En 1938 el químico estadounidense Earl Silas Tupper, funda Earl S. Tupper Company, que en 1947, lanzaría los populares recipientes de plástico con tapas herméticas Maravilla. Lo que luego sería Tupperware Plastics Company, que causaría que sus productos acabaran denominándose Tupperware, y en castellano táper, o tupper, en vez de fiambrera o tartera, que pese a ser sinónimos, los aplicamos preferiblemente a recipientes de aluminio.
Lo cierto es que aunque los recipientes de Tupperware siempre fueron de plástico, lo que les permitió abaratar costes, pero que les obligó a lidiar con amas de casa reticentes a la salubridad de los mismos, ello sería precisamente la clave de su éxito con las hoy afamadas Reuiones Tupperware, a mi nunca me han convencido. El plástico es propenso a coger el color de los alimentos, y además termina absorviendo los olores, así que cuando descubrí estos tápers Komax, construidos de vidrio, decidí probarlos. Han transcurrido unos tres años, y debo tener más de 15 de ellos, que en diferentes medidas, uso tanto en casa, como para llevar la comida al trabajo.
En ciertas ocasiones se me ha criticado una actitud anti-china, lo cual es sencillamente erróneo. Una cosa es que defienda la calidad, y el hecho en España, y otra cosa es que esté en contra de determinados paises asiáticos. De lo que estoy en contra, es de los productos no duraderos, y de las condiciones de trabajo esclavistas, nada más. Y como prueba, hoy os traigo estos herméticos de cristal como se los denomina, producidos por Komax Industry Co. Ltd., una empresa surcoreana, dedicada a la fabricación de artículos para el hogar y la cocina desde hace más de 40 años.
Continuamos así con la tónica centrada en los bienes duraderos para el hogar como las botellas de cristal y la vajilla Duralex Lys.
Como decía, la principal ventaja de los recipientes Komax Bioglass, es que son de vidrio mineral común, lo que los anglosajoness aderezan con sofisticación como soda-lime glass. En este caso, proporcionado por los franceses Arc International, por lo que eventualmente están parejos a los más caros Luminarc, y resultan mucho más baratos que los Pyrex.
La tapa es de material plástico, pero no es a presión como en otros muchos recipientes, con los que es probable que te hayas llevado algún susto transportándolos. Sino que va asegurada con unas presillas también de plástico, que lo convierten en totalmente hermético, y además seguro, pues este sistema, asegura que quede bien cerrado.
Dado que resisten temperaturas extremadamente frías (-40ºC), y extremadamente calientes (150ºC), son aptos para el congelador, el microondas, o el lavavajillas. Mientras que Komax, tiene entre sus objetivos las sostenibilidad, lo cual para mi es muy importante. Están certificados ISO 9002, sus plásticos son completamente libres de BPA (Bisfenol A), y son Made in Korea. Son por lo demás resistentes, puedo atestiguar que se me han caído a un suelo duro desde una mesa, y no se han roto.
A tenor de la información de Komax, están disponibles con formas rectangulares, redondas, y cuadradas; cada una de ellas en tres tamaños distintos. Personalmente no he visto esos 9 modelos de la gama Bioglass, estando limitado a:
Rectangular:
– 385ml (10,90 x 6,20 x 14,50 cm).
– 820ml (13,60 x 6,80 x 18,20 cm).
– 1220ml (15,60 x 7,40 x 20,80 cm).
Redondo:
– 670ml (15,80Ø x 6,80cm).
– 920ml (17,40Ø x 7,40cm).
Cuadrado:
– 380ml (12,20 x 6,20 x 12,20 cm).
No son fáciles de conseguir, salvo en Hipercor, que se ha hecho importador de la marca. Es extraño que siendo así, no los encontremos en otros establecimientos del grupo como El Corte Inglés u Opencor, que ayudarían a difundirlos. de 4€ a 10€, pero con ofertas puntuales, se pueden conseguir entre 3€ y 8€, dependiendo del tamaño
Los he visto en amarillo, y en azul, sin embargo desconozco que gamas de colores ofrecen, y tampoco he encontrado demasiada información al respecto en su web oficial.
Por tanto, es un producto, que defiende a la perfección los productos prime, calidad y durabilidad, a un precio razonable, pese a no estar fabricados en España, ni en Europa.
que bonitos son, me gusta que las esquinas sean tan cuadradas, asi se aprovecha mejor el espacio, y el detalle de la tapa asegurada como mencionas está tambien muy bien.
Sobre el nombre, lo de tupper nunca me sale (es una de esas palabras que nunca recuerdas 🙂 , aunque como tantas otras cosas esta «españolizada», incluso se usa mas que tartera o fiambrera, lo que es bastante curioso.
Supongo que al ser de cristal tendran un peso significativamente mayor que los de plastico, por lo que es un handicap a la hora de tener que transportarlos.
De hecho que pesen más y que sean algo más caros que los de plástico, es el único inconveniente que tienen bianamaran. De todas formas, cuando el recipiente está lleno, la diferencia de peso no se nota. Digamos que es relevante en vacío, cuando la diferencia relativa se nota.
Y qué tal se guardan?, yo también pasaría al vidrio pero para guardar suelen ocupar bastante más que los de plástico que se encajan unos en otros…
Fernando, se guardan casi como los de plástico. Podemos apilarlos cerrados. Si están abiertos, y queremos apilar solo el recipiente, guardando en otro sitio las tapas, hay que tener cuidado, porque pueden hacer efecto ventosa, y entonces que nos cueste de retirarlos.