Retomamos los artículos sobre gastronomía tras el sorprendente éxito del Bocadillo de sardinas y el Bocadillo de morcilla, hoy hablaremos del paté a la pimienta.
Como no es lo mismo paté que foie-gras, vamos a empezar dando un poco de culturilla. El foie-gras (del francés «hígado graso») que se elabora a base de hígado de Anatidae, o sea patos, ocas, gansos y similares. La forma de obtener el foie-gras es bastante cruel, algo en lo que no entraré en este artículo. Su historia se remonta a los egipcios, que ya en el siglo XXV A.C. empezaron a prepararlo con las ocas que descansaban a orillas del río Nilo.
En cambio el paté (o Pâté), es un invento belga, no francés como muchos piensan, y de historia mucho más reciente. Con la caída del Imperio Romano, el foie gras quedó cayó casi en el olvido con la excepción de la cultura árabe. Los belgas preparaban sus terrines o patés. Se hace también a base de hígado, pero no tiene porqué ser necesariamente de patitos maltratatados. Suele tener una base de hígado de cerdo al que no se le ha hecho sufrir más de lo que sufriría para el resto, y al que se le agregan aditivos y condimentos. Típicamente patata para darle volumen y textura, lo que hace que sea también mucho más barato.
Pues bien, hoy prepararemos unas tostadas de paté a la pimienta. Patés hay de muchos tipos, varían sus ingredientes base (la cantidad de hígado), y también sus condimentos que son los que diferencia un paté de campaña de uno a las finas hierbas, al queso roquefort, o a la pimienta. El de pimienta es mi favorito, así que esta «receta» va de él.
La pimienta por su parte es una variedad de plantas (Piper), cuyos granos o frutos es lo que llamamos pimienta. En realidad no hay sólo un tipo de pimientas sino multitud, por eso solemos denominarlas pimienta negra, pimienta blanca, pimienta verde… Es una especia aromática y picante que tiene la cualidad de realzar o potenciar el sabor. O sea que si te gusta la pimienta, puedes aprovecharte de ella como potenciador del sabor sin necesidad de recurrir a la sal. A mi personalmente me gusta la pimienta verde, tiene más sabor y pica algo menos, pero todo va a gustos. En lo que si coincidiremos, es que la pimienta molida que se vende, pierde gran parte de su sabor y de su aroma. Así que lo ideal es recurrir a la pimienta en grano.
El problema de los patés a la pimienta que he probado es que el sabor de la pimienta es escaso. Claro, la pimienta debe ser molida porque apenas se ve. Eso ocurre con el de Hacendado que produce Casa Tarradellas. No tiene nada que ver con el paté fresco de pimienta Hacendado que también tienen en Mercadona y que les fabrican los belgas De Spiegeleire, recordemos, los inventores del paté. No es un producto caro, 1,30€, pero es perecedero. Si no te lo acabas, te durará unos pocos días incluso si lo conservas en la nevera.
Aunque puedes preparar este suculento ágape con el paté que prefieras (Apis, La Piara, …) yo suelo usar el de Argal o Mina únicamente porque además de gustarme su sabor, viene en latitas pequeñas. Claro, son patés normales, no son a la pimienta, pero eso tiene un arreglo sencillo, de otro modo no sería una receta mía. Basta con echar sobre el paté abierto una cantidad al gusto de gramos de pimienta en nuestra variedad favorita. Mi favorita es la , pero suelo poner el Pimienta Mix Hacendado que mezcla diferentes variedades y es más fácil de encontrar.
Pues bien, una vez hecha tu mezcla de paté y pimienta, lo que los entendidos llaman «paté a la pimienta», queda untarlo en el pan. El pan tostado es la mejor opción, porque al ser duro, la pasta de paté se extiende con facilidad. Además, el pan tostado dura mucho tiempo. Lo tienes en diferentes tamaños, desde los pequeños biscotes de Lu, o el de Hacendado (que es de Anitin), y tiene una variedad integral que es además baja en sal y en azúcar.
Como beneficio adicional, y dado que la pimienta tiene efectos conservantes comprobarás que tu lata de paté abierta te dura más tiempo. Solamente cúbrela con papel film, y métela en la nevera.
Ya te dije en twitter que eso no era paté, es un engañabobos. El paté de verdad es el de Casa Tarradellas. En serio, Argal fabrica unos patés desastrosos, así están en las tiendas, que nadie se los lleva.
El que tengo ahora mismo en la nevera unfulano es el Casa Tarradellas a la pimienta, sólo que está enriquecido con este sistema.
Barato, sabroso, gustoso y nutritivo. Otra merienda de campeones en forma de bocata. Para luego darle fuerte jugando en la calle o dándole a los pedales de las Bicicross, GAC Motoreta y demás BH típicas de la época como la California con suspensión que también pesaba un quintal (y lloran hoy porque una bici no pese menos de 10-15 kilos aún contando con no menos de 18 desarrollos… nenazas xD).
Pero ¿no machacas los granos antes? ¿Los echas y comes enteros? Hombre, están ricos gustando la pimienta cuando coges alguno, como en el salchichón y demás. obre todo para el invierno con fresquito no desentonan. Siempre se dijo que así también se hacía en las granjas para que los pollos aguanten mejor el frío, echándoles entre el grano o dándoles algún grano de pimienta. xD
A mí me gusta más Apis. Aunque el clásico se ha perdido. Ahora el intenso sabe a otra cosa, y el suave (el que más gasto porque se parece más) también. Pero ninguno de los dos es ya igual. En precios son muy similares, y para cuando sobra y conservar algunos días en la nevera, que vengan con la tapita como los de La Piara es una ventaja. Menos gasto de film transparente, que es plástico y cada vez los rollos son de menos metros y también peores (cada vez se adhieren peor al tensarlo con los bordes de recipientes a cubrir).
A veces tiré de alguno de Tarradellas, de finas hierbas o pimienta… pero en los últimos años diría que han suavizado demasiado las recetas. Lo que dices que el de finas hierbas o a la pimienta, que de por sí ya venían suaves «para que gusten a más público», ya es que ni saben. Es como las cosas que se ven por ahí con ajo, y luego pruebas y dices «¿y el gusto y toque del ajo está en..?»
Pero yo cuando los como lo hago en pan que tenga y me guste y me lo tuesto yo. Normalmente en algún desayuno (aunque soy de los de café con leche grande y zumo y arreglado, así que rara vez). Las más veces cuando hay a final de la tarde algo de gusa, y me preparo merienda-cena, con café con leche o con leche con chocolate, fresquito en verano, calentito en invierno.
Que hay que cuidarse. xD
Mi receta es con los granos de pimienta enteros Alejandro. Creo que somos de la generación a la que le gustan los sabores intensos, quizás porque estamos acostumbrados a ellos. Ahora todo es suave, ligero, insípido.
Hoy las cosas no saben a ná.
Y casi todo de lo conocemos, era campo o poco le faltaba.
Ya vamos para «abuelo Cebolleta»… xD
Si, Alejandro, ya nada es como era, jaja.
En el Dia venden un paté al armagnac, sin colorantes, conservantes, azúcar ni demás m…, que te mueres de bueno. Solo le falta echarle la pimienta, se me ha hecho la boca agua.
Ya verás como con el contraste de la pimienta en grano te encanta Jose Carlos. ¡Ya me contarás!