Un título quizás demasiado ostentoso para esta sencilla reflexión, pero ni más ni menos es lo que me ha salido. De niño yo era más moderno que los postmodernos. Llevaba el pelo rapado cuando todos lo llevaban normal, de joven largo cuando todos lo llevaban corto.
Me gustaba el McDonald’s como aquella comida rica y rápida que empezaba a implantarse en nuestro país, los coches te daban libertad, y además si conducías un deportivo rápido te trasladaban con rapidez, la incipiente electrónica de consumo avanzaba año tras año, las grandes ciudades como Nueva York, Los Ángeles y San Francisco que veíamos en el cine y la televisión era donde quería estar, la ciencia nos iba a traer grandes adelantos, y la conquista del sistema solar, …
Resulta que sin apenas darte cuenta, te haces mayor, y la comida rápida es poco saludable, y ya no es exclusiva, sino muy barata, los coches te esclavizan en tus desplazamientos al trabajo, si conduces rápido te arriesgas a acabar en la cárcel, la potencia de la electrónica avanza, pero sin ventajas reales, las grandes ciudades, se ven bonitas en la pantalla, del mismo modo que puedes conseguir que lo parezca cualquier otro lugar, la ciencia progresa muy regular, plagada de recortes, y aún no hemos igualado la conquista lunar, …
Quizás por eso, ahora tiendo a ser más antiguo que un preantiguo. Me gustan los relojes mecánicos, los coches clásicos, el afeitado tradicional, las estilográficas, las navajas, la cultura europea, la antigua Unión Soviética, los libros viejos y mucho de lo vintage. En vez de ir a por lo malo por conocer, me quedo con lo bueno conocido.
Así que si a Woody Allen, le interesa el futuro porque es el lugar donde va a pasar el resto de su vida, a mi me interesa el pasado, porque es donde está todo aquello que ya ha demostrado si valía o no la pena. Sin modas de por medio, sin intereses, sin condicionantes, y sin efectos colaterales de los que en realidad nadie es consciente en el presente, y que se vislumbran a toro pasado.
Ya no soy el niño ilusionado por vivir en el año 2000, impresionado con sus maravillas, sino que soy el menos niño, que se ilusiona por todo aquello que como sociedad hemos conseguido. Tal vez no lo parezca, pero son puntos de vista muy cercanos, porque de hecho, sigo siendo el mismo.
Muy buena reflexión Guti. A mi pasa algo parecido. Cuando era niño soñaba con las cosas que nos traería el futuro, y ahora me encantaría volver a los 80 para comprar un montón de cosas que se echa de menos. Cuando pienso en la tecnología de esos años, me da la sensación que las cosas eran más auténticas, y que las disfrutamos más lentamente. Ver en una Nakamichi Dragon funcionar destila autenticidad por los 4 costados, o la gama Citizen de esas época. Supongo que ahora todo va muy rápido, y la invasión de productos chinos con mil marcas distintas hace que todo sea más de «plasticucho». En cuanto a cosas no materiales, ahora podemos viajar más, y para mi que vivo en una isla, es todo una ventaja. Salir de Gran Canaria en los 80 era algo que la economía de mi familia no se podía permitir. Hoy es bastante barato. Aunque reconozco que el turismo de masas resta autenticidad a todo….Un saludo
Gracias elias. Es el primer comentario de esta entrada, con la que no estaba seguro si habría alguien más que se sentiría identificado, por lo que me alegra ver que así es.
Y tienes toda la razón cuando dices que la velocidad y la accesibilidad, hace que se pierda lo genuino de las cosas, y nos entren ganas de volver atrás para disfrutar todo aquello que nos perdimos.
«La velocidad y la accesibilidad hacen que se pierda lo genuino de las cosas y que nos entren ganas de volver atrás para disfrutar todo aquello que nos perdimos.» Bravo tú y bravo tu post.
Saludos virtuales y un abrazo muy fuerte, amigo. 🙂
Y porque en el pasado está la época más feliz de nuestras vidas ;P
Saludos
Pues viniendo de una profesional Mar, me siento muy orgulloso.
Gracias por tus palabras virtuales!
Sí Fernando. Por eso la recordamos tan intensamente.
Hola Guti y enhorabuena por la entrada.
No eres el único que se siente decepcionado, creo yo, por lo que parecia que iba a pasar, a ofrecer el futuro, y lo que realmente tenemos.
Este año, el 21 de Octubre, es la fecha que marcaba el display del DeLorean de Martin para el «Regreso al Futuro». Y…en realidad ¿qué tenemos? Sobre todo una legión de atontaos (pongo este ejemplo porque es el que mas me abre las carnes) que lo único que desean por encima de todas las cosas es que sus «amigos» pulsen like en cada chorrada que publican.
Hace poco lo comentaba con un antiguo compi de un antiguo curre de consultoría: qué sencilla era la vida hace años en la que vivíamos con la promesa de una tecnología nos daría un mundo mejor. Y, al final, a lo que hemos llegado es a los atontao del like.
Muy cierto Sorderita. Quedan muy lejanas las promesas en que la tecnología nos haría más libres de nuestras obligaciones, y con más tiempo para nuestra familia, amigos, y el desarrollo personal.
Justamente es lo contrario, engancharse a una App, para perder el tiempo con tonterías…
Un saludo desde Montevideo a todos , Guti me encontré con tu blog en busca de info de relojes y realmente es un placer leerlos y los comentarios (mas allá de coincidencias o no) pero uno a ésta edad (44) ya aprende a leer y no solamente abrir los ojos si no también la cabeza para dar oportunidad (y darse) de poder ver las cosas desde otra óptica , coincido mucho con lo que expones en el artículo , pero no dejo de pensar y recordarlo que cuando yo vivía (en mi época dorada de los 80s) escuchaba a los mayores hablar de todo lo malo de esa actualidad y de las maravillas de las sociedades y artículos pasados…por lo cual (perdón por lo extenso) y no quiero ser injusto con los niños y jóvenes que hoy están haciendo su camino , sus recuerdos , sus pelis, sus revistas ,su música y sus juguetes…para soltarles un simple «lo de antes era mejor» …me sentiría desohonestamente egoísta…quizás entendí mal tus palabras y lo que nos quisiste trasmitir era esa añoranza por esa inocencia esperanzadora que nos vestía por esas épocas…y vaya que se extraña…
Un abrazo grande a todos desde éste lado del atlántico…
Leo.
Gracias por tu comentario Leo. Parece que a pesar de estar tan lejos (yo estoy en España), pensamos de una forma muy parecida en cuanto a la nostalgia de los 80.
Ciertamente aquello de «lo de antes era mejor», es un pensamiento que siempre ha ocurrido. De hecho en aquellos 80, renegaba de lo antiguo, y ahora tiempo después, ya vez, añorando aquella época.
Y es que en realidad es un sentimiento universal, recordar con cariño los dorados años de nuestra juventud.