Seiko dejará de ser una marca innovadora para seguir ofreciendo lo mismo que ofrecían. La diferencia tu mismo la sugieres, Seiko ha apostado por los relojes mecánicos, un nicho en el que siempre estuvieron y algo que les ofrece una salida. Pero Casio tampoco tiene eso.
Buenas tardes amigos.
Pues sí Casio en todo lo que intentó con otros productos no tuvo mucho éxito; con la excepción de los teclados Casio que son de lo mejorcito y las agendas electrónicas (estas últimas fueron un plufff). Yo creo que el principal problema es que su desarrollo tecnológico no se basaba en la informática, sino en los procesadores. Pero bueno igual me equivoco.
Anda que ya quisieran muchas empresas tener un F-91 entre sus éxitos. ja ja ja.
Que pasen un feliz sábado.
En tu primera parte, te voy a llevar la contraria Sergi. Actualmente el desarrollo depende de informática y de procesadores. Las dos cosas se encuentra en el mercado, de hecho los chips GPS que llevan algunos G-Shock son Sony por poner un ejemplo. Lo que ocurre es que el software Casio está empeñado en desarrollarlo ellos, y no les está funcionando.
Sobre el F-91W, indudable. ¡Cuántas marcas quisieran tener en su catálogo el reloj convencional más vendido de la historia! Y qué diferente hubiera sido para Casio si en vez de ser un reloj de 10€ hubiera sido uno de 100€… Lo pensaba el otro día, y me decía que a 100€ no se habría vendido tanto, pero eso no está tan claro, el reloj más vendido es el Apple Watch, y ningún modelo ha bajado de los 300€.
No solo la parte estética , sino que además, no es funcional. Justamente la idea de los smartwatch es entre otras cosas ser dispositivos más o menos fiables de salud, si tu tienes una correa de cuero o armis en su defecto, nunca te la podrás ajustar ceñida sin ser tremendamente incómodas o dolorosas, y si tu quieres que el dispositivo te lea en forma correcta y te de mediciones acordes, lo debes llevar justo a la muñeca y aún más durante el ejercicio. Es por ello que la mayoría traen esas correar de ese material plástico enormemente flexible y cómodo, que te permiten ajustarlo y tolerarlo sin problemas. En mi caso que tengo manías conque los relojes no se balanceen en mi brazo , que me vayan justo y no molesen, ese tipo de correas me son geniales..
Gracias Fernando B, es un buen matiz el que aportas. Yo no uso los smarts para deportes, pero con una milanesa de acero me miden sin problemas las pulsaciones y la saturación de oxígeno. Mi problema es que la silicona al no transpirar, me incomoda cuando sudo, sobre todo en verano.
Guti, 3000% de acuerdo contigo. No es cuestión de modas, es ….. no entrar en cosas absurdas de las que lamentablemente en estos días hay excesivas. Un claro ejemplo el que comentas en este artículo. Hay muchas, como ir al bar y pedir un cafe con leche desnatada y sacarina para pedir un segundo después churros, donuts o bollo de mantequilla. Coger el coche para hacer 1 km que es lo que te separa del gimnasio (como único destino). Y como estas cosas, …… excesivas incoherencias (a mi parecer, claro está). La que se lleva el ‘cum laude’: hombre de 50-70 años con visible obesidad, embutido en lycra y corriendo/andando en bicicleta al mediodía con más de 30 grados a la sombra: carne de cañón de infarto comprando todos los boletos de la rifa. Últimamente, considero que hay excesivas situaciones ridículas. (Por respeto no quería hacer comentarios de Covid y comentarios, noticias,…)
Estoy de acuerdo contigo Andoni. El ser humano es muchas veces incoherente, y eso no tiene nada de malo. Quiero decir que si tomas el café con sacarina para compensar un poco los churros, es algo que está bien si tu eres consciente de ese exceso. El problema es que no lo somos, que asumimos que la sacarina va a compensar todo lo otro, y no es así. Ciertamente lo atenúa que ya es algo bueno, pero nada más que eso.
Cuando eres consciente de tus excesos es cuando los puedes ponderar e intentar corregirlo. Cuando no te lo planteas, vives en la ignorancia, probablemente influenciado por lo que otros quieran venderte.
ANDONI. Muy acertado tu comentario. Que me dices de los cuarentones que se compran una bicicleta, los más deportistas, o una moto, los más sedentarios, y salen en cuadrilla los fines de semana con la excusa (hacia su mujer) de que van ha hacer deporte y en realidad sólo van a almorzar y ponerse hasta arriba de alcohol, y algunas veces algo más, incluido parada en «local con lucecitas».
¿Por qué será que yo también pienso que esa es una tendencia al alza Xiquet de l’horta? Si pasas por restaurantes de carretera verás que están llenos de moteros. Seguramente en muchos casos la moto es la actividad principal, pero en otros no es más que una excusa para escaparse de sus vidas.
Exactamente Guti. Creo que en parte se debe a la falta de madurez de una parte de los varones. Suele ser los sábados por la mañana. En matrimonios en que ambos trabajan, el sábado por la mañana es el momento en que la mujer se dedica a realizar las tareas que durante la semana no ha podido realizar. Por desgracia aún muchos hombres les resulta un fastidio esa labor, por lo que la excusa de la moto o la bici les resulta ideal para escaquearse. Además quedan bien ante sus parejas, dando una imagen de hombre que hace deporte y se cuida. Pero para muchos, es un evasivo para tomarse unas copas con sus amigos y llegar a casa, tener la comida en la mesa, todo limpio y claro, están muy cansados por el esfuerzo, pegarse una buena siesta.
Habrá casos de todo Xiquet de l’horta, algunos que lo hagan como forma de desconectar y relajarse, pero ciertamente otros que lo hacen por evadir sus responsabilidades.
Me da que pensáis que ellas son tontas, que pensáis lamentan que el marido coja la bicicleta o la moto para irse el sábado por ahí con los amigotes. Craso error.
Muchas de ellas prefieren que se vaya, antes que tenerlo en casa molestando y refunfuñando.
Yo voy a discrepar un poco. No con las correas de cuero en digitales, aunque con caja de acero puede haber algún caso en que quede bien.
Mi discrepancia va más dirigida al mundo del automóvil. La instrumentación a base de pantallas que llevan los coches modernos no me gusta nada en absoluto, y eso que prefiero los relojes digitales en vez de los analógicos.
El caso es que veo el interior del mercedes EQS (por poner un ejemplo) con su «superpantalla» que ocupa todo el salpicadero y los materiales tecnológicos y lo comparo con los interiores con relojes, plagados de botones e inserciones de madera de los clase E W124 y los clase S W140 (ambos modelos son la culminación de mercedes) y se me cae el alma al suelo. Por no hablar de los radiocasettes o de los primeros radioCDs de aquella época que estéticamente son obras de arte comparados con las pantallas táctiles actuales.
Personalmente he tenido la ocasión de probar un no-Mustang Mach E y es indudable que tiene unas prestaciones magníficas. Pero el exterior no es digno de ese nombre y el interior me pareció horroroso (comparado con un coche europeo de hace una década, con un mustang de combustión tampoco es para tanto). Y más aún tener que estar configurando cosas a través de la pantalla. Hay que hacerlo en parado y se tarda un rato.
Antes con un botón/ruleta/palanca para cada cosa y cada botón/ruleta/palanca en su sitio podías hacer maravillas sin apartar la vista de la carretera. Ahora tienes la oportunidad de hablarle al coche, pero no contesta como KITT («El coche fantástico»/»Knight Rider») y es una decepción.
Me imagino que porque muchas de ellas también buscan lo mismo Xiquet de l’horta. Evadirse de la monotonía y estar tranquilas.
Es un tema muy interesante WR_100, y yo soy de tu misma opinión. Sin embargo la culpa de la proliferación de las pantallas es de los consumidores. Por un lado hoy en día resulta más económico montar una pantalla LED que los diferentes instrumentos analógicos. A ello se suma que la percepción del cliente es que prefiere las pantallas porque las ve más tecnológicas y actuales. Por tanto los fabricantes dan lo que la gente pide, y encima se ahorran un dinero.
No creo que esto dure demasiado, ya lo vivimos con los displays digitales como en el Opel Kadett GSI. En el transcurso de 3 o 4 años les pasa lo mismo que a los smartphones, se ven obsoletos. Dado que el ciclo de vida en España de un coche es de unos 12 años eso significa que su propietario estará 4 años muy contento viviendo el «futuro» en su instrumentación, y 8 viendo que es algo anticuado y obsoleto.
El mencionado Kadett, que si la memoria no me falla llegó a ofrecer de manera opcional la instrumentación analógica sin coste, cambió su paradigma, y entonces decidió equiparlo de serie de forma analógica y como opción en digital. Creo que la historia se repite.
Como me gustaban los coches de la era pre-electronica. A vista de hoy pueden parecer simples en cuanto equipamiento, pero sus mecanicas eran robustas y fiables. Sus diseños eran bonitos, cada marca tenía su línea y personalidad. Ahora son todos casi un clon uno de otro, insulsos, sin alma, y te cuesta reconocer de que modelo se trata. Antes, cualquiera con el más mínimo conocimiento, podía hacer el mantenimiento de su coche, y si por alguna razón se averiarse, tu mecánico encontraba «de oído» el fallo, y por cuatro duros los reparaba. Ahora hay que conectarlos a una máquina para saber dónde está el fallo, y tómate un par de Diazepam antes de recibir la factura. Que pasen un buen día.
Sobre todo eso Xiquet de l’horta, cada marca y modelo tenían su personalidad propia. Podías identificar la marca, el modelo y la versión sin necesidad de mirar el emblema. Hoy en día, son indistinguibles. Incluso recuerdo que algunos modelos concretos podías identificarlos con sólo escucharlos. Cómo sonaban los motores Seat, los Renault, los Citroen…
Estoy estudiando crear una marca de smart watches con diseños llamativos y elegantes. Quiero orientarlo al público joven, 23-45 años.
Me gustó mucho tu escrito. Como te puedo contactar?
Bienvenido Ricardo Durán, un gusto que te haya gustado el post. Por supuesto, puedes contactarme. No obstante prefiero que las cuestiones de índole general sean públicas para que puedan servir a la mayor cantidad de gente posible.