25 de agosto
BEATA MARÍA DE JESÚS CRUCIFICADO, BAOUARDY, VIRGEN
OCarm y OCD: Memoria libre
Nació en un pueblecito cerca de Nazaret (Galilea), el 5 de enero
de 1846. Desde muy niña, hizo voto de virginidad. Ingresó
en el Carmelo de Pau (Francia) en 1867. Profesó en la India el 21
de octubre de 1871. Sobresalió por su vida humilde y de oración.
Murió el 26 de agosto de 1878. Fue beatificada por Juan Pablo II
el 13 de noviembre de 1983.
Común de vírgenes o de santas mujeres: para los religiosos.
Oficio de lectura
Segunda lectura
De las catequesis de san Cirilo de Jerusalén, obispo
(Catequesis 16, Sobre el Espíritu
Santo, 1, 12. 16: PG 33, 392. 940)
El Espíritu Santo produce múltiples efectos
El Espíritu Santo, aunque es único, y con un solo modo de ser, e indivisible, reparte a cada uno la gracia según quiere. Y así como un tronco seco que recibe agua germina, del mismo modo el alma pecadora que, por la penitencia, se hace digna del Espíritu Santo, produce frutos de santidad. Y aunque no tenga más que un solo e idéntico modo de ser, el Espíritu, bajo el impulso de Dios y en nombre de Cristo, produce múltiples efectos.
Se sirve de la lengua de unos para el carisma de la sabiduría; ilustra la mente de otros con el don de la profecía; a este le concede poder para expulsar los demonios; a aquél le otorga el don de interpretar las divinas Escrituras. Fortalece, en unos, la templanza; en otros, la misericordia; a este enseña a practicar el ayuno y la vida ascética; a aquél, a dominar las pasiones; a otro, lo prepara para el martirio. El Espíritu se manifiesta, pues, distinto en cada uno, pero nunca distinto de sí mismo.
Llega mansa y suavemente, se le experimenta como finísima fragancia, su yugo no puede ser más ligero. Fulgurantes rayos de luz y de conocimiento anuncian su venida. Se acerca con los sentimientos entrañables de un auténtico protector: pues viene a salvar, a sanar, a enseñar, a aconsejar, a fortalecer, a consolar, a iluminar el alma, primero de quien lo recibe, luego, mediante este, las de los demás.
Y, así como quien antes se movía en las tinieblas, al
contemplar y recibir la luz del sol en sus ojos corporales, es capaz de
ver claramente lo que antes no podía ver, de este modo el que se
ha hecho digno del don del Espíritu Santo es iluminado en su alma
y, elevado sobrenaturalmente, llega a percibir lo que antes ignoraba. Y
aunque el cuerpo sigue en la tierra, el alma contempla ya el cielo como
en un espejo.
Responsorio
R/. ¡Qué agraciada eres, virgen
de Cristo, * Que mereciste la corona del Señor,
la corona de la virginidad perpetua!
V/. Nadie
podrá arrebatarte la palma de la virginidad, ni separarte del amor
del Hijo de Dios. *
Que mereciste.
Oración
Oh Dios, Padre de las misericordias y de toda consolación, que
has conducido a la beata María, hija humilde de Tierra Santa, hasta
la contemplación de los misterios de tu Hijo y la has hecho testigo
de la caridad y del gozo del Espíritu Santo; concédenos,
por su intercesión, que, participando de los sufrimientos de Cristo,
podamos exultar de alegría en la revelación de tu gloria.
Por nuestro Señor Jesucristo.