Powersoft lanzó Optima++ en 1996, como un producto estratégico que combinaba el desarrollo RAD de Visual Basic o Delphi, con la potencia de C++, y el compilador líder de aquel tiempo: Watcom C++, es decir, un año antes que Borland hiciera lo propio con el proyecto Ebony que daría lugar a C++ Builder en 1997.
En 1997, se renombraría a Power++ (1.0 y 1.5), como influencia de la compra por parte de Sybase en 1995, y en consonancia con PowerBuilder. A partir de ahí vendría la versión 2.0, 2.1 y 2.5 que incluían grandes mejoras, y el nuevo compilador de Watcom C++ 11.0.
Con actualizaciones menores, llegaría hasta la versión 2.5 de 1999, muy madura y estable, así como una versión 2.6 que quedó en desarrollo en el 2000 con el anuncio de su abandono.
Lo que había empezado siendo una idea única, y combinando virtudes que nadie había conseguido juntarse, fue diluyéndose. El compilador de C++ de Watcom, pese a ser muy eficiente tenía muchas carencias en cuanto a estándares, y desgraciadamente, tantos cambios de propietarios, fueron modificando la estrategia de un lado para otro, con un marketing pobre, que impidió que proliferaran los desarrolladores de componentes y bibliotecas, así como los autores de libros que lo apoyasen. El elevado precio de venta, tampoco ayudó en absoluto.
Visto desde el punto de vista actual, Optima++ nos puede parecer obsoleto, no tenía autocompletado, y la integración entre las diferentes herramientas estaba lejos del ideal, pero es que en mi opinión, todo esto no llegaría hasta C++ Builder 4 de 1999, donde Inprise aprovechando su experiencia con Delphi, y reusando mucho de su código, consiguió una herramienta muy equilibrada. Por ejemplo la biblioteca de clases OCL (Optima Component Lib), estaba escrita completamente en C++, a diferencia de la de C++ Builder en Object Pascal.
No me cabe duda que de continuar Powersoft al mando, el resultado habría sido otra cosa, y probablemente hoy seguiríamos teniendo Power++/Optima++, no hay que olvidar que una aplicación con formularios para Windows, ocupaba menos de 300 Kb, y ofrecía un rendimiento que Borland jamás llegó a conseguir. Soportaba enlazado estático y dinámico, y las plataformas Windows 9x (ANSI) y Windows NT (Unicode).
Un ejemplo más de software abandonado.
Magnífico post. Ahora entiendo por qué es tan difícil encontrar libros de texto sobre SW en librerías: se vuelve obsoletos en un par de años, cuando son caros y difíciles de vender. O peor, como aquí se muestra: ¡se abandonan productos!
Efectivamente duke speaks.
Muchas gracias por tu comentario.
Me encanta esa captura. Me encantan esas RADs tan típicas de Borland. De PowerBuilder no puedo decir que tenga buenos recuerdos, aunque hace algunos años me gustaba mucho su entorno, pero en la última encuesta que enviaron a sus desarrolladores solo pude decirles una y otra vez: «todo mal», «rumbo equivocado», «lo estais empeorando»… Ya, ni caso me harán, pero es una forma de desahogarme.
Haces mención a uno de los aspectos en el que coincido contigo sobre ese tipo de entornos, su elevado precio hace que tengan muchos de ellos una vida muy corta. Recuerdo ahora el IBMW websphere homepage builder, un entorno muy potente para hacer páginas web y muy caro por entonces, que se perdió en el olvido. Y tantos otros… Entornos de Java también se han caído unos cuantos. Es una pena.
«IBMW» 😀 Perdona. Ya estaba pensando en el Serie 5 😀
Pensamos igual Drekke . Esos RAD, entre los que incluyo Visual Basic para DOS, tienen un mucho de revolución, que ahora casi se ha perdido.
Entiendo que tu satisfacción vino a raíz de ser también el orígen del bloatware, es decir, añadir más y más funciones con nuevos bugs, sin mejorar lo que ya había.
Conocí el IBM WebShere Studio Homepage Builder, ¿es ese al que te refieres? Es que tela los nombrecitos de IBM, ¡con lo bien buscado que estaba Visualage!
Del precio del software, por un lado entiendo que en aquellos días con un mercado potencial más pequeño, el precio debía ser superior para amortizar el esfuerzo, pero está claro que era el pez que se mordía la cola, y precios más bajos, aumentaban también la cuota de mercado, y lo que ahora se denomina el buzz.
IBMW suena muy bien, hubiera estado bien esa colaboración BMW e IBM en el i8 por ejemplo.