En el momento que escribía sobre una definición de calidad, hablando de productos duraderos, resistentes y para toda la vida, en seguida me vino a la mente una palabra: Duralex.
Por un lado, Duralex, hace referencia a duradero, pero es que por otro, como veréis si continuáis con la lectura, nuestra protagonista de hoy, lo ha demostrado, y lo sigue demostrando sobradamente.
Duralex fue fundada en 1927, y debe su nombre a la cita latina «Dura lex, sed lex» (La ley es dura, pero es la ley). En el año 1934 Saint-Gobain, la compra, y empieza a fabricar cristales para coche. Eran elementos que debían ser resistentes, por lo que desarrollan una técnica consistente en calentar el vidrio a más de 600ºC, y luego enfriarlo rápidamente. Es lo que se llama vidrio templado, y que consigue el doble de resistencia que el vidrio normal. En 1945 registran la marca Duralex, y se les ocurre extender esa tecnología al vidrio del menaje del hogar. Así que en 1946, producen el primer producto Duralex, un vaso del modelo Gigogne (Barrigón). Tras la escasez y la penuria ocasionada en Francia al terminar la Segunda Guerra Mundial, se convierten en un artículo cotidiano muy valorado gracias a su fiabilidad y resistencia. Reemplazando las vajillas tradicionales de porcelana, mucho más caras y frágiles.
En 1954 lanzan los conocidos Picardie biselados, y que recuerdo en color transparente de mi abuela. Su máximo esplendor ocurren en 1964, con cerca de 1.600 trabajadores sólo en Francia, y habiendo vendido más de 133 millones de piezas en 120 países.
A nuestro país, estos artículos llegaron como era habitual con bastante retraso. Como muchos otros artículos «de lujo», la cristalería y la vajilla de Duralex, hasta el año 1960, llegaban a España de estraperlo desde Francia vía Andorra, así que solamente los adinerados, o aquellos con contactos pudieron disfrutarlos en sus orígenes. Esto no impidió que durante los 70 y 80, conquistaran los hogares españoles, ya fuera en los modelos lisos Lys, que llegaron en color transparente, caramelo (ámbar), y verde; o en el biselado Picardie, que sólo se ofrecía transparente.
El cambio que impulsaron fue increíble, con Duralex, se podían usar sin miedo a que se rompieran o estropearan. Como muestra de ello, la publicidad de la época rezaba lo siguiente: «Utilícelo como un martillo, déjelo caer, golpéelo, hágalo pasar del hielo al agua hirviendo». Además cuando se rompía, lo hacía estallando en trocitos pequeños, así que era más seguro, pues resultaba más difícil cortarse que con el vidrio tradicional.
Además de su tecnología, los diseños resultaban modernos y funcionales. De hecho, cosecharon gran fama al ser apilables, reduciendo el espacio que necesitaban al guardarse. Una característica que hoy en día nos puede parecer obvia. Luego vendrían otras marcas también populares como Luinarc, Arcopal y Arcoroc, todas ellas de los también franceses Arc International.
Puedo atestiguar su duración y calidad, pues uso a diario una vajilla Duralex Lys en color verde. De hecho es la que teníamos en casa desde mediados de los años 70, como regalo de boda de mis padres. Y que estuvimos usando durante más de 15 años hasta finales de los 80. Momento en que mi madre la guardaría cuidadosamente, para sustituirla por una «más moderna».
La recuerdo con cariño, como esa vajilla irrompible de toda la vida. Así que me fue fácil convencerla de que me la regalase, y así liberar espacio, así que desde entonces, y con más años de los que yo tengo, ahí sigue haciendo su función cuán jovencita lozana.
Además de su estética vintage, siendo apta para 12 servicios, implica que puede irse aprovechando hasta que el lavavajillas quede completo. Ciertamente, cuenta con heridas de guerra, recordemos que tuvo que lidiar con dos niños. No estoy seguro de como era al completo, así que reconstruyéndola, deberían ser 90 piezas compuestas de este modo:
– 12 platos llanos: 23,5 cm de diámetro. 2,19 cm de altura.
– 12 platos hondos: 19,5 cm de diámetro. 3,7 cm de altura.
– 12 platos de postre: 19 cm de diámetro. 1,8 cm de altura.
– 12 platos de tazas: 13,5 cm de diámetro. 1,8 cm de altura.
– 12 vasos de agua: 21 cl de capacidad. 7,8 cm de diámetro. 8,2 cm de altura.
– 12 tazas: 22 cl de capacidad. 8 cm de diámetro. 6,7 cm de altura.
– 12 lavafrutas: 25 cl de capacidad. 10,5 cm de diámetro.
– 2 ensaladeras: 220 cl de capacidad. 9,5 cm de altura.
– 2 fuentes grandes.
– 2 fuentes pequeñas.
No puedo recordar si además contaba con una docena de vasos vino, pero lo cierto es que está casi completa, y haciendo recuento, deben faltar 2 platos grandes, 2 tazas, 6 vasos, 10 boles lavafrutas, 1 fuente grande y las 2 ensaladeras. Se que platos se rompieron algunos, y una ensaladera aún se usa en casa de mis padres, por lo que para compensarlo, hay un par de fuentes más, también de la época, aunque compradas algunos años después en color transparente.
Como veréis, cada pieza incorpora el grabado Spain, indicado que estaba hecho en España, donde comenzaron a producirse en 1959, desde La Vidriería de Castilla S.A. (Vicasa) en Azuqueca de Henares (Guadalajara), que ahora es Verallia, y cuenta con diferentes factorías en nuestro país, compartidas con el grupo Cristalería Española y Saint-Gobain, ahora Grupo Saint-Gobain Cristalería S.A..
Al lado del Spain, figura un número. Hasta realizar el artículo, nunca me había fijado en ellos, así que al verlos, pesé que indicarían un número de tipo de pieza. Por ejemplo platos hondos el 1, vasos el 2, etcétera. Sin embargo, al ir revisando diferentes unidades, parece que denotan un identificador de cada pieza en el conjunto. Es decir, un plato grande puede ser el 8, el 14, etcétera, y no se repiten entre ellos. Así que en teoría, deberían ir consecutivos del 1 al 90.
Naturalmente, vienen firmados con la correspondiente marca de Duralex, en el extremo opuesto al Spain.
Visto en retrospectiva, es increíble que un producto que este año ha cumplido su 70 aniversario, sea apto para el lavavajillas, o para el horno microondas. Un invento patentado en 1947, o sea, un año después del vaso de Duralex, pero que no llegaría a las casas, hasta muchísimo tiempo después. Es un poco como el teléfono Heraldo de Citesa, que ha superado con éxito multitud de cambios tecnológicos, y a día de hoy sigue estando plenamente vigente.
A principios de los años 1980, empieza el declive de Duralex. Es una compañía anticuada, y debido a la competencia asiática, al cambio en el gusto de los consumidores, y también a la mala gestión, les lleva a que en 1997 son comprados por Bormioli Rocco & Figlio. En 2002, pasa a Sinan Solmaz y en 2008 los hermanos André y Antoine Ioannides, se hacen con ella, ahora llamada Duralex International, y la meten de nuevo en una senda de crecimiento. Sin de momento unos beneficios asombrosos (no llegaron a los 150.000 euros), el pasado 2015, contaban con más de 200 empleados, y facturaron 39 millones de euros.
En la tienda oficial, o e-boutique como ellos la llaman, tenemos los vasos a 6,90€, o los platos pequeños a 7,90€. En Amazon.es tenemos la vajilla completa a 67€, pero ya no se fabrica en mi color verde. Solamente en azul claro (Marine), azul oscuro (Saphir), marrón (Créole) y caramelo (Amber). De forma, que esta vajilla, además del valor sentimental, es de un color verde, ahora inexistente, y que la hace verdaderamente retro.
La colección Gigogne, está expuesta permanentemente en el Musée des Arts Décoratifs de París, con un diseño que aún se vende, y que no ha sufrido cambios desde sus orígenes. Incluso hay fotografías de Osama Bin Laden, con vasos de la colección Picardie de la marca.
los numeros harian referencia al tipo de pieza.
Yo no soy mucho de vajillas de colores, recuerdo vagamente que en mi casa habia algunas piezas de una de color anaranjado, pero si la tuya no pudo sobrevivir entera con solo dos hermanos, imaginate la de casa de mis padres con seis, Guti 😀 el unico plato que aguanto mas fue uno de metal -que usaba yo, por cierto- lleno de rajayos y golpes por todos sitios. Me gustaba aquel plato, sin embargo, no se por qué. Quiza por la extrañeza de ser de metal y por estar todo remendado como yo
Excelente articulo, como siempre Javier, no dejas de sorprender. Yo tomo mi café diario en una taza de duralex naranja con su correspondiente platito, y ese momento no lo cambio por nada, es como dicen los modernos, un flash back irrenunciable para mi.
Me gusta eso de los «flash back irrenunciables» Angel.
En casa de mi madre teníamos los naranjas (caramelo)… y también alguno de los Picardie, recuerdo los llanos transparentes con su correspondiente tortilla de patatas encima para el campo o la piscina…
Todos los que vivimos esa época Fernando, tenemos recuerdos asociados a las vajillas Duralex, o tipo Duralex parecidos. Tantos momentos con nosotros, y que pasábamos por alto, hasta que las redescubrimos.
Pregunta:
Sabes si el platos verdes duralex se pueden meter al microondas?
Saludos y gracias
No hay ningún problema en meterlo en el microondas Rocio, tal y como explico en el artículo. Incluso es apta para el lavavajiillas.
Yo he encontrado un juego de café de color amatista, lo que es bastante raro, también conservo alguna taza verde o ámbar y las utilizo para las infusiones
Enhorabuena Jesús. El color amatista fue bastante poco habitual, así que tienes una pequeña joya.
Tengo algunos en color verde que heredé de mis tíos, pero se repiten los números. Lastimosamente de los platos hondos solo sobrevivieron 4, luego hay 6 y 8 piezas de cada uno. En casa de mamá aún tiene su juego que hasta hoy día se siguen usando, veré si la persuado de que me las regale. Crecí con ellos y les tengo un apego especial.
Bienvenida Isabel. Me pasó como a ti, crecí con esos platos y me encantó heredarlos para usarlos yo en casa. Aún conservo los verdes, son un bonito recuerdo de mi infancia y adolescencia, pero los cambié por el modelo en azul del que me compré dos vajillas de 44 piezas, lo puedes ver en Duralex Lys Saphir, creo que te gustarán.