Aunque Visual Studio 2010, se encuentra todavía en beta 2, ya es posible evaluar las mejoras de rendimiento que obtienen los programas con él generados, además de la estabilidad del IDE, que a diferencia de la primera beta, es muy estable.
Sin embargo, este artículo, no va destinado tanto a programadores, como usuarios finales, y es que con las mejoras introducidas en el compilador de Visual C++, las aplicaciones que se recompilen con Visual C++ 10 en vez de 9/2008, gozarán de hasta un 15% de rendimiento, especialmente en arquitecturas x64.
Obviamente en el mundo real, dudo que la diferencia llegue a tanto, aunque si puedo decir que por ejemplo 7-Zip 9.09 y superiores, han sufrido un leve aumento de desempeño gracias a ello. Hablamos de un proceso más o menos sencillo de recompilación, sin necesidad de tocar código, y que redundará en los usuarios finales, pues la mayor parte de las aplicaciones comerciales, están escritas en el dialecto de C/C++ de Microsoft.
Gozaremos también de un código algo más compacto (se habla de un 5%), así que también tendremos un menor consumo de recursos. Y es que aunque finalmente estas ventajas se usen para añadir nuevas características al software, haciendo que sea más lento y más pesado, al menos de momento, podemos contar que a igualdad de código, como usuarios tendremos leves ventajas (que nunca vienen mal), y como desarrolladores, leves costes (recompilar, y rezar porque no haya bugs).
En muchos casos, hasta que no aparezca el primer SP, las grandes desarrolladoras de software no migrarán a este entorno, pero esto no quiere decir más, que tarde o temprano llegarán los beneficios.
Para aplicaciones escritas en .NET, de amplia difusión en entornos corporativos de software adhoc, las nuevas mejoras para programación paralela, permitirán obtener resultados análogos, por la vía de explotar los cada vez más comunes entornos multi-core y multi-CPU.